La Argentina es uno de los países mas riesgosos para realizar inversiones, según The Economist

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El medio británico alertó sobre los desequilibrios macroeconómicos que producen un ajuste inflacionario y la «nacionalización de recursos estratégicos» en referencia al intento fallido con Vicentín La crisis económica que azota al país sumado a las políticas comerciales contrarias a la libertad de mercado tienen sus consecuencias. En las últimas horas, el diario británico The Economist calificó a la Argentina como uno de los países mas riesgosos para realizar inversiones, tan solo por encima de Venezuela, Nicaragua, Cuba, Haití, Honduras y Bolivia. Cabe destacar que los primeros tres países viven bajo un régimen dictatorial mientras que la isla caribeña ex colonia francesa no logra estabilidad política hace décadas, lo que empaña aún mas los resultados de Argentina que es una democracia “estable” con instituciones.

Con un puntaje de 57 sobre 100, el país ocupa el séptimo lugar de veintinueve en el ranking de los más riesgosos. El primer puesto lo obtuvo Venezuela, con 86 puntos de riesgo, seguido por Nicaragua (65), Haití (63) y Bolivia (63). El informe advierte sobre el avance de los populismos en Latinoamérica y el Caribe.

The Economist prefiere mantener la cautela sobre los pronosticos para invertir en la región en el corriente año: “Aunque nuestras previsiones para América Latina en 2021 son cautelosamente optimistas, los inversores deberán prepararse para estos riesgos emergentes. 2021 es otro año electoral importante para América Latina, con elecciones presidenciales en varias economías grandes como Ecuador, Perú y Chile, y elecciones de mitad de período en mercados regionales clave, incluidos México y Argentina”, señaló.

En un año de grandes elecciones para América Latina, los riesgos políticos ya son evidentes. El riesgo político es alto, ya que los votantes se oponen a los titulares de los cargos y exigen un cambio de política, lo que da lugar a que prosperen las propuestas populistas”, agrega.

La calificación final que tendrá un país y que determinará el riesgo de invertir allí, surge de tres factores: riesgo político, riesgo económico y riesgos regulatorios. En el primer punto, el país se destacó porque presenta dificultades en cuanto a su eficacia política. “Las divisiones dentro de la coalición gobernante exacerban los problemas de gobernabilidad”, resaltó el trabajo. En una escala de riesgos que va del 1 al 25, la Argentina recibió en este punto una calificación de 12.

Sin embargo, y como era de esperarse, el peor resultado se dio al analizar el riesgo económico: “La falta de corrección de los desequilibrios macroeconómicos produce un fuerte ajuste monetario inflacionario“, indicó. El problema fue considerado como “muy grave” y el país ganó un puntaje de 25 sobre 25 puntos de riesgo.

“En cuanto al riesgo de comercio exterior y pagos, es cierto que hasta el momento en América latina no ha habido señales significativas de barreras arancelarias o no arancelarias o nuevos controles de capital o cambio de divisas (con algunas excepciones notables como Argentina, donde los controles de cambio de divisas se endurecieron en 2020)”, aseveró el informe.

En ese aspecto, se señaló que el país enfrenta dificultades relacionadas al comercio exterior y pagos debido a que el Gobierno levanta barreras no arancelarias como parte de la política de sustitución de importaciones. Esto presenta un riesgo “moderado” para los inversores, con una puntuación de 9 puntos sobre 25.

Por último, respecto al factor regulatorio al cual se deben someter las empresas, The Economist apuntó contra el Gobierno al aseverar que “nacionaliza negocios estratégicos“, por lo que el país presenta un riesgo “alto” con 16 sobre 25 puntos.

“El creciente nacionalismo de los recursos en medio de crecientes objeciones a proyectos en los sectores de minería, energía y agricultura a gran escala también presenta riesgos, en forma de eliminación de incentivos, aumento de los requisitos de contenido local y, en casos extremos, nacionalización total. El gobierno argentino, por ejemplo, abordó la idea en 2020 de nacionalizar a un exportador de soja con problemas financieros antes de dar marcha atrás ante las objeciones políticas y comerciales locales”, recordó el informe en referencia al intento de expropiar Vicentín al comienzo de la pandemia.