martes, abril 23

EVANGELIO DEL DÍA

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EVANGELIO DEL DÍA🌸🍃

Lucas (4,16-30):

En aquel tiempo, fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor.»
Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.»
Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?»
Y Jesús les dijo: «Sin duda me recitaréis aquel refrán: «Médico, cúrate a ti mismo»; haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún.»
Y añadió: «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Elíseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.»
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

Palabra del Señor
🍃🌸MEDITACIÓN DEL EVANGELIO 🌸

Lc. 4, 16-30:

🍃🌸El Espíritu.

1) Donde se había criado:

Es importante volver a vos, tratar de recordar tu esencia, tu lugar y tu historia. Hay veces que la vida nos lleva y nos lleva haciéndonos perder lo que éramos y empezamos a cambiar, hasta tomamos otras actitudes. Volvé a tu Nazaret, aunque sea agarra el álbum de fotos familiar y recordá de dónde venís y quién sos. ¿Sabes? Me hace tanto bien ir a mi casa, ver a mi vieja que me llama «Luchi» y yo ahí no soy ni el licenciado, ni el cura, ni el profesor, soy simplemente “Luis”. Es en mi hogar donde no tengo el peso ni de cargos ni de cargas, pero se me recuerda la esencia, que soy Luis. Vos también tenés ese lugar y es necesario que lo tengas, volvé a vos, pero ¿cuál es tu Nazaret?

2) El Espíritu:

Recordá que tenés una vida sobrenatural. Fuiste enviado para hacer muchas cosas en la vida de los demás y en la tuya propia. Los cristianos estamos en este mundo para dar a conocer y amar a Dios. Me viene a la cabeza los primeros cristianos. Ellos eran perseguidos y celebraban a ocultas. Vivian en la clandestinidad, pero su fuerza era gigante porque la liturgia y la oración los llenaba. Hoy, que vivimos aislados, encerrados, pero con una fuerza viva del Espíritu, cuida estas dos cosas: la liturgia y la oración personal. Ánimo que Dios está en vos.

3) Lo querían correr:

Jesús te recuerda que a muchos molestamos por vivir en la verdad y anunciar la verdad. No te desanimes, el Señor siempre nos socorre, pero no dejes de vivir en la verdad. Hoy pedí el don de la fortaleza al Señor para que puedas seguir llevando la verdad con tu vida.