En un gesto al FMI, el Tesoro le devolvió $500.000 millones al BCRA, pero se complica el frente fiscal
El Ejecutivo le transfirió fondos a la autoridad monetaria dos días antes de la reunión del board del organismo, que finalmente aprobó la quinta y sexta revisión del acuerdo. Las últimas medidas de Massa tensan más el pedido de ajustar el gasto.
La negociación entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI) se extendió mucho más de lo esperado y poco a poco se empiezan a conocer los detalles del toma y data de esa discusión. Después de la devaluación que el Gobierno dispuso el lunes después de las PASO, el Ejecutivo también avanzó en otra medida destinada a cumplir con el Fondo: el Tesoro le devolvió fondos al Banco Central (BCRA).
En total fueron $500.000 millones que el Tesoro le envió a la autoridad monetaria a través de Adelantos Transitorios. Esa devolución se hizo el miércoles pasado, dos días antes de la reunión del board del organismo, que finalmente aprobó la quinta y sexta revisión del acuerdo, destrabó US$7500 millones y cerró el capítulo argentino hasta noviembre.
Esta es la primera vez en el año que el Tesoro le envía fondos al Central, ya que anteriormente la entidad que comanda Miguel Pesce había realizado ocho giros en el año que suman $1.798.000 millones en concepto de Adelantos Transitorios y otras dos Transferencias de Utilidades por $400.000 millones.
En el Palacio de Hacienda explicaron a TN que la devolución de esos montos “era lo que correspondía hacer” en el acuerdo y que se prevén seguir enviando fondos para cumplir con la meta de emisión monetaria, uno de los compromisos troncales del programa.
Más complicaciones para cumplir la meta fiscal
Si bien el pasado viernes se aprobaron las últimas revisiones del acuerdo, el FMI publicó el documento técnico y reconoció que la Argentina incumplió ampliamente con las metas pautadas de acumulación de reservas, emisión monetaria y reducción del déficit fiscal.
El FMI proyecta que el PBI tenga en 2023 una caída del 2,5% y que la inflación para este año sea del 120%, el doble de la proyección original que el Gobierno oficializó en el Presupuesto. En tanto, la meta de reservas netas tiene previsto un aumento de “alrededor de US$8000 millones entre agosto y diciembre”.
En cuanto a la pauta fiscal, si bien se mantuvo en 1,9% del déficit primario, el requerimiento es mucho más estricto, ya que prevé una reducción del 11% para los próximos cuatro meses del año, algo que resulta sumamente llamativo para un año electoral.
Por eso, de cara a lo que viene, enfatizó el pedido de subir las tarifas energéticas y expresó que el Gobierno se comprometió a ajustar los precios de la electricidad a partir del 1 de septiembre para usuarios residenciales de ingresos medios y bajos, y comercios más pequeños. También aplicará para los usuarios residenciales y comerciales de mayores ingresos. Además, se acordó alinear los precios de gas “con cambios en los costos de producción durante el resto del año” y volver a revisar el contexto energético en la próxima revisión.
Una vez que se conocieron los detalles técnicos, Massa avanzó en una batería de medidas -que incluyen una suma fija para trabajadores públicos y privados, bonos, créditos y beneficios fiscales para un grupo de monotributistas- para intentar compensar el impacto de la devaluación. En ese contexto, desde el Palacio de Hacienda calcularon que estas últimas disposiciones requerirán $729.000 millones -aproximadamente 0,5% del PBI-. Las medidas suman tensión al frente fiscal y lejos de mitigar un contexto marcado por la alta inflación, lo agravan.
Lucio Garay Méndez, economista de Eco Go, evaluó que habrá una recuperación del poder adquisitivo, el efecto será limitado. “Lo mismo con el plano fiscal, la presión sobre el déficit difícilmente supere el 0,2% del PIB, una cifra ampliamente menor a los mayores recursos por los cambios en la estructura tributaria implementados a fines de julio”, dijo Garay Méndez.
En tanto, señaló que detrás de las disposiciones del Gobierno hay “más de anuncio que de medidas en sí”. “El bono para jubilados y pensionados de la mínima era de $27.000 y lo aumentaron a $37.000. La diferencia es de apenas un 8% del haber mensual. La suma fija se traduce en bonos por única vez y no aumentos permanentes, encima son absorbibles por paritarias, por lo que parte o la totalidad de la suma fija puede descontarse de los aumentos ya acordados”, cuestionó.
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5 noviembre, 2024