jueves, abril 25

La Repregunta. Patrizio Bianchi: “El problema educativo arranca en la escuela primaria y su dificultad para enseñar a conceptualizar”

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El especialista italiano asegura que la economía 4.0 exigirá personas capaces de entender el mundo en términos de la lógica digital, y formadas en una escuela que no separe el saber del hacer

“Tenemos que crear en las familias la idea de que la educación técnica es una oportunidad clave y una primera opción, no una opción secundaria”, subraya y desarrolla: “La educación técnica no es de segundo nivel”. “La nueva escuela técnica tiene que tener a su espalda una fuerte capacidad de conceptualización”, plantea. “Necesitamos una integración más fuerte entre escuela, empresas e instituciones”, dice. “El debate en torno a la educación y el trabajo hoy plantea que el problema educativo no es un problema de la secundaria. El problema arranca ya en la escuela primaria”, reflexiona. “En todo el mundo se da el mismo problema: jóvenes que no trabajan y empresas que no encuentran trabajadores con habilidades y capacidades”, describe. “El punto fundamental de una economía 4.0 es cómo encarar el cambio y potenciar al mismo tiempo a las personas”, sostiene.

“En esta cuarta revolución económica, es el mercado el que cambia”, afirma y agrega: “el mercado maduro funciona con una demanda muy personalizada”. “Esta educación de la revolución 4.0 apunta a desarrollar la capacidad de conceptualizar, aprender a aprender, de escuchar a la gente y de entender”, subraya. “Para segmentar el mercado y responder a diferentes necesidades, los sectores tradicionales tienen que aplicar inteligencia artificial y big data”, comenta. “En la economía actual, hay que tener una capacidad de aplicación de conocimientos y, al mismo tiempo, de elaborar conceptos”, destaca.

“Hay un concepto de instrucción que separa excesivamente campos del conocimiento: por un lado, la cultura totalmente humanística que permite elaborar conceptos y, por otra parte, una cultura técnica que se concibe como la simple aplicación de conceptos”, cuestiona. “La matemática no es contabilidad. Saber matemática es tener la capacidad de elaborar modelos en su propia mente”, clarifica. “La estructura de la nueva educación técnica permite a las personas desarrollar la capacidad de elaborar sus propios conceptos, hacer proyecciones y manejar instrumentos para obtener los datos y transformarlos en conceptos”, sintetiza.

El economista italiano Patrizio Bianchi, que hasta octubre fue el ministro de Educación de Italia durante el gobierno de Mario Draghi, estuvo en La Repregunta. Bianchi es especialista en economía industrial y en educación. Es politólogo por la Universidad de Bolonia y se especializó en economía y política industrial en la London School of Economics. Fue rector de la Universidad de Ferrara, en Italia, y director científico del Big Data Technopole de Bolonia.

Este año, Bianchi recibió el doctorado honoris causa por la Universidad de Buenos Aires. Es titular de la cátedra Unesco de Educación, crecimiento y equidad. Bianchi es autor de “4.0. La nueva revolución industrial”, entre otros.

El exministro de Draghi estuvo en Buenos Aires invitado por la Fundación Observatorio Pyme. Aquí, algunos pasajes destacados de la entrevista.

-Usted es autor de un libro sobre la economía 4.0, la nueva revolución industrial. A la hora de analizar el tema de educación y trabajo en el escenario económico actual, ¿el contexto dentro del cual pensar esa cuestión es éste de una revolución industrial 4.0 en marcha?

-Sí, todo el mundo está enfrentando lo mismo. Por una parte, tenemos personas que tienen su propia historia y formación y por otra parte, cambios estructurales. Faltan personas con capacidades y habilidades para hacer el cambio. En todos los países se da el mismo panorama: jóvenes que no trabajan y empresas que no encuentran trabajadores con habilidades y capacidades. Las Naciones Unidas y su secretario general plantean que éste es el problema de nuestro tiempo: ¿cómo se puede impulsar un cambio a través de las personas, invirtiendo en las personas, que es invertir en una educación que permita ver el cambio y anticiparlo? La cuestión es poder encarar ese cambio y encontrar las diferentes necesidades de las personas. Es el punto fundamental de una economía 4.0.

