martes, abril 16

EVANGELIO DEL DÍA

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EVANGELIO DEL DÍA 💫

Mateo (26,14-25):

En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso: «¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?»
Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.
El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: «¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?»
Él contestó: «ld a la ciudad, a casa de Fulano, y decidle: «El Maestro dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos.»»
Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los Doce.
Mientras comían dijo: «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.»
Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro: «¿Soy yo acaso, Señor?»
Él respondió: «El que ha mojado en la misma fuente que yo, ese me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; más le valdría no haber nacido.»
Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: «¿Soy yo acaso, Maestro?»
Él respondió: «Tú lo has dicho.»

Palabra del Señor
💫MEDITACIÓN DEL EVANGELIO 💫

Mt. 26, 14-25:

💫La traición y la venta.

1) Entrega:

Es el momento duro y difícil. Sentir que un cercano te entrega. Judas no mira a Jesús como el Mesías sino que se mira él y se pone en el centro de todo. Cuántas veces vos y yo entregamos a Jesús y lo dejamos de lado. Cuando Jesús no satisface lo que queremos, lo entregamos.

2) El momento:

En la vida hay momentos y momentos, momentos de entrega y decepción y momentos lindos de crecimiento. En tu vida pasarás momentos lindos y momentos duros. En los momentos duros te golpearás porque sentirás que aquellos que más cerca tuyo están te pueden golpear.

3) La cena:

Hoy Dios te recuerda que tu refugio es la Eucaristía. La oración, la Eucaristía y la fraternidad pueden ayudarte a pasar el peor trago amargo de tu vida.
No descuides estas tres cosas y no dejes de buscar a Dios en todos los momentos de tu vida. Hasta el cielo no paramos.