Desde la cámara empresaria minera piden estabilidad macroeconómica. El sector está afectado por el cepo pese a ser superavitario en la balanza comercial.

Mignacco y la secretaria de Energía de la Nación, Flavia Royón, en la apertura del Seminario de Litio. Pablo Yapura

En minería, la planificación siempre es a mediano y largo plazo. Es un negocio con inversiones millonarias, en dólares y de alto riesgo. La política gubernamental de los países y distritos donde se desarrolla esta actividad es uno de los factores, entre varios, que determinan si es que se desarrollan o no los proyectos mineros. De hecho, hay consultoras de alcance mundial que miden específicamente ese componente político (el Instituto Fraser es una de las más prestigiosas). Por ello, lo que va a pasar tras estas elecciones presidenciales es de alto interés para las empresas del sector.

Cualquiera sea la administración nacional que asumirá en diciembre próximo, la expectativa del empresariado minero es la misma: que se pueda invertir, desarrollar una actividad que está vista por unanimidad entre los candidatos de estos comicios, con diferentes matices, como una de las pocas salidas que tiene el país para salir de la crisis económica que lo atraviesa.

Sobre ese punto, El Tribuno pudo dialogar con el presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Minero (CAEM), Franco Mignacco, quien fue una de las figuras del panel de apertura de la última edición del Seminario Internacional Litio en Sudamérica, que tuvo lugar en la capital salteña entre el miércoles y jueves pasado.

«Tenemos una agenda por delante sumamente cargada con respecto a que se pueda estabilizar las variables macroeconómicas, las cuestiones del acceso al mercado único libre de cambios para importaciones, pagos de deuda, pagos de dividendos», explicó el dirigente empresarial oriundo de Jujuy ante la consulta sobre cuáles son las perspectivas del sector sobre el gobierno próximo.

«Es lo que tenemos hoy en cartera para muchos de los proyectos, que son el requerimiento de las compañías que están invirtiendo hoy, tanto en litio, como los proyectos de cobre, oro y plata que están operando en el país y que están sufriendo, en algunas operadoras, las consecuencias de tener algunos atrasos cambiarios con respecto a los niveles de exportación y los cuales están afectando directamente en la ecuación económica de los proyectos», dijo Mignacco.

La misma advertencia se la planteó, en su discurso, a las autoridades nacionales y provinciales que compartieron con él la presentación del Seminario. La respuesta fue la esperada: la falta de dólares en las reservas nacionales atan de manos y pies a quienes pueden dar una solución a los reclamos sectoriales. Toda una paradoja ya que la minería es una de las pocas actividades con balanza comercial positiva, es decir que producen más dólares que los que requieren. En el primer semestre de este año esa relación dio un saldo positivo de US$ 1.440 millones entre todas las compañías que producen minerales en el país, según datos oficiales.

Además de las consecuencias sobre las minas en producción, el titular de la CAEM señaló que también hay un impacto directo del cepo cambiario sobre las inversiones en exploración, que son claves para el futuro de la actividad.

«Está impactando directamente en la disminución de las capacidades productivas y la reinversión en materia de exploración para seguir ampliando la vida de los proyectos», señaló.

Aún así, destacó que muchas inversiones, sobre todo en litio, no se detuvieron, por el protagonismo que adquirió ese mineral en la revolución de la industria de autos eléctricos.