jueves, abril 25

La medicina prepaga advierte que no podrá cubrir los hisopados y temen “no pasar enero”

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El sector atraviesa un momento crítico y asegura no poder cubrir los costos con los aumentos que se autorizaron. Al mismo tiempo, reclama una solución en el corto plazo y la vuelta de los subsidios. En medio del creciente número de contagios por Covid-19 y ante una situación sanitaria nacional que pareciera complicarse aún más con el correr de los días, desde la medicina prepaga señalan que “no pasan” de enero si no se encuentra una solución a la caída de los ingresos y que puede haber faltante de prestaciones, inclusive de hisopados para detectar covid-19.

El pedido de auxilio se genera luego de que el 31 de diciembre del 2020, el Gobierno Nacional diera marcha atrás con un incremento del 7% en las cuotas de las empresas de medicina prepaga, que previamente había autorizado a través de una norma publicada en el Boletín Oficial.

El sector se encuentra atravesando una situación crítica producto no sólo del freno del aumento sino también de la quita de ayuda estatal como fueron los ATP.

“Si no se actualiza la cuota simplemente no se pueden atender. El desfasaje que ha tenido la cuota del sistema de seguridad social es del 54%. Estos aumentitos están cubriendo parte de eso. Hoy estamos en el 65% de la cuota”, explicó Ricardo Lilloy, presidente de la Cámara de Empresas de Medicina Privada (Cempra).

En diálogo con Radio Mitre, el ejecutivo hizo referencia al estado de salud del sistema y explicó que “en 2020 tuvimos un aumento de 12%. Eso nos dejó perdiendo contra la inflación que todos conocemos, pero a ese incremento del costo de vida hay que sumarle la inflación de la medicina que es un adicional por la tecnología y la suba de los medicamentos. El sistema necesita mantener una ecuación económica y no lo ha hecho”.

Al respecto del desfinanciamiento que vive el sector, Lilloy explicó que impactará en “escasez y merma de la prestación de servicio, que ya es algo que viene sucediendo. Durante el 2020 el Estado nos salvó de una crisis terminal por el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) y los beneficios impositivos, pero a partir del 1° de enero se suprimieron y el magro aumento no termina de solucionar la situación. En este contexto, el sistema no pasa enero, debe ser resuelto de forma urgente”.

Asimismo, reconoció que durante la pandemia hubo una caída en los gastos por la menor cantidad de atenciones de otras enfermedades, como por ejemplo las respiratorias, pero que eso no afectó intrínsecamente el costo de la operación: “La baja de la gente que no fue a atenderse no hizo bajar el costo. Si uno analiza la evolución de los ingresos, que son estables pero tienen demanda estacional –por ejemplo, las enfermedades respiratorias–, observa que es constante mientras que los egresos tienen ondas.”

En ese sentido, explicó que “los gastos fueron menores este año, hubo menos prestaciones de las que se denominan voluntarias, que son las consultas al médico, pero ese segmento es un porcentaje menor; las internaciones, los tratamientos crónicos, la medicación que aumentaron más que la inflación, los insumos que son dolarizados”.

El sistema tuvo una transferencia de 100.000 millones de pesos en 2020 que se quitó a partir del 1° de enero, y sin fondos se nos hace muy difícil subsistir” finalizó.