viernes, abril 19

EVANGELIO DEL DÍA

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EVANGELIO DEL DÍA🌾

Mateo 12,1-8:

Un sábado de aquéllos, Jesús atravesaba un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas. Los fariseos, al verlo, le dijeron: «Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado.»
Les replicó: «¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes presentados, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes. ¿Y no habéis leído en la Ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa? Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo. Si comprendierais lo que significa «quiero misericordia y no sacrificio», no condenaríais a los que no tienen culpa. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado.»

Palabra del Señor
🌾 MEDITACION DEL EVANGELIO🌾

Mateo 12, 1-8:

💫Hay alguien más grande.

1) Hambre:

Vemos a un Jesús humano, que siente y tiene necesidad. Hoy no tengas vergüenza de mostrar necesidad. Hay veces que nos mostramos ante los demás como superhéroes o como personas que no tenemos problemas. No te digo que andes mostrando a todo el mundo tus miserias, pero creo que ningún extremo es bueno, ni mostrarte como la persona superada, ni como la persona con todas las penas y dolores del mundo. Es simplemente mostrarse normal.

2) Ritualismo:

Que implica mostrarse duro, pero con Dios, y hacer a Dios algo cercano. Hoy podemos hacer nosotros lo mismo que hicieron con Jesús. Podemos hacer que a mucha gente hambrienta de Dios la corramos y le exijamos cosas que no son Dios. ¿Cuántas personas hemos alejado de la Iglesia con nuestra actitud ritualista y prejuiciosa? Pues como dice el famoso dicho: «es más fácil romper una bomba atómica que un prejuicio».

3) Dignidad:

Jesús nos recuerda que existe dignidad. Nosotros, como creyentes, debemos vivir dignamente y ayudar a que otros vivan dignamente. Es el mismo Cristo en cada hermano. Sé que cuesta ver a Jesús en muchos, pero no tenemos derecho a hacer de nadie una vida indigna. Pero si alguien te quiere a vos hacer una vida indigna aléjate, porque tu dignidad es sagrada, porque te la dio Dios. Hasta el cielo no paramos.