jueves, octubre 3

La Cancillería boliviana admite la invasión a territorio salteño

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Brilla la desidia de organismos argentinos frente a las usurpaciones, desmontes, atropellos al pueblo ava guaraní de Mosconi y el gran contrabando de caña de azúcar en la banda del río Grande de Tarija.

El pueblo ava guaraní y productores de banda del río Grande de Tarija se sienten completamente olvidados y abandonados por el Estado argentino en esa franja fronteriza del departamento San Martín que registra una abierta invasión de territorio salteño ante una ausencia absoluta de controles y de respuestas frente usurpaciones, desmontes, atropellos de derechos y grandes contrabandos denunciados con insistencia en esa zona aislada y desprotegida.

El lunes pasado, se ingreso una nueva denuncia a la Fiscalía Federal de Orán, en la que se advirtió que productores bermejeños ya desmontaron 2.500 hectáreas de selvas ribereñas de General Mosconi desde las cuales cruzan a Bolivia en contrabando unas 150.000 toneladas de caña de azúcar.

Hasta ayer ninguno de los organismos informados de la presentación, que se radicó el pasado 13 septiembre, intervino para evitar que decenas de camiones sigan saliendo desde los cañaverales ilegales rumbo a la planta de IABSA, ingenio azucarero de Bermejo.

«El contrabando continúa como si nada», aseguraron ayer a este diario miembros de la comunidad ava guaraní Tape Iguapegui, tras remarcar que en pocas semanas, si Gendarmería, AFIP y la Aduana no intervienen a tiempo, se encontrarán con las cosechas de caña de azúcar totalmente levantadas en El Trementinal, Churqui, Algarrobito, Chuscal y otros parajes de la banda ribereña de Mosconi.

Hicieron notar que mientras la Cancillería argentina se muestra indiferente ante la violación de soberanía y los atropellos que sufre el pueblo ava guaraní, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia intervino ante una denuncia penal que Horacio Cruz Castro, cabeza de la invasión territorial, promovió en 2021 en la Justicia de Tarija contra originarios de El Trementinal. El grupo de cañeros bermejeños liderado por Cruz Castro no solo los corre con machetes y aterroriza con armas de fuego, sino que los acusó de supuestas turbaciones en «Valle Dorado», una inexistente isla de la que dice ser dueño en suelo boliviano y que no es otra cosa que territorio de Salta.