La receta empresaria para volver a impulsar la inversión en la Argentina

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La receta empresaria para volver a impulsar la inversión en la Argentina

Roberto Murchison, presidente de IDEA y gerente general de Grupo Murchison. Con un pobre nivel menor al 16% del PBI, lo ejecutivos proponen un conjunto de medidas que permitirán trabajar en recuperar la productividad del país

«Es momento de levantar la alfombra. Porque sabemos que ahí dejamos muchos problemas de los que tenemos que hacernos cargo, y al mismo tiempo, aunque parezca paradójico allí también hay mucho potencial; poco mirado u oculto. En Argentina están los problemas del país, pero también sus soluciones».

La frase pertenece a Roberto Murchinson, titular del grupo empresario que lleva su apellido y figura principal del 57º Coloquio de IDEA, el evento empresario que se llevó a cabo en el Centro Costa Salguero porteño en el cual más de 600 hombres de negocios debatieron durante tres días cómo repensar la Argentina.

En ese contexto, el empresario resumió en su presentación el crudo escenario que sufre la Argentina, con el 40,6% de pobres (unos 18 millones de personas o cuatro de cada 10); con un mercado de capitales que mueve menos dinero que La Quiniela ($216.000 millones vs. $220.000 millones) y el 50% de los jóvenes que comienza el secundario y no lo termina.

Se trata de un escenario que colegas entienden como necesarios de resolver para que la Argentina deje la crisis actual y vuelva recuperar un sendero de mayor optimismo.

Ordenar la macro economía; resolver los problemas sociales; disminuir la pobreza; crear un Estado que haga equilibrio entre la asistencia social y el equilibrio fiscal; dejar de politizar la educación y la salud y fomentar la inversión son los mayores reclamos resumidos por Murchinson.

Una agenda cargada pero consensuada entre el establishment corporativo en donde se generalizó el reclamo para poder contar con una «macro ordenada» como condición necesaria pero no suficiente para  generar más trabajo, crecer, dinamizar la sociedad y desarrollar un esquema sostenible que  contribuyan a la disminución del 40% de pobreza.

El discurso de Murchison fue el cierre de esta edición del Coloquio de IDEA.

El discurso de Murchison fue el cierre de esta edición del Coloquio de IDEA.

Salir de la dictomía sobre el Estado

«Salgamos de la dicotomía de los que buscan la paz social a través del déficit inviable, y del otro lado los que buscan el equilibrio fiscal sin tener en cuenta la realidad social de los excluidos», pidió Murchinson como condición para alcanzar ese objetivo.

Es decir, encontrar una diagonal pero sin tener que elegir entre una y otra sino tomando un conjunto de decisiones complejas y duras, «que requieren enorme responsabilidad de los líderes» y que los políticos dejen de lado la grieta sobre Estado grande vs. Estado chico y afronten un debate sobre tener un Estado eficiente y cómo hacerlo.

Como lo sintetizó Murchinson, quien comprende que cualquier discusión sobre la productividad, necesariamente debe incluir a un actor de la economía que ocupa, gasta o invierte más del 40% del PBI.

«Si vamos a tener un Estado grande, como mínimo debe ser eficiente, que llegue a todos los ciudadanos con servicios de calidad», pidió el titular de IDEA, quien de todos modos consideró que la actual dimensión que tiene el Estado «es demasiado grande para la economía que tenemos, no podemos pagarlo».

Murchison pidió un Estado eficiente, más allá del tamaño que se apunte desde la política.

Murchison pidió un Estado eficiente, más allá del tamaño a que se apunte desde la política.

El lugar de la política

El tercer parámetro que los empresarios analizaron como necesidad de cambio es el rol de la política, teniendo en cuenta que en plena campaña no se evidencien discusiones de fondo pero se politizan otros temas que deberían quedar al margen de la disputa ideológica por el poder.

«Hay temas que no podemos politizar. Discutimos años sobre el daño que nos hacíamos cuando politizábamos, por ejemplo, la justicia. Pero ahora hemos politizado también la educación y la salud. Son temas técnicos que deberíamos afrontar sin politización, sin ideologías, con todas las miradas y bibliotecas que existan, con el único norte del bien común y sin politización», cuestionó Murchinson.

El cuarto punto que el Coloquio de IDEA dejó como herencia de debate es el fomento de la inversión como generadora de trabajo y de reducción de la pobreza.

Un dato objetivo aportado por Murchinson en su discurso da cuenta de lo lejano que se encuentra ese objetivo: Argentina tiene una tasa de inversión del orden 16% PBI cuando todo porcentaje menor al 22% o 23 % implica que las empresas se están «comiendo el capital» o desinvirtiendo.

Para atraer inversiones, el plan de IDEA es:

• Estabilidad en las reglas de juego y su interpretación.

• Trabajar sobre la productividad, pero la productividad en serio, no una devaluación para licuar los costos en dólares para la exportación.

• Lograr que todo el ahorro no vaya a financiar el estado, se necesita volver a tener crédito en el sector productivo, tal como también lo proponen los movimientos sociales.

• Costos laborales no salariales que generan una economía en negro demasiado grande.

• Repensar el esquema impositivo. Hay que simplificarlo y abaratarlo. Hoy los que pagan impuestos, pagan impuestos demasiado altos.

• Generar unos pocos acuerdos básicos pero esenciales que pongan fin a décadas de tantos movimientos pendulares.

• Políticas de Estado que perduren en el tiempo. Así lograremos generar confianza y Argentina será un país previsible, gobierne quien gobierne.         

«Desde IDEA nos rehusamos a pensar que Argentina no puede tener un futuro mejor o que algún día no podamos decir que tiene un presente en lugar de un futuro, por lo cual quiero compartir con un ustedes las cosas que nos dan esperanza» agregó Murchinson.

f:IProfesional