El presidente Alberto Fernández, recién asumido, comunicó como una decisión de Estado de la quita de los fondos reservados para un espionaje, que fueron asignados a gastos vinculados para combatir la pandemia de Covid-19. Sin embargo, no parece cumplir esa idea.
Según detalla el diario Clarín, un año después e inflación del 36% de por medio, la oficina de inteligencia recupera buena parte de ese presupuesto global, que pasó de tener poco más de $ 2700 millones en 2020 a más de $ 3518 millones en 2021. Un 30,4% más, por arriba de la inflación esperada para 2021.
Los fondos para la AFI (ex SIDE y ex SI), durante la última década, han sido de los que tuvieron mayor crecimiento, en proporción con otras áreas, ya sea en los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner, de Mauricio Macri, o también en el mandato actual.
En 2011, último año del primer mandato de Cristina, totalizaban $ 514 millones. Un año después, treparon a $ 550 millones; en 2013 a $ 612 millones y en 2014 a $ 689 millones.
En 2015, último año de gobierno de CFK, saltaron a $ 800 millones, de acuerdo a lo que informa el sitio
Presupuesto Abierto, dependiente de la Secretaría de Hacienda, del Ministerio de Economía. En ese período, los titulares de la entonces SI fueron Héctor Icazuriaga y Oscar Parrilli.
Durante el macrismo, el nivel del gasto en inteligencia siguió siendo alto, aunque se fue ajustando por inflación y casi no tuvo vaivenes durante el año.
Macri, con Gustavo Arribas como titular del organismo, heredó un presupuesto de $ 1.449 millones que había
diseñado el kirchnerismo en su última previsión. Representaba el doble de los fondos del año anterior, que eran $ 800 millones.