La revolución 4.0 y el gran cambio: las demandas del mercado

-Es decir que las personas deben desarrollar capacidades para ganar la flexibilidad y plasticidad necesarias en el nuevo contexto. Ahora, ¿cuáles son las variables clave que definen a esta economía 4.0? Ya han transcurrido años con una digitalización cada vez mayor y una globalización completamente asentada. ¿Qué diferencia este mundo de la economía y del trabajo con lo que era la economía antes de ese proceso?

-En el pasado, la complejidad tuvo que ver con cantidad y precio. La idea era que cuanto más amplio fuera el mercado, más grande tenía que ser la cantidad de bienes iguales y homogéneos a producir. El conocimiento estaba fragmentado y el trabajo se daba en línea. En la tercera revolución industrial o fordismo, se pueden sustituir las personas por maquinarias sin cambiar la organización. En la cuarta revolución es el mercado el que cambia: el mercado maduro funciona con una demanda muy personalizada. El problema es cómo encontrar las necesidades de las personas y producir bienes todos diferentes. Por eso necesitamos una inteligencia más potenciada como la inteligencia artificial o puede ser simplemente el equipo de personas que trabajan juntos. Necesitamos persona que tengan capacidades técnicas pero hay que entender que lo digital no es una tecnología: es una visión diferente del mundo. Las personas no pueden sobrevivir sin el telefonito. Segundo, necesitamos personas que tengan la capacidad de aprender. Hubo un tiempo en que la distinción entre el tiempo de la escuela y el tiempo del trabajo era muy nítida. Ahora no: ahora las personas tienen que trabajar aprendiendo. Es lo más importante en la complejidad de las empresas internacionales.

-El aprendizaje no se termina nunca. Es todo el tiempo y en toda la vida.

-El tercer objetivo de esta educación de la revolución 4.0 es la capacidad de escuchar a la gente y de entender. El mundo hoy es más complejo que lo que fue en el pasado. Hay cambios en Europa y en parte de Norteamérica. Y también en China, que es un país de viejitos. Estos procesos de envejecimiento cambian las actitudes y las necesidades de la gente. Por eso la globalización no es lo mismo que fue en el pasado. Hay que mirar África: es increíble. Hoy Nigeria tiene 200 millones de personas y en 60 años tendrá más de mil millones de personas. Todos estos cambios le exigen al capital escuchar y ver. Por eso también necesitamos instrumentos capaces de hacer esta proyección.

Educación vs trabajo, ¿cómo conectar lo desconectado?

-Usted habló de una economía que pasa de la cantidad de productos similares o de servicios estandarizados a la calidad. En relación a esta realidad de jóvenes que no encuentran trabajo, que ni estudian ni trabajan, que usted mencionó y, al mismo tiempo, de empresas que no encuentran jóvenes preparados para el mundo del trabajo basado en la calidad. ¿Qué está pasando en la educación que se da esa desconexión entre el mundo de la educación secundaria, por ejemplo, y el mundo del trabajo? ¿Por dónde pasa el problema ?

-El problema pasa, por un lado, por el hecho de que las empresas tienen que conocerse mucho más y hacer un análisis apropiado de cómo cambiar. Por otra parte, necesitamos una integración más fuerte entre la escuela, las empresas y las instituciones. No se puede hacer uno a uno, de manera aislada. En el gobierno de Draghi, pasamos varias reformas. Instituimos y potenciamos los institutos técnicos superiores, dos años de educación formal entre la escuela media y la universidad, paralela a la universidad. Es un período de experiencia. Están funcionando muy bien. Hay nuevas materias, por ejemplo, para construir todas las capacidades relacionadas con big data para contar con inteligencia artificial en sectores maduros. Tendemos a pensar que los sectores tradicionales, como el textil, están de un lado y, del otro, los sectores nuevos de la informática y big data. La verdad es que ahora el sector textil es muy capaz de volverse muy competitivo. Para segmentar el mercado y responder a diferentes necesidades, tiene que aplicar inteligencia artificial y big data. ¿Qué es big data? En Italia, cuando tenemos un concepto que no es claro, lo vamos a decir en inglés. Big data implica contar con computadoras que tienen datos de todo. El riesgo es que estos datos sean simplemente un mar y que no haya capacidad de navegación.

