EVANGELIO DEL DÍA

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EVANGELIO DEL DÍA💫
Marcos (7,1-13):

EN aquel tiempo, se reunieron junto a Jesús los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén; y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Pues los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y al volver de la plaza no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas).
Y los fariseo y los escribas le preguntaron:
«Por qué no caminan tus discípulos según las tradiciones de los mayores y comen el pan con manos impuras?».
Él les contestó:
«Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito:
“Este pueblo me honra con los labios,
pero su corazón está lejos de mí.
El culto que me dan está vacío,
porque la doctrina que enseñan
son preceptos humanos”.
Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres».
Y añadió:
«Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición. Moisés dijo: “Honra a tu padre y a tu madre” y “el que maldiga a su padre o a su madre es reo de muerte”. Pero vosotros decís: “Si uno le dice al padre o a la madre: los bienes con que podría ayudarte son ‘corbán’, es decir, ofrenda sagrada”, ya no le permitís hacer nada por su padre o por su madre; invalidando la palabra de Dios con esa tradición que os transmitís; y hacéis otras muchas cosas semejantes».

Palabra del Señor
💫 MEDITACION DEL EVANGELIO💫

Mc. 7, 1-13: Lo puro y lo impuro.

1) Los fariseos: Es la actitud que ya no podemos decir que pertenecía a un sector del judaísmo, porque también está en la parte de la Iglesia Católica, de nuestra Iglesia. Personas que se sienten capaces de juzgar a otras y hasta de determinar quién puede leer la lectura y quién no. Personas que tienen la capacidad de detectar quién pasa a comulgar y quién no, generando una casta eclesial dentro de la misma Iglesia. Y asumiendo que si son monaguillos, ministros de la eucaristía o acólitos instituidos son casi “católicos con superpoderes”. Esto lleva a que muchos se sientan excluidos de la Iglesia o hasta los hace sentir impuros. Su seguridad pasa por las reglas y normas de la religión y no por un Dios vivo, cercano y misericordioso. Esto, para mí, ya se gesta como en una casta que, hasta en muchos lugares, ni los curas entran. Pues se creen que son claves para señalar con el dedo, valiéndose de conocer documentos eclesiales y pastorales, y que están por encima de todos. Pero no conocen a ese hombre y a esa mujer que están enfrente,  con un corazón partido.

2) Padre y madre: Me ha tocado ver, y hasta en carne propia, hijos que se desligan de su papá y de mamá, como si fueran un peso. Hasta como que les hacen el “favor” de visitar a su papá o mamá. Es un dolor a la vida pues la hipocresía pasa porque a aquella persona que te dio la vida (más allá de lo que sea), hoy la matas con tu indiferencia. Entiendo que hay padres que no hicieron bien las cosas, pero sin embargo en esta vida no hay un manual de cómo ser papá o mamá. Se aprende en el día a día. Ayer hablaba con una señora amiga, y me decía: “parece que tienen vergüenza de mí“, porque sus hijos eran profesionales y ella seguía siendo empleada doméstica. Cuán triste es ver personas que se olvidan del esfuerzo de los padres.

3) La palabra y tradición: Mantené viva tu vida, en lo que te enseñaron y viví tu fe. No dejes de alimentar tu vida con la presencia de Dios y la mayor pureza de vivir, que es vivir y dejar vivir. No te conviertas en juez de nadie y, si podés ayudar, hacelo. Más allá de lo que sean tus padres agradécele a Dios por tenerlos y por lo que te dieron. Date la oportunidad de ser feliz con lo que tenés y no pienses en lo que podrías haber sido o tenido. Hoy disfruta con lo de hoy y comprende que todos tenemos errores y pecados. Todos tenemos una mancha, pero eso conlleva a que tenés que levantarte todos los días porque hay un Dios que te da oportunidades constantemente. Algo bueno está por venir.