viernes, marzo 29

EVANGELIO DEL DÍA* *Juan (20,2-8):*

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EVANGELIO DEL DÍA*

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*Juan (20,2-8):*


El primer día de la semana, María Magdalena echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.»Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
*Palabra del Señor

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MEDITACION DEL EVANGELIO *
*Jn 20, 2-8: *
*El discípulo amado.*

*1) La búsqueda: *
Es necesario saber que tu vida y la mía es una búsqueda constante. Al inicio uno busca a la mamá y al papá cuando tiene miedo… después uno busca a sus amigos, luego a su amor, luego su profesión y luego lo que le da ese sentido a su vida y luego… lo mismo con Dios, solo que no es en cierto momento de tu vida, sino que es en el transcurso de tu vida. El punto es que muchos cuando lo encontramos ya damos por resuelto «listo el pollo y pelada la gallina», pero ¡no! Si no, mira a los apóstoles; podés encontrar a Dios, pero con el tiempo lo podés perder de vista. Jesús es una constante búsqueda. Capaz que hace años estabas super metido en cosas religiosas y de 10, pero hoy estas vacío, capaz que tengas que salir a buscarlo o capaz que tengas que meterte en vos y buscarlo. Estate atento a tu vida espiritual y a tu apostolado.


*2) El más joven: *
Juan era el apóstol más chico, porque Dios llama a quien quiere y cuando quiere, aproximadamente tenía 15 años cuando empezó a seguirlo. Venía de una buena condición social, era intelectual, sabía leer y escribir y gracias a él tenemos sus dos escritos: Evangelio de san Juan y Apocalipsis. Se lo tiene con la figura de «águila» ya que vuela muy alto y tiene una mirada muy profunda. En su evangelio tiene muchas interpretaciones y en el Apocalipsis cuenta por detrás la lucha de los primeros cristianos. Capaz que hoy vos podés aprender de él: recordá que estás llamada o llamado a volar muy alto, sos un gigante de la vida pero te hicieron creer o te creiste un pichón de búo. Vos sos un águila… y trabaja la mirada profunda, sé más profundo en tu vida, no te quedes en las pavadas, tu vida va a más.


*3) Una historia: *
Cuando se supo que Leonardo Da Vinci iba a representar la Última Cena y que necesitaba modelos para pintar a los doce apóstoles, una gran cantidad de personas se presentaron como voluntarios. El artista quiso empezar con Juan, por lo que escogió a un modelo de apenas 15 años. El joven tenía una cara inocente, reflejaba paz e inocencia, y estaba libre de las marcas que la vida va dejando en el rostro.Cuando Da Vinci terminó de pintar a Juan siguió buscando otros modelos para representar al resto de apóstoles, dejando al más complicado, Judas, para el final. Tardó unos seis años en pintar a los once apóstoles. Cuando le tocó el turno a Judas, buscó sin suerte a un modelo con una cara fría, dura, y a ser posible marcada por cicatrices que evocaran la traición, la avaricia. Cuando andaba desesperado por no encontrar a nadie semejante, un amigo le dio una pista.-Leonardo, tengo lo que buscas. En el calabozo de Roma hay un hombre que está sentenciado a muerte y reúne las características que buscas. ¡Es perfecto para Judas!Leonardo, sin pensárselo dos veces, fue hasta el calabozo y encontró lo que había estado buscando. Aquel hombre tenía el pelo largo, un cuerpo maltrecho, una mirada asesina y la cara marcada por los estragos de la vida. Tras elegirle, permitieron al reo trasladarse al estudio del pintor mientras durara su trabajo.Día tras día, el artista iba dando pinceladas maestras a la representación de Judas mientras el modelo le miraba en silencio. Cuando Leonardo terminó de pintar el cuadro y llamó a los guardias para que devolvieran al prisionero a los calabozos, este se resistió y cayó de rodillas ante el pintor. Le gritó desesperado:-¡Leonardo! ¡Mírame bien! ¿Es que no me reconoces? -Da Vinci negó con la cabeza. No recordaba haber visto a aquel hombre antes de la visita al calabozo- ¡Soy yo! ¡El joven al que hace siete años elegiste para ser el modelo de Juan!Te lo dejo a tu interpretación  pero solo te recuerdo que si te olvidas de quién eres y de tener la mirada profunda, podés perderlo todo en menos de 6 años. ¡Vamos! Que hasta el cielo no paramos…