miércoles, abril 24

EVANGELIO DEL DÍA

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💫EVANGELIO DEL DÍA 💫

Juan (8,1-11):

En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.
Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron:

  • «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?».
    Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo.
    Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo.
    Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:
  • «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra».
    E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.
    Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer en medio, que seguía allí delante.
    Jesús se incorporó y le preguntó:
  • «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?».
    Ella contestó:
  • «Ninguno, Señor».
    Jesús dijo:
  • «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más».

Palabra del Señor
💫MEDITACIÓN DEL EVANGELIO 💫

Jn. 8, 1-11:

💫Yo tampoco te condeno.

1) El monte:

Así comienza el evangelio, Jesús vuelve de orar y hablar con el Padre. Porque la oración en tu vida aclara y pone luz. Ante los momentos complejos el orar te ayuda a ver las cosas de una manera distinta. Tómate tu tiempo para encontrarte con Dios y con vos. Date esa oportunidad de saberte encontrado por Dios y hablar en el silencio con Él. Las decisiones son producto de un silencio íntimo, es ahí donde uno encuentra la voz de la claridad.

2) La piedra:

Es la actitud farisea que todos tenemos. En donde condenamos al hermano y lo matamos con nuestro apedreo, el apedreo de juzgar con la mirada, con la lengua o con la indiferencia. La única diferencia que había entre esta mujer pecadora y los fariseos es que ella tenía un pecado que había sido visible, el de ellos no. Vos y yo juzgamos a la gente o nos juzgan, ¿pero cuál es la diferencia? Que esa persona tiene un pecado notorio, el tuyo no…
Dice el evangelio que Jesús escribía en el suelo. Según san Agustín va a decir, estaba escribiendo los pecados de los fariseos, por eso se empiezan a ir. Ven que sus pecados están ahí escritos. Mira tu pecado dominante antes de condenar. Si podés, claro.

3) Vete:

En Jesús ella encuentra una oportunidad de cambiar, pues a ello se dirige este tiempo de Cuaresma, que ya va terminando. Es darte a vos la oportunidad que Dios te da, para que puedas cambiar y salir de aquello que te condena o que te apedrea o aquello que te pone en el centro de los demás. Siempre está la oportunidad de cambiar, el tema es que vos quieras cambiar.
¡Vamos! Hoy date la oportunidad de cambiar tu vida, sabiéndote que eres un pecador perdonado y amado por Dios. Hasta el cielo no paramos.