EVANGELIO DEL DÍA

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EVANGELIO DEL DÍA🌸🍃

Mateo (11,25-27):

En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.»

🍃🌸MEDITACIÓN DEL EVANGELIO🌸🍃

Mt. 11, 25-27:

🍃Te alabo.

1) Ocultado:

La soberbia es un pecado que tenemos todos, pero cuando una persona es soberbia y altanera, es infumable. Porque no tan solo se cree superior a otro, sino que también quiere dominar a otros. No dejes que la soberbia te tome el corazón y no te la creas siempre. Porque cuando sos soberbio y altanero la gente toma rechazo hacia vos y hasta tu modo de hablar es inaguantable. En esto podría decirte que encontramos tres claves: siempre quiere imponerse en el diálogo o aparecer; constantemente usa el término “porque yo » y, si alguien le gana, ataca al mensajero y no al mensaje.

2) La humildad:

Dios siempre fortalece el corazón de los humildes y sencillos. Esto implica aceptar la verdad de tu vida y en tu vida. Ser claro en tu modo de vivir y en tu «cómo» vivir. No dejes nunca de confiarte a las manos de Dios porque tenés mucho para dar y para darnos, pero tenés que ser más confiado, pero no solo en vos, sino en Dios junto a vos.

3) Revelar:

El vivir en este estilo de vida implica ser misionero de Cristo, porque predicas con tu modo de ser y tu manera de ser. Esto ayuda a fortalecer el corazón de tu vida y de la mía. Es pronunciar a Cristo con la sonrisa, con el abrazo, con el aliento, con el ánimo, con la mirada simple pero profunda. Es predicar preguntando «¿cómo estás?”. Hoy vos sos el hoy de Dios.