viernes, abril 19

El Senado dio media sanción al proyecto de ley de producción industrial de cannabis y sus derivados

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La Cámara Alta le dio media sanción al proyecto de industrialización del cannabis que propuso el Ejecutivo, y con 56 votos afirmativos se visualiza un mercado con potencialidades

Esta tarde la Cámara de Senadores dio media sanción al proyecto de ley que busca la regulación de la producción industrial de cannabis y sus derivados, a partir de la creación de la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICCAME), una propuesta que envió el Ejecutivo hace exactamente un mes.

Aunque se ausentaron diez legisladores, con 56 votos a favor, 5 en contra y una abstención, el proyecto quedó aprobado.

“Estoy muy feliz de votar esta ley. Este marco regulatorio nos va a permitir aprovechar la gran potencialidad que tiene el cannabis en todas sus variantes y en todos los rincones de nuestro querido y amado país”, celebró Anabel Fernández Sagasti (Frente de todos). La legisladora fue una figura central para este proyecto porque se encargó de negociar con la oposición los -esta vez pocos- puntos que generaban rispideces, y además redactó algunos artículos de la iniciativa.

Los legisladores son conscientes de la potencialidad de la industria y de su impacto en la economía, por lo que el consenso nunca es inocente. La redituabilidad del negocio de la planta “prohibida” es prometedor para todas las provincias, y en el Gobierno nacional auguran que podrá ayudar a combatir la crisis económica y social de la post pandemia, como actualmente ocurre en Estados Unidos, Canadá, Israel o Colombia.

Desde el Ministerio de Desarrollo Productivo calcularon a grosso modo que para 2025 se podría hablar de la generación de 10.000 puestos de trabajo, el movimiento de 500 millones de dólares en consumo del mercado interno y USD 50 millones en exportaciones. Aún siendo estimaciones imprecisas, los números son provocadores.

Cabe recordar que la Argentina legalizó la producción individual de cannabis medicinal el noviembre pasado, habilitando así la venta de aceites, cremas y otros derivados en farmacias autorizadas. La cantidad de productos que pueden derivar del Cáñamo y el Cannabis es innumerable: desde alimentos, artículos de cosmética, y textiles hasta materiales para la construcción y biocombustibles.

“De la misma manera que la sociedad entendió que el uso del cannabis medicinal no es el mismo que el recreativo, ahora todos tenemos que entender que el cáñamo es una oportunidad para el desarrollo sustentable, estamos hablando de industria. Si saldamos ese debate, solo será ganancia, generamos trabajo e industrias novedosas que se sumarán a la economía”, sostuvo la diputada Mara Brawer, del Frente de Todos.

La idea del proyecto es contemplar todo el proceso productivo, bajo la supervisión de la ARICCAME: la siembra, el cultivo, cosecha, guardado, acopio, almacenamiento, transporte, industrialización, comercialización, importación y exportación de semillas. Mientras, el Instituto Nacional de Semillas (INASE), que depende del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, regulará las condiciones de producción, difusión, manejo y acondicionamiento de los órganos de propagación de esta especie y dictará las normas complementarias que permitan la trazabilidad de los productos vegetales.

La jornada requirió de cuatro sesiones plenarias por las que pasaron el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y 30 expositores de organismos nacionales y provinciales, ONGs, asociaciones civiles, productores, investigadores, e invitados por diferentes fuerzas políticas.

“Sacamos de la clandestinidad un mundo de enorme importancia y ponemos en la legalidad una actividad que será muy controlada y ajustada. Es un avance enorme en favor de la libertad”, consideró el senador de San Luis Adolfo Rodríguez Saá, quien presidió el plenario de comisiones, que además celebró el consenso logrado entre las fuerzas políticas.