La estrategia kirchnerista de controntación trabó la vía del diálogo entre oficialismo y oposición

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El ataque a la Vicepresidenta generó la oportunidad para alcanzar consensos entre ambos sectores, pero nada de eso está ocurriendo.

Desde el retorno a la democracia en 1983 muchas veces se intentó reflotar el diálogo entre oficialistas y opositores, para tratar de salir de las profundas crisis políticas, económicas y sociales que afectaron al país.

Muchas veces funcionó. Pero otras tantas fracasó, como en los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. Y ahora, desgraciadamente, parece correr el mismo destino.

El atentado contra la Vicepresidenta fue de una gravedad tal que puso al país frente a un precipicio de consecuencias inimaginables.

Apareció entonces la oportunidad propicia para un diálogo entre el gobierno/kirchnerismo y la oposición, que abra la puerta hacia la paz social. Pero nada de eso está ocurriendo.

El Frente de Todos se reunió en una misa en Luján por "la paz y la fraternidad" (Foto: NA).
El Frente de Todos se reunió en una misa en Luján por «la paz y la fraternidad» (Foto: NA).

La mano de Cristina parece estar detrás de la estrategia oficial. Acusar a buena parte de la oposición, la justicia y el periodismo de sembrar un clima de odio y violencia que llevó al ataque contra su persona. Y después, que el gobierno llame a un diálogo político. Oportunidad perdida.

La convocatoria partió del ministro del Interior, Wado de Pedro, quien se encargó de tender puentes con la oposición, comenzando por el radicalismo.

El plan traía consigo un efecto complementario y era dividir a la oposición ya que las acusaciones de odio estaban especialmente dirigidas al ala más dura del Pro, con Mauricio Macri y Patricia Bullrich a la cabeza.

La cúpula de Juntos por el Cambio (PRO, UCR y CC) coincidió en que el llamado al diálogo era una trampa en la cual no había que caer y dejar que todo se canalice a través del Congreso de la Nación en el tratamiento de las leyes.

Pero el Poder Legislativo también quedó bajo los efectos de la profundización de la grieta, luego de la noche del jueves negro, cuando diputados del oficialismo y la oposición se unieron para la foto y el repudio del atentado.

El discurso por cadena del Presidente y las declaraciones del bloque del FdT dinamitaron cualquier acercamiento. El odio y la violencia vienen de un solo lado. Esa fue la conclusión del Frente de Todos.

Los Senadores repudiaron el ataque a Cristina Kirchner. Foto: Senado
Los Senadores repudiaron el ataque a Cristina Kirchner. Foto: Senado

Para colmo, el Senado fue escenario de ese enfrentamiento cuando la oposición se retiró días pasados y dejó al oficialismo y sus aliados en soledad cuando repudiaron el ataque a Cristina, que, por supuesto, no estaba en el recinto.

Quizás por esa razón, desde la propia Casa Rosada se bajaron los decibeles de esa convocatoria al diálogo y dijeron que solo se trataba de algo informal.

El kirchnerismo se montó sobre una convocatoria de la Iglesia, que había llamado a rezar el fin de semana en todos los templos por la paz social, en coincidencia con la histórica colecta nacional Más por Menos.

Así nació la misa por la “paz y fraternidad” de los argentinos que se hizo ayer en la Basílica de Luján.

Esa iniciativa produjo un profundo enojo en el Episcopado, por el “uso político” que estaban haciendo de un hecho tradicional de la iglesia católica.

Sobre llovido mojado. Los obispos ya estaban molestos porque la convocatoria del Presidente a un encuentro multisectorial en la Casa Rosada, tras el atentado contra Cristina, se convirtió en el lanzamiento de las acusaciones contra la oposición, la justicia y los medios.

De todos modos, los obispos quedaron atrapados una vez más por el kirchnerismo y el arzobispo de Mercedes Lujan, Monseñor Jorge Eduardo Scheinig, fue quien presidió la misa política de Luján.

Sin la oposición, fue curioso ver a lo más rancio del kirchnerismo en la basílica, teniendo en cuenta la opinión que siempre mostraron sobre la Iglesia. Encima, se tuvieron que tragar el sapo de tener al expresidente Eduardo Duhalde en primera línea, entre el presidente Alberto Fernández y Wado de Pedro.

Encima, los organizadores de la misa dijeron que todo lo hacían bajo el espíritu de la encíclica del Papa Francisco, “Fratelli tutti”.

Amén.