En los primeros siete meses de 2022, el IPC nacional del INDEC promedió 5,8% mensual, mientras en otros 10 países de América Latina se ubicó en 1,2%.
La suba en los precios de los alimentos ha sido una de las principales casusas del incremento de la tasa de inflación en varios países de América latina en el último año y medio. Sin embargo, Argentina quintuplica el promedio de la región en ese rubro.
Según un estudio del IREAL de la Fundación Mediterránea, la inflación en alimentos y bebidas no alcohólicas en nuestro país promedió el 3,5% mensual en el 2021 y se elevó al 5,8% en los primeros 7 meses del 2022 (IPC INDEC Nacional).
En tanto, en 10 países de América Latina, la inflación de esos bienes fue de 0,6% mensual en el 2021 y de 1,2% por mes en lo que va del año.
Mientras la tasa de inflación subió 2,3 puntos porcentuales mensuales en Argentina, en los vecinos países lo hizo por bastante menos: 0,6 puntos porcentuales.
“A pesar de que en todos los países la inflación en alimentos está siendo mayor que la del año pasado, el cambio de los precios ha tomado más velocidad en algunos países respecto de otros”, señala el estudio.
En ese sentido, destaca particularmente los casos de la Argentina (+2,3 puntos porcentuales por mes), Chile (+1,6 puntos porcentuales), Colombia (+0,9 pp) y Brasil (+0,9 pp).
Por el contrario, los países que se están mostrando más estables son México (+0,3 pp), Perú (+0,4 pp), Uruguay (+0,5 pp) y Bolivia (+0,6 pp).
Así, la brecha entre Argentina y algunos países de la región se va haciendo cada vez más grande. Por ejemplo, la inflación local es 9,8 veces más que la de Bolivia, 6,7 veces superior a la de Ecuador y se ubica 6,2 veces por encima de la de Paraguay.
La aceleración de los precios de materias primas agropecuarias y alimentos tuvo un incremento importante en el primer trimestre del año tras la invasión de Rusia a Ucrania, mientras en el segundo trimestre y en julio se viene observando lo contrario, un retroceso, según el documento de Fundación Mediterránea.
El valor de la canasta que monitorea la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que contiene un mix de precios internacionales de carnes, lácteos, aceites, granos y azúcar, había subido un 19% en los primeros tres meses de 2022, muestra una caída del 12% desde entonces, con un ajuste muy fuerte en julio (-8,6%).
En julio, la inflación en alimentos se ubicó en niveles bastante más bajos en varios países de la región (Paraguay, Ecuador, Colombia, Chile). Pero eso no sucedió en Argentina, que volvió a tener una inflación muy elevada (6%).
Según la Fundación Mediterránea, “el problema local está muy asociado a las debilidades fiscales y a la incertidumbre respecto de la vocación y posibilidad del gobierno actual de corregir los desequilibrios macroeconómicos. El déficit fiscal se ha mantenido, con un gasto público muy activo y además se han reducido sensiblemente las posibilidades de conseguir crédito para refinanciar las deudas del Estado nacional”.