viernes, marzo 29

EVANGELIO DEL DÍA

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EVANGELIO DEL DÍA 💫

Mateo (5,17-19):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».

Palabra del Señor
💫MEDITACIÓN DEL EVANGELIO 💫

Mt. 5, 17-19:

💫Cumplir.

1) No he venido a cortar:

Creo que es un poco lo que también tenés que ver en tu vida. Hay cosas a las que si tenés que darle un corte en tu vida, pero hay otras a las cuales tenés que dar continuidad. Están esos momentos de locura de uno en donde dice «todo lo hago mal» o «nada me sale bien». ¡No! Porque hay cosas que sí te salen y salen bien. Sos vos el que en este tiempo tenés que fijarte en qué cosas hay que hacer un paso al costado, pero hay otras que sí tenés que acentuarlas.

2) Cumplimiento:

En este camino de fe no tenés que ver a la vida como un mero cumplir, pero tampoco podés tirarte a la chacotada. A hacer solo lo que siento, y justificarlo todo desde la ausencia de límites. Los límites también son buenos y hasta son necesarios para el orden de tu vida. Trata de mirar tu vida desde un orden y no la conviertas en un desorden.

3) Grande en el Reino:

La grandeza que te propone Dios es que vivas la humildad y la sencillez. Que trates de hacer bien las cosas, de evitar ser un extremo u otro. Ni ser tan rígido, que te lleve a ser un acartonado de la vida, ni un “light” total, en donde todo te resbale. Sé una persona clara con vos y con los demás.
Hoy doy gracias a Dios por permitirme ser sacerdote, cumplo 10 años. Diez años que tienen mucho contenido, muchas lágrimas, muchas sonrisas y muchos hijos en la fe.
Gracias por permitirme entrar en tu vida y que te haya podido presentar a Jesús, a este Jesús que me cambió la vida. Pero también perdón, por no habértelo mostrado muchas veces con mi vida, con mis actitudes. Reza por mí hoy, reza para que pueda seguir llevándolo con entusiasmo y alegría. Porque soy un pecador perdonado que me permitió ser sacerdote, no sé por qué, pero me pidió serlo y aquí estoy. Pero solo no puedo, aunque sea ayúdame con tu oración. Me postré con mi nada y me levanté siendo sacerdote. Hasta el cielo no paramos.