viernes, marzo 29

La nobleza china jugaba al polo montando asnos

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Una aristócrata de Xi’an llamada Cui Shi se hizo enterrar junto a sus burros para poder practicar este deporte en el más allá

La nobleza china jugaba al polo montando asnos
Los nobles chinos jugaban a polo en asnos (Antiquity)

18/03/2020

El polo a caballo era un deporte tan peligroso en la antigüedad que incluso un emperador chino fue asesinado durante un juego. Así que la nobleza de ese país decidió que, para no correr tantos riesgos, había que cambiar de montura. Eligieron a los asnos, que ofrecían una alternativa mucho más segura y, en algunos casos, ocuparon un lugar tan especial en el corazón de sus dueños que los acabaron enterrando junto a ellos.

Esto es, precisamente, lo que hizo Cui Shi, una mujer noble de la China Imperial que con su último gesto -se supone que dirigido a su adaptación a la otra vida- ha proporcionado a los arqueólogos la primera evidencia del polo en burro, una práctica que hasta ahora solo se conocía a través de la literatura, según se detalla en un artículo publicado en la revista Antiquity .

Juego duro

El polo a caballo era un deporte tan peligroso que incluso un emperador chino fue asesinado durante un juego

Shi murió en el año 878 después de Cristo en Xi’an. Esta ciudad, capital de la provincia de Shaanxi, fue conocida como Chang’an (Paz Eterna) y se situaba en el extremo oriental de la Ruta de la Seda , además de albergar las casas reales de las dinastías Zhou, Qin, Han y Tang (que abarcan un período de unos 2.000 años desde el 1050 a.C. hasta el 907 d.C.).

El equipo de investigadores, formado por especialistas de distintas instituciones chinas, no esperaban encontrar huesos de asno en medio de la tumba. Lo primero que pensaron fue que se trataba de animales usados como fuerza de trabajo. “Pero no había ninguna razón para que una mujer como Cui Shi usara un burro, y mucho menos que lo sacrificase”, explica el profesor Songmei Hu, autor principal del estudio.

Restos óseos de los asnos (c y d), un estribo (a) y el epitafio (b) que confirma que es la tumba de Cui Shi
Restos óseos de los asnos (c y d), un estribo (a) y el epitafio (b) que confirma que es la tumba de Cui Shi (Antiquity)

Para los arqueólogos había una dificultad añadida. “Esta era la primera vez que se encontraba un entierro de este tipo“, añade Hu. Tratando de revelar el misterio, los científicos acudieron a los textos históricos tratando de encontrar pistas para desentrañar el secreto. La indagación dio frutos más que interesantes.

Lo primero que encontraron es que Bao Gao, esposo de Cui Shi, era un entusiasta jugador de polo a quien el emperador ascendió por ganar un partido. Sin embargo, Gao perdió un ojo durante otro juego. “Los documentos también mostraron que a las damas de la última corte Tang les encantaba jugar al polo de burros”, dice la profesora Fiona Marshall, experta en asnos de la Universidad de Washington que ayudó a estudiar los huesos de los animales.

Textos históricos

Bao Gao, el esposo de Cui Shi, era un entusiasta del polo a quien el emperador ascendió por ganar un partido

Cui Shi podría haber tenido tanto afecto por sus mascotas que decidió que las enterraran con ella, lo que les permitiría acompañarla al más allá para que pudiera seguir jugando, indican los investigadores. ”Hay evidencias de que los burros en su tumba eran para polo, no para transporte”, indica Hu, quien examinó el contexto histórico de la tumba.

Los arqueólogos desconocen si esta noble china pudo seguir jugando a su deporte favorito en la otra vida, pero celebrar los esfuerzos de Cui Shi porque les ha permitido analizar la importancia de los asnos para las mujeres aristócratas de la dinastía Tang y la preeminencia del polo de burro hace más de 1.000 años.

