El problema recurrente de la inflación: el precio de la carne registra subas de casi un 4%

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Según el informe mensual de la Cámara de la Industria del Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), el precio promedio de los cortes de carne vacuna registraron un aumento de 3,7% en febrero.

El año comenzó con grandes subas en los distintos rubros de la economía argentina, y la carne vacuna no quedó exenta de los aumentos. En ese sentido, el informe mensual de la Cámara de la Industria del Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), determinó que en febrero pasado en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) el precio promedio de los distintos cortes vacunos registraron un alza de 3,7 puntos porcentuales.

Además, en los últimos doce meses el precio promedio acumuló un aumento de 59,2%. Los integrantes de CICCRA destacaron que el incremento durante el mes pasado, se atribuyó “al ajuste realizado en carnicerías, al tiempo que en supermercados se observó una leve retracción, luego de la fuerte suba de enero”.

Los aumentos dejan en evidencia el fallido intento del Gobierno nacional de hacer bajar el precio de la carne al consumidor mediante las restricciones a las exportaciones de los siete cortes populares más demandados en el mercado interno, en tiempos en los que el consumo de este producto ha disminuido significativamente debido al menor poder adquisitivo que presenta la población.

Para el titular de Ciccra, Miguel Schiariti, los precios se van a mantener sostenidos en el Mercado de Liniers y en las carnicerías, pero lo que va a haber es “una caída del consumo interno a valores nunca vistos”. Ya en su informe del mes anterior, la entidad que preside había señalado que en enero pasado el consumo interno de carne vacuna había retrocedido un 3,5% versus igual mes de 2021. Se ubicó en 47,4 kilos por habitante.

“El poder adquisitivo continuará cayendo de manera significativa y esto es lo que va a generar una caída en el consumo nunca vista. La única política de este Gobierno es diluir el gasto del Estado, aumentando la inflación”, afirmó.

Como si fuera poco, referentes del sector advierten que en 2022 la caída del stocks vacuno será estrepitosa con 500.000 terneros menos, lo que significará menos carne en las góndolas.

“La pérdida de terneros será importante. Es difícil cuantificar todavía pero vamos a tener 500.000 terneros menos que el año anterior, sumado al aumento internacional de los commodities que hará que el engorde a corral siga siendo un mal negocio, solo para echar esos últimos 50 kilos, para no perder plata”, comentó Schiariti.