viernes, abril 19

Frenar la inflación como pide el FMI puede ser fuente de otros problemas

0
216

La directora del FMI, Kristalina Georgieva, llamó la atención la semana pasada por el concepto que hizo público para definir la negociación con la Argentina. En su declaración, reiteró un mensaje que días antes había transmitido off the record a inversores Ilan Goldfajn, el nuevo director del Fondo para el Hemisferio Occidental: el staff optó por apuntar a un acuerdo realista y pragmático, en el que la prioridad dejó de ser conseguir reformas estructurales que sostengan el crecimiento sino «sacar al país de la alta inflación».

La paradoja que representa esta confesión para el Gobierno, es que en término de objetivos, conseguir un éxito en la lucha contra la inflación puede resultarle mucho más difícil y complejo que acotar los ajustes de gasto. Todo dependerá de que cifra reconozca el equipo económico como punto de partida y también cuál sería el ritmo de descenso que pretende el Fondo. Un dato a tener en cuenta es que según reveló Sergio Chodos, el director argentino ante el organismo, en el acuerdo habrá bandas o rangos que estarán definidos como parte de las metas. O sea, ya no correrá más esa práctica de que Martín Guzmán ponga en el Presupuesto un número que termine siendo diez puntos porcentuales menos de lo que finalmente releva el Indec.

Según los datos de FIEL, enero mostró un aumento de 4%, lo cual deja la variación de los últimos doce meses en un preocupante 53,4%. Febrero aportará la suba promedio de 9% en los combustibles, y el aumento de tarifas para comercios e industrias, entre otras variables. Los analistas estiman que en el primer trimestre, el piso puede ubicarse con comodidad entre 3,5% y 4%, con lo cual las «bandas» pueden ser un verdadero dolor de cabeza.

Con este este escenario a cuestas, más la promesa de no retrasar más el tipo de cambio y de mantener tasas de interés positivas, la inflación seguirá siendo alta. Hasta el propio Roberto Feletti reconoció que van perdiendo la pelea con los alimentos frescos, que serán el blanco de sus próximas gestiones.

El único motor que insistió apagar el Fondo es el del financiamiento monetario, que deberá pasar de 3,7% del PBI a 1% este año. El staff reconocerá que la inflación es multicausal, como le gusta definir a Guzmán, pero el remedio que aconseja tomar con urgencia es uno solo. Las terapias alternativas, como el acuerdo de precios, quedarán a cargo del Gobierno.

En caso de tener éxito, paradójicamente habrá que resolver otros problemas: hoy la inflación es una fuente de financiamiento no declarada, que le permite a la AFIP mantener arriba la recaudación nominal. También es un factor de contracción fiscal, ya que sirve para licuar el gasto no indexado.

Tal vez para el Fondo el acuerdo sea light o pragmático, como dijo Georgieva. Pero para Guzmán, cumplir las metas será un dolor de cabeza garantizado.

Nota extraída de ElCronista por Hernán de Goñi