jueves, marzo 28

“Es un presidente sin plan”: durísimo editorial de The Economist sobre Alberto Fernández

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Dice que el intento de ganar popularidad con el velorio de Maradona evidenció la debilidad del mandatario, quien encabeza una coalición “incómoda” y tiene un “matrimonio político sin amor” con Cristina Kirchner

La revista británica The Economist publicó este jueves un fuerte editorial sobre Alberto Fernández, a quien tildó de “presidente sin plan”, a la vez que lo criticó duramente por intentar ganar popularidad con el velorio de Diego Maradona.

Además, se refirió de “matrimonio político sin amor” al respecto de su relación con Cristina Kirchner.

“El funeral del futbolista más famoso de Argentina el 26 de noviembre fue tan apasionado y caótico como los asuntos de su país”, dice el texto.

“Desafiando las reglas de salud de su propio gobierno, el presidente Alberto Fernández ordenó que el ataúd de Maradona se encontrara en la Casa Rosada, el palacio presidencial… Cuando se redujo el velorio, con miles de fanáticos haciendo cola, se produjo el caos”, agrega.

“El ansia de popularidad de Fernández por asociación es una señal de su debilidad. El desorden funerario se extiende también a la economía”, asegura el artículo editorial.

The Economist se refiere al presidente argentino como “un socialdemócrata que asumió el cargo hace un año, al frente de una incómoda coalición peronista en la que gran parte del poder recae en su vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner”, a quien define como “izquierdista que gobernó entre 2007 y 2015”.

La publicación plantea que “en tres meses, la pandemia golpeó y Fernández se apresuró a imponer un bloqueo, lo que provocó un aumento en su índice de aprobación, pero que retrasó en lugar de prevenir un brote severo de Covid-19”.

“Argentina se encuentra entre los diez primeros países en cuanto a muertes registradas como proporción de la población. Solo ahora se está facilitando el bloqueo. La popularidad de Fernández está por debajo de su punto de partida”, agrega.

También habla de una “palpable” falta de amor político entre Alberto y Cristina y que la vicepresidenta, quien “está furiosa” porque el mandatario no paró los juicios de corrupción contra ella.