viernes, abril 19

Kicillof fue abucheado en pleno acto y se retiró sin poder brindar su discurso

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El gobernador de la Provincia de Buenos Aires llegó tarde para tomarles juramento a cadetes del Servicio Penitenciario Bonaerense y los familiares presentes no lo dejaron pasar.

Una tensa jornada de miércoles vivió el gobernador bonaerense en el Estadio Único de La Plata. Axel Kicillof se disponía a participar de un acto del Servicio Penitenciario Bonaerense en el que debía tomarle juramento a los cadetes, pero llegó tarde y se retiró del lugar abucheado por los familiares de los protagonistas.

“Había mucha gente en los alrededores del estadio. Habían llegado horas antes del horario de la convocatoria y se habilitó el ingreso antes de lo previsto. El enojo de la gente tuvo que ver con la demora. Estaban desde muy temprano”, dijo un funcionario bonaerense.

El mandatario provincial se apersonó en el estadio con un retraso de 40 minutos, según el horario estipulado de inicio del acto. Por la demora, una catarata de insultos se registró desde las gradas, donde se encontraban ubicados los familiares de los cadetes. “Maleducado. Pedí Disculpas” y “atorrante, hijo de p…”, fueron algunos de los gritos con los que fue recibido Kicillof.

El Servicio Penitenciario Bonaerense dio a conocer durante las primeras horas de la tarde un comunicado en el que pidió disculpas a los familiares que se congregaron en el Estadio Único -algunos desde las 7 de la mañana- por las deficiencias en la logística y en la organización del acto.

Por su parte, desde la Gobernación dijeron desconocer que los cadetes y los familiares habían sido citados varias horas antes del acto, que fue al aire libre, al que se había convocado a la prensa a las 11.30. Kicillof -que estuvo acompañado por el diputado nacional Daniel Gollán y el asesor Carlos Bianco- finalmente se tuvo que retirar antes de que terminara el acto dada la reprobación del público reunido para la jura de 1400 cadetes.

“Fue un momento difícil porque un día alegre para nosotros se empañó con la espera, con la demora. Si era un día no tan feo, tal vez no hubiera sido tan grave. Hacía mucho frío y la gente estaba desesperada por irse. Llegó a la hora que quiso”, dijo uno de los familiares a La Nación.

“Llegamos a las siete de la mañana desde Sierra Chica, donde esta la cárcel, y a las 10.30 se suponía que iba a hablar el gobernador. Llegó pasadas las 12. La ropa de los cadetes es muy finita. Se congelaron”, comentó otro de los allegados de los cadetes.