Uno de los cráneos encontrados en la tumba de Cui Shi
Uno de los cráneos encontrados en la tumba de Cui Shi (Antiquity)

Los historiadores creen que este deporte tiene sus orígenes en Irán, donde guerreros nómadas de Asia Central -quienes lo denominaron chovgan– lo jugaron por primera vez hace más de dos mil años. Se extendió gracias a la expansión del Imperio parto (o arsácida), situado en la ruta de la seda, entre el imperio romano en la cuenca del Mediterráneo y la dinastía Han de China.

Fue durante la dinastía Tang, que gobernó el imperio del 618 al 907 después de Cristo, cuando este deporte floreció realmente en el país. El polo se convirtió en uno de los pasatiempos favoritos de las familias reales y los nobles. Hasta tal punto llegó el fervor que un emperador utilizó los partidos para elegir a sus mandos militares.

En China

Fue durante la dinastía Tang, que gobernó el imperio del 618 al 907 después de Cristo, cuando el polo floreció

Así fue como el Bao Gao fue ascendido a general por el emperador Xizong tras ganar un juego. Sin embargo, los peligros que rodeaban la competición hizo que los nobles se fueran decantando por practicar el Lvju (polo en burro). Aunque ambas formas aparecían mencionadas en la literatura, el polo a caballo era el único representado en las obras de arte.

Todo cambió con el descubrimiento de la tumba de Cui Shi, que murió en el año 878 después de Cristo. El espacio fue excavado por primera vez en 2012 y lo primero que detectaron los arqueólogos fue que las cámaras de ladrillo habían sido desvalijadas. Sin embargo, los saqueadores habían dejado huesos aparentemente inútiles de animales dispersados por la tumba.

Los asnos rara vez se han utilizado como animales deportivos
Los asnos rara vez se han utilizado como animales deportivos (Antiquity)

También dejaron algunos artículos que consideraron de bajo valor económico como un estribo de plomo y un epitafio de piedra, que a la postre permitió identificar el espacio como la sepultura de la mujer noble de Xi’an (o Chang’an), la ciudad donde comenzaba la Ruta de la Seda. Por eso, inicialmente, se pensó que los asnos se usaban para transportar mercancías y/o personas.

”Los burros -apunta Marshall- fueron el primer animal de carga, las ‘máquinas de vapor’ en África y Eurasia occidental. Pero no sabemos casi nada sobre su uso en el este de Asia. No se han encontrado sus esqueletos, probablemente porque murieron a lo largo de las rutas comerciales y no fueron preservados “.

Los arqueólogos analizaron los patrones de tensiones en los huesos
Los arqueólogos analizaron los patrones de tensiones en los huesos (Antiquity)

Incluso hoy en día estos son importantes animales de transporte en muchas áreas rurales del planeta, pero la mayoría no tienen el estatus que ostentan los caballos. Por eso, señalan los investigadores, era extraño encontrar asnos enterrados con una dama noble en la dinastía Tang. La datación por radiocarbono demostró que los huesos tenían la misma edad que la tumba, lo que sugería que eran una “parte intencional” de la sepultura original.

Los arqueólogos también estudiaron el tamaño y los patrones de tensiones en los huesos, unos detalles que están influenciados por las actividades que han desarrollado durante su vida y podían arrojar luz sobre el uso que tuvieron estos asnos. El análisis coincidía con animales de estatura más pequeña que frecuentemente corrían y giraban, por lo que eran improbable que fueran de carga.

Actividad fuera de lo normal

Los burros se usan para traer agua y leña o llevar niños, pero es raro que se usen como caballos deportivos

“Los burros enterrados en Xi’an proporcionaron la primera oportunidad, y muy rara, de entender su rol en las sociedades de Asia Oriental”, argumenta la profesora Marshall. “Realmente -complementa Hu, encontramos algo especial en el contexto arqueológico e histórico que ilustra que los asnos también se pueden usar para otros fines que no sean el transporte y la carga”.

Los burros son “resistentes y fuertes, además de gentiles, y desempeñan un papel muy importante en la vida cotidiana de los pequeños agricultores y comerciantes en muchas partes del mundo”, indica Fiona Marshall. ”A veces se les considera animales domésticos porque ayudan a traer agua y leña, a llevar niños o recolectar basura. Pero rara vez se han utilizado los burros para competir como si fueran caballos deportivos”, concluye.