En el momento más crítico,Argentina registró su peor día de vacunación en el último mes
Al día de hoy, la complejidad del escenario político, económico y sanitario que deja entrever la Argentina, se ha reflejado en las últimas semanas en el avance de la segunda ola, a la que el Gobierno Nacional ha intentado surfear con restricciones, grieta política y declaraciones equívocas hacia los que se encuentran en la primera línea de batalla contra el coronavirus. Mientras tanto, la incógnita más grande gira en torno a las vacunas.
El crecimiento exponencial de casos de Covid-19 condujo a Alberto Fernández a disponer de su facultad de emitir un Decreto de Necesidad y Urgencia y establecer medidas restrictivas en materia de circulación, en búsqueda de descomprimir y descongestionar la ocupación de camas en terapia intensiva que para una gran cantidad de médicos, ya expresa una saturación del sistema de salud. Y, entre tanto, el ritmo de la inoculación en el país genera en la población más dudas que certezas.
Durante el pasado domingo 18 de abril, y ante un contexto crítico de falta de camas de terapia intensiva, Argentina registró su peor día de inoculación en el último mes. De acuerdo a los datos oficiales que se publican en la página web de la cartera que actualmente conduce Carla Vizotti, solamente 17.648 personas recibieron una dosis en las últimas 24 horas.
Las cifras advierten un marcado descenso en el ritmo que se ha establecido en las distintas jurisdicciones, comparadas con las 38.287 vacunas que se aplicaron en el día anterior y las 129.950 del jueves.
En abril, el máximo alcanzado correspondió al viernes 9, cuando 222.084 personas fueron inoculadas. Un número similar se registró durante la jornada del miércoles 7 de abril, cuando 221.088 individuos recibieron sus respectivas dosis.
Al día de hoy, Argentina registra 6.334.554 aplicaciones. De ese total, 5.534.225 personas recibieron una dosis y 800.329 recibieron ambas.
Durante el día de ayer, al país ingresó un lote de 864.000 vacunas de AstraZeneca, producidas en Corea del Sur, adquiridas por el Gobierno a través de COVAX, mientras que hoy a la tarde se esperan que arriben otras 500.000 dosis de Sputnik V en un vuelo de Aerolíneas Argentinas.
Lo que se ha registrado en los últimos dos meses es una considerable disminución en la cantidad de vacunas aplicadas durante los fines de semana. Si bien algunos especialistas adjudican este proceder a la disponibilidad de las mismas y al modo particular en que operan los diversos centros de salud en las distintas jurisdicciones, lo cierto es que Argentina se encuentra sanitaria y políticamente en uno de los peores momentos de la pandemia.
En este contexto, mandatarios nacionales y provinciales, tanto del oficialismo como de la oposición, se dirimen en la televisión con duras acusaciones sobre la responsabilidad que les compete a cada uno ante la suba de positivos confirmados y las complicaciones en la salud que acarrean posteriormente los pacientes ante la falta de atención por el colapso del sistema.
La suspensión de la presencialidad en las escuelas, las nuevas restricciones horarias, y la crisis de los gastronómicos son algunos de los temas con los que la propia grieta se ha consolidado en el último tiempo. Mientras tanto, por fuera de las cámaras y los micrófonos que difunden las chicanas políticas, la Argentina se aproxima a las 60 mil vidas que la misma pandemia y la pérdida de tiempo se han cobrado.
