martes, abril 23

EVANGELIO DEL DÍA

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EVANGELIO DEL DÍA 💫

Mateo 9,18-26:

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un personaje que se arrodilló ante él y le dijo: «Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, ponle la mano en la cabeza, y vivirá.»
Jesús lo siguió con sus discípulos. Entretanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto, pensando que con sólo tocarle el manto se curaría.
Jesús se volvió y, al verla, le dijo: «¡Ánimo, hija! Tu fe te ha curado.» Y en aquel momento quedó curada la mujer.
Jesús llegó a casa del personaje y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo: «¡Fuera! La niña no está muerta, está dormida.»
Se reían de él. Cuando echaron a la gente, entró él, tomó a la niña de la mano, y ella se puso en pie. La noticia se divulgó por toda aquella comarca.

Palabra del Señor
💫MEDITACIÓN DEL EVANGELIO 💫

Mateo 9, 18-26:

💫Sanarte.

1) Ven a imponer:

La imposición de manos es el gesto de la efusión del Espíritu Santo. Por eso cuando Jesús imponía las manos la gente sanaba. Lo mismo usamos los sacerdotes cuando damos los sacramentos, porque es vivir la fuerza del Espíritu que sana. Hoy pedí al Espíritu Santo que toque tu corazón y te sane. Que te haga sentir vivo, que vivas esta vida como una fiesta, que no tengas miedo a las oportunidades que aparecen a tu alrededor, que vuelvas a confiar. Hoy pedimos por vos y también pedí por mí, para que salgamos adelante y podamos sabernos tocados por Dios.

2) Con solo tocar:

Esta mujer del evangelio está golpeada por la vida y por la sociedad. Recurre a Jesús ante tantos rechazos. Sana porque tiene fe. Capaz que tengas que sanar vos también en tu vida estos tantos años que la gente te rotuló y te excluyó, o tus familiares, o gente que vos querías. Hoy acércate a orar y habla con Jesús y manifestale con tus palabras los dolores que hay en tu corazón, las cosas que aún te siguen sangrando.

3) Se levantó:

Hoy levántate, empecemos juntos un nuevo día, no tengas miedo. Aunque la gente te dé por muerto, por incapaz, no dejes de seguir, porque hoy tu fe te tiene que levantar y animar. ¡¡¡Jugátela!!! y seguí, porque tenés que estar de pie. Hasta el cielo no paramos.