jueves, marzo 28

EVANGELIO DEL DÍA

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EVANGELIO DEL DÍA 🌸🍃

Juan (6,51-58)

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»
Disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»
Entonces Jesús les dijo: «Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.»


🌸MEDITACION DEL EVANGELIO 🌸🍃

*Jn 6, 51-58: *

🍃🌸CUERPO Y SANGRE DE CRISTO🌸🍃

*1) Pan vivo: *

Es el alimento que nos da vida espiritual. Es importantísima para nosotros la Eucaristía, es lo que nos da vida como Iglesia y nos fortalece para seguir. Por algo la Iglesia enseña que la clave es cuidar de la Eucaristía, desde el Sagrario hasta el detalle y el respeto con el que lo damos. Hoy trata de pensar en la Eucaristía. Más aún en este tiempo de pandemia en que muchos no pudieron recibirlo de manera material pero sí espiritual.

*2) Vida eterna: *

Es a la eternidad a la que nos llama Dios. Vivir en Él y con Él porque nos hacemos uno. Es el pan de los ángeles y hoy lo dedicamos a la Eucaristía para agradecer a Jesús que se queda de una manera tan simple, que nos da muchas gracias y riquezas. Jesús tiene grandes cosas para darte y llenarte de Él.

*3) Hoy: *

Jesús está abandonado en muchos Sagrarios, lo dejamos solo. Pero, sin embargo, hemos aprendido en este tiempo de pandemia a crecer en Él y junto a Él. No dejes de luchar por encontrarte con Jesús. Búscalo más que nunca en estos tiempos y pedí que alivie tu alma. Durante muchos siglos se llevó la Eucaristía y aún hoy se la lleva a cada cristiano. Pienso en tantos santos que mostraron su amor a la Eucaristía. Pienso en aquellos primeros laicos: San Tarcisio que, con sus doce años, se la jugaba para llevar la Eucaristía a aquellos que iban a morir en el Coliseo por el solo hecho de ser cristianos. Y eso que este muchacho no era cura, pero su devoción a la Eucaristía era tremenda. Pienso en san Manuel González que nunca dejó de predicar estar en Jesús. La riqueza de la Iglesia no es ni el Vaticano, ni su museo, ni nada. La riqueza mayor de la Iglesia es la Eucaristía. Porque la Eucaristía vive para la Iglesia y la Iglesia vive para la Eucaristía.