La decisión del jefe de Estado se apoya en la tasa de contagio del COVID19 en la Argentina: si el numero de contagiados se duplicaba después de 25 días, Alberto Fernández ordenaba pasar a la fase IV de la estrategia contra la pandemia, que implicaba abrir ciertas actividades comerciales e industriales en todo el país.
La apertura comercial e industrial será gradual, y dependerá de la decisión del Presidente tras una evaluación científica de su comité de expertos: cada provincia presentarán sus casos y finalmente se redactará la Decisión Administrativa que firmará Santiago Cafiero.
Habrá un exhaustivo control sobre el transporte público, no se habilitaran los espectáculos, ni las clases educativas, ni la administración nacional o provincial, al margen de lo que ya se declaró como “actividad esencial”.
En este contexto, y siempre bajo la estricta autorización presidencial, se estudia autorizar el relanzamiento de las siguientes las actividades comerciales e industriales de calzado y cuero, indumentaria, papeleras, tabacaleras, automotrices, y plásticos y químicos.
Estos rubros industriales y comerciales fueron analizados durante toda la semana por Alberto Fernández y su jefe de Gabinete. Y hoy en la quinta de Olivos, se amplió su consideración durante encuentros -por separado- que el presidente mantuvo con Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof.