miércoles, abril 17

EVANGELIO DEL DÍA

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EVANGELIO DEL DÍA💫

Marcos (6,53-56):

En aquel tiempo, terminada la travesía, Jesús y sus discípulos llegaron a Genesaret y atracaron. Apenas desembarcados, lo reconocieron y se pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaba los enfermos en camillas. En los pueblos, ciudades o aldeas donde llegaba colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos la orla de su manto; y los que lo tocaban se curaban.
💫 MEDITACION DEL EVANGELIO💫

Mc. 6, 53-56: Reconocer a Jesús te lleva a sanar.

1) Cruzar: Es eso lo que hace Jesús. Va y cruza. No se queda quieto. Un cristiano no se puede quedar quieto en su metro cuadrado. Tenemos que salir, hacer como los evangelistas, que salen sin pereza y no les importa si le cierran la puerta en la cara, si los escupen, o si se tienen que bancar el sol o un calor de 48 grados. Vos y yo también tenemos que cruzar y buscar al hermano, no tenemos que quedarnos esperarnos que caigan a la iglesia o al grupo de los viernes o los sábados. Salí, buscá, porque tu hermano te necesita. ¡Vamos!, encendete para llevarlo a Jesús. Hay mucha gente necesitada, que sufre porque se siente sola.

2) Tocar: Es la parte que nos lleva desde la necesidad para sentirnos curados, pero para sentirnos curados, hay que también sentirse amado. Por eso Jesús cuando cura muestra un gesto de ternura, de cercanía. Nosotros también tenemos que mostrar gestos de cercanía con el hermano que sufre, que llora. Un abrazo qué bien que hace, o unas sencillas palabras, o una mirada. La sanación pasa por ese reconocimiento y también por tocar al Señor: sentirte vos tocado y también vos tocar con el Señor.

3) Sanar: El ir al encuentro de Jesús también te pone a que vos sanes con Jesús. Hoy tenemos muchos enfermos de la vida, gente que puede tener un palacio, muchísimo dinero, pero que sufre en su corazón porque no tiene con quién hablar. Pero también tenemos pobres de la vida, que desprecian vivir, personas con mucho dolor de corazón, con mucho rencor, con mucha angustia. Eso es pobreza. La persona que odia y no sabe encontrarle un sentido a la vida. Por eso, salva vidas y apostá por Dios, porque seguro que hoy algún hermano te necesita. Algo bueno está por venir.