miércoles, abril 24

EVANGELIO DEL DÍA

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EVANGELIO DEL DÍA 💫

Mateo 18,21-35:

En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó:
«Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?».
Jesús le contesta:
«No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus criados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo:
“Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo”.
Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba diciendo:
“Págame lo que me debes”.
El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo:
“Ten paciencia conmigo y te lo pagaré”.
Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo:
“¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?”.
Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda.
Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano».

Palabra del Señor
💫MEDITACIÓN DEL EVANGELIO 💫

Mateo 18, 21-35:

💫Se compadeció.

1) Se adelantó Pedro:

Este pasaje es después de lo que la mamá de los hijos de Zebedeo le pide a Jesús, que tengan un puestito. Che, esto seguro que ha llevado a que los demás se enojen, y sí, por esas cosquillas de poder que todos tenemos en algún momento. Pero Pedro se adelanta, seguro que él tenía alguna cuestión en su corazón con alguien. Algo que te puede pasar a vos y a mí. El sentir ese dolorcito con alguien, que nos molestó y hasta nos genera bronca. La pregunta a Jesús es, ¿cómo hacer para perdonar? Porque a todos nos cuesta este punto, y mira, hasta al primer Papa le costó, ¿cómo no a vos y a mí?

2) El Rey tuvo compasión:

El primer paso para tratar de perdonar, el primer paso, porque el perdonar es un proceso, no se logra de un día al otro, esto es paso a paso. El primer paso es mirar lo sobrenatural. Ver que Dios te perdona muchísimas cosas. Errores que cometes y que solo vos y Él saben que los cometiste y, sin embargo, se compadece. Te sigue dando ayuda para salir de ese pantano en el que te metiste. Ante una ofensa que cometan contra vos mira al cielo y pedí a Dios ese cachito de compasión que Él tiene con vos. Porque somos conscientes que vos y yo no somos inmaculados, somos pecadores perdonados.

3) Compasión:

Compasión significa padecer con el otro, caminar con el sufrimiento del otro. Pero la compasión es lo que te ayudará a que tu corazón salga del rencor y la bronca. Hoy pedí a Dios la fuerza para salir adelante, para mirar la vida de una manera distinta. Ya deja de perseguir como policía a personas que te hicieron daño y empezá a disfrutar la vida desde hoy. No dejes que este rencor y esta bronca que tenés, vengan a tu vida y tu familia. El odio te atonta, porque te hace subjetivo y pasional, el odio no produce nada. No cultives el odio en tu vida ni en tu corazón ni en los que te rodean. El odio te hace perder objetividad frente a las cosas. El odio es ciego como el amor, el amor construye mientras que el odio destruye. Construí, ayuda a construir el provenir. Eso se logra al cambiar, porque lo único permanente es el cambio. Cambia en tu vida aquello que no construye, la vida se nos va, pero las causas quedan. ¿Sabes? He pasado de todo en la vida, algún día te lo contaré, pero no le tengo odio a nadie. Porque triunfar en la vida no es ganar, triunfar en la vida es caerse y volverse a levantar. Es volver a empezar cada vez que uno cae. Gracias, y demos gracias a los que nos hicieron volver a levantar. Hasta el cielo no paramos.