viernes, abril 19

EVANGELIO DEL DÍA

0
150

EVANGELIO DEL DÍA💫

Juan 4,5-42:

En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaria llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José; allí estaba el manantial de Jacob. Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado junto al manantial. Era alrededor del mediodía.
Llega una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús le dice: «Dame de beber.» Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida.
La samaritana le dice: «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?» Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.
Jesús le contestó: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva.»
La mujer le dice: «Señor, si no tienes cubo, y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas agua viva?; ¿eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?»
Jesús le contestó: «El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna.»
La mujer le dice: «Señor, dame de esa agua así no tendré más sed ni tendré que venir aquí a sacarla.»
Él le dice: «Anda, llama a tu marido y vuelve.»
La mujer le contesta: «No tengo marido».
Jesús le dice: «Tienes razón que no tienes marido; has tenido ya cinco y el de ahora no es tu marido. En eso has dicho la verdad.»
La mujer le dijo: «Señor, veo que tú eres un profeta. Nuestros padres dieron culto en este monte, y vosotros decís que el sitio donde se debe dar culto está en Jerusalén.»
Jesús le dice: «Créeme, mujer: se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén daréis culto al Padre. Vosotros dais culto a uno que no conocéis; nosotros adoramos a uno que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que le den culto así Dios es espíritu, y los que le dan culto deben hacerlo en espíritu y verdad.»
La mujer le dice: «Sé que va a venir el Mesías, el Cristo; cuando venga, él nos lo dirá todo.»
Jesús le dice: «Soy yo, el que habla contigo.»
En aquel pueblo muchos creyeron en él. Así, cuando llegaron a verlo los samaritanos, le rogaban que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. Todavía creyeron muchos más por su predicación, y decían a la mujer: «Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo.»

Palabra del Señor
💫 MEDITACION DEL EVANGELIO💫

Juan 4, 5-42:

💫Pozo de Jacob.

1) Fatiga del camino:

Es lindo meditar a un Jesús humano, cansado y agotado por los quehaceres. Hay veces que vos y yo nos sentimos cansados y es el cansancio el que te frena y te hace acordar que no sos superhéroe, que no podés con todo y que tenés que aprender a delegar. Recuerdo cuando David enfrentó en la vejez a otro gigante y casi muere. Su soldado de confianza le sugirió que se haga a un costado, porque sus fuerzas no le daban. Qué importante es saber dejar el lugar a su debido tiempo. Es importante saber dar un paso al costado y delegar. No siempre tendremos las mismas fuerzas y hay que aprender a enseñar para dar lugar a otros.

2) La samaritana:

Refleja a una mujer que trabaja para los suyos, pero que también es vista como enemiga. Cuántas veces vemos a nuestros cercanos como enemigos, y hasta incluso tomamos como enemigos a personas que a nosotros no nos hicieron nada, pero por tradición familiar pasan a ser enemigos. Cuántos prejuicios recurren en vos por comentarios de otros, que te impregnaron de dolores ajenos, y hoy tenés vos una lista de personas que no pueden entrar a tu⁷ vida porque otros te impusieron en tu mente y en tu corazón una lista de gente no grata para tu vida. Rompe ese prejuicio y empezá a dialogar con personas que a vos no te hicieron nada.

3) Creer:

Cuántas cosas en la vida viviste y cuántos te hablaron de Dios. Realmente cree que tenés vida y que hay un Dios al lado tuyo. Hace unos días me tocó escuchar el testimonio de una mujer, se llama Soledad, me pedía que le dijera si se condenaba o no. Me contó su historia y  me sorprendió ver todo lo que pasó esta mujer y que aún tenía fe. Le dije “hoy vos me enseñaste a mí”, porque es fácil creer cuando todo te va bien, pero es duro creer cuando todo te sale mal. Y hasta incluso los que estamos dentro de la Iglesia te juzgamos. Hoy da testimonio de Dios y no dejes de creer porque todo pasa y confiando en vos y en Dios de esta también salís. Algo bueno está por venir.