jueves, abril 25

EVANGELIO DEL DÍA

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EVANGELIO DEL DÍA💫

Lucas 1.26-38:

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»
María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»
Y la dejó el ángel.

Palabra del Señor
💫 MEDITACION DEL EVANGELIO💫

Lucas 1, 26-38:

💫Fue enviado por Dios.

1) El nombre era María:

Creo que está marcada la identidad, su nombre. Se define y manifiesta quién era. Hoy vos tenés que mirar esto: ser vos. Tenés una identidad y tenés que ser claro con vos, porque Dios te dio una identidad, vos tenés una historia y también un camino, un llamado y una misión. No dejes que te tome la depresión o el bajoneo, porque cuando no sabes qué hacer te puede llevar a no saber quién sos. Mira, la pereza es aliada de la tristeza y la tristeza es aliada de la desesperanza. Estas tres cosas cuando habitan en vos pueden destruirte la vida. La pereza te lleva a no hacer nada por vos y te hace poner a la espera de otro. La tristeza es la que te lleva a tomar una actitud de no querer hacer nada por vos ni por nadie y la desesperanza te lleva a no pensar ni en tu futuro ni en la de nadie.

2) Alégrate:

Es el optimismo y la visión sobrenatural lo que puede llevarte a vencer estas cosas. Recordá que Dios te trajo a este mundo por algo y para algo. Es clave que te des cuenta que sos vos quien debe llevar la alegría y adquirir esa alegría lo podés lograr por la gracia, ese regalo de Dios que te lleva a tener ganas de vivir y de enamorarte de la vida. La gracia es saber que tengo en mí al mismo Dios.

3) Hágase:

Es saber confiar en Dios y saberme que poniéndome en sus manos nada temo. Pedile hoy a María que te ayude a confiar más y abandonarte más a Él. Pues quien espera en Dios no desespera. Recemos por Perú, por su situación para que la Virgen de la Merced, patrona de esa Patria que los cuide con su manto y habite en ellos la paz de Dios. Hasta el cielo no paramos.