jueves, marzo 28

Identifican nuevos genes que controlan la agresividad de células tumorales mamarias

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La investigación está en fase de validación. Se hizo en la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral. Colaboraron grupos de investigación de EE.UU. e Italia.

El cáncer de mama es prevenible.

El cáncer se ubica como una de las principales causas de muerte en todos los países del mundo.  En Argentina, datos del IARC, estiman que de todas las muertes que ocurrieron en 2020 por cáncer en mujeres, el 19,9% son debido a cáncer de mama y de  los nuevos casos diagnosticados, 32% son de mama

Es que el desarrollo de procesos metastásicos representa uno de los factores que disminuye la calidad de vida de los pacientes y constituye la principal causa de muerte en pacientes con tumores sólidos. Hoy en día, las teorías científicas demuestran que las metástasis están en forma latente a un nivel precoz en el desarrollo del tumor y se produce cuando existen focos de crecimiento secundario fuera de las mamas, que ocurren más frecuentemente en el cerebro, los pulmones, el hígado o los huesos.

A pesar de los avances en el tratamiento del cáncer de mama, la capacidad de las células tumorales de migrar e invadir representan una característica determinante en la agresividad del tumor y los procesos metastásicos aun no poseen un tratamiento dirigido disponible.

Para el desarrollo de tratamientos novedosos y más eficaces que permitan un mejor control de la enfermedad, es necesario profundizar conocimientos acerca de los genes que regulan la capacidad de las células cancerígenas de movilizarse e invadir tejidos.

Controles mamarios. Son clave para evitar la enfermedad.

Controles mamarios. Son clave para evitar la enfermedad.

El laboratorio de Genómica Funcional y Ciencia de Datos del Instituto de Investigaciones en Medicina Traslacional (Univ. Austral/CONICET), liderado por el doctor Mario Rossi y Fabiana Rossi (investigadora, primera autora de ambos trabajos), identificó dos genes que participan de la regulación de la capacidad de crecer y colonizar nuevos tejidos de las células tumorales mamarias.

La investigación, que se desarrolló en las instalaciones de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral, es un proyecto colaborativo junto a grupos de investigación de USA e Italia y colaboradores locales. Se encuentra en una fase temprana de validación a nivel de modelos experimentales. Con la idea de contribuir en el campo de conocimiento científico y traducirse en una terapia a largo plazo; se presenta como una tendencia dirigida a buscar posibles nuevos puntos de intervención terapéutica que se vinculen con alguna cualidad específica de la célula, y no con su crecimiento.

“En vez de centrarnos en algo que mate a la célula tumoral, explotamos otras vías que no se relacionan con la proliferación, sino con la posibilidad de modificar su capacidad de movimiento y así, encontrar otros puntos débiles sobre los cuales actuar”, le dice el Dr. Rossi a Clarín.

Nuevos genes: USP19 y HERC1

El equipo de los doctores Rossi identificó dos genes nuevos (USP19 y HERC1) que funcionan como reguladores positivos de la migración e invasión de células tumorales mamarias, es decir, tienen la potencialidad de controlar la agresividad de células tumorales mamarias y modular el crecimiento tumoral (la relación de ambos genes con el proceso de migración de celulares tumorales era desconocida hasta el momento). Se trata de dos marcadores que pueden modificar la regulación del número de proteínas dentro de la célula.

¿Cómo? Utilizado una técnica (screen funcional) que combina el bloqueo de la expresión de un gran número de genes, y la subsiguiente evaluación del efecto producido en la migración de las células tumorales. El bloqueo de la metástasis podría constituir nuevos blancos moleculares que permitan diseñar fármacos específicos involucrados en mejorar el manejo clínico del cáncer de mama.

“Nuestra investigación demostró que dichas proteínas regulan positivamente la migración e invasión de células tumorales mamarias in vitro, y en modelos murinos. Si bien se mantiene en fases tempranas, los resultados son alentadores. Estos hallazgos son relevantes porque los genes encontrados podrían representar posibles puntos de intervención terapéutica para el tratamiento de cáncer de mama agresivo”, destaca la doctora Rossi.

  “Durante el desarrollo de este proyecto, observamos que disminuyendo los niveles de USP19 o HERC1 en células de cáncer de mama se reducía el potencial migratorio e invasivo de las mismas. Alentados por este resultado, decidimos realizar experimentos utilizando modelos animales, y observamos que el apagado de ambos genes en células de cáncer de mama, reducía el potencial de estas de generar tumores. Asimismo, estudiando datos obtenidos de muestras derivadas de pacientes con cáncer de mama, observamos que niveles altos de USP19 o HERC1 se asociaban a un peor pronóstico para los pacientes”, ilustra el doctor Rossi.