“La estructura de la nueva educación técnica permite a las personas desarrollar la capacidad de elaborar sus propios conceptos, hacer proyecciones y manejar instrumentos para obtener los datos y transformarlos en conceptos”

-Que no haya capacidad de generar conocimiento a partir de esos datos.

-Exactamente. Por eso se necesita esta capacidad de desentrañamiento, esta educación que permita usar datos teniendo muy claro cuál es el objetivo.

-La Argentina discute temas muy básicos, por ejemplo, la imposibilidad de que los alumnos terminen el secundario con conocimientos sólidos en matemática y también en lengua, esos dos pilares del aprender a aprender durante toda la vida. ¿Qué debate se da hoy en torno a ese tema? ¿Cómo conectar una escuela secundaria que no logra construir esos cimientos con un mundo del trabajo cada vez más sofisticado en términos de estas habilidades nuevas de recolección y de decodificación de esos datos? ¿Por dónde pasa el debate hoy?

– La discusión pasa hoy por la idea de que no es un problema de la secundaria. el problema arranca ya en la escuela primaria. Tenemos que empezar enfocándonos en la primaria. En la primaria, los chicos tienen que tener la capacidad de comunicarse y elaborar conceptos. El problema no es de aplicación de una serie de conocimientos como física o matemática. Hay un problema más fundamental: permitir a los chicos un crecimiento hacia la abstracción y la elaboración de conceptos, que es lo más difícil. Porque la paradoja es que en la economía actual hay que tener una capacidad de aplicación de conocimientos y, al mismo tiempo, de elaborar conceptos. En la primaria, es fundamental y después, en la secundaria, podemos tener diferentes objetivos. Y al término de la secundaria, se puede hacer el camino largo que es la universidad o esos dos años de instituto técnico superior, que son muy mirados.

-Una vez terminada la secundaria, ¿un alumno puede elegir el camino de la educación técnica superior o el de la universidad?

-Ahora son dos vías paralelas, las universidades por un lado y por el otro, estos institutos. En Italia, estamos creando una red nacional de institutos técnicos superiores. Hay unos 105 institutos, ya muy arraigados a nivel local. Hay expectativa de alcanzar una visión más global. En la región de Emilia-Romaña, que es donde vamos a empezar esta experiencia, desde hace más de 10 años hay una institución muy fuerte llamada “Maker” en el sector mecánico, que apunta al sector automotriz con foco en automóvil de lujo, un sector diferente. Hay marcas como Lamborghini, Ferrari, Maserati. El packaging es otro sector que enfrenta una transformación muy rápida. Un sector que es increíble es el de los juegos, el gaming. Durante por lo menos 10 años, un chico de 15 años está, como mínimo, cinco horas al día jugando con su computadora. Estamos descubriendo que esa experiencia es muy importante para entrenar habilidades en un sector increíble que ahora está creciendo, el “digital twin”. Es la posibilidad de hacer una copia virtual de un producto para poder hacer todas las pruebas y experimentos en esa copia sin afectar al producto real. En el sector de astilleros, se hace el digital twin de un barco y se lo somete a pruebas, por ejemplo, en una tempestad. Es el máximo de capacidad de aplicación técnica también en sectores tradicionales. En medicina es un sector muy fuerte. Se puede hacer el cuerpo virtual de una persona.

Educación técnica y movilidad social ascendente

-En la Argentina, la educación técnica ha estado asociada históricamente con la voluntad de movilidad social y de prosperidad de sectores medios bajos y bajos. La educación técnica como manera de salir de su realidad y de superarse. En este mundo con una matriz económica tan distinta, ¿la educación técnica sigue representando una oportunidad de mayor posibilidad de movilidad social? ¿O está enfrentando desafíos en ese sentido?

-En Europa, la educación técnica representaba esa posibilidad. Hoy en Italia muchas familias piensan que es mejor tener un hijo abogado que uno que sea técnico de información. Tiene que ver con una visión muy extendida en el pasado donde esos mundos estaban en diferentes escalas sociales. Hoy esas familias son una oportunidad para potenciar el mundo del desarrollo tecnológico. Hay que incentivar una producción basada en una visión tecnológica no sólo para dar oportunidad al ascenso social sino también para que el país crezca. Es una una etapa muy interesante del mundo. Es un momento de cambio. La cadena de valor está cambiando mucho en todo el mundo. Hasta hace muy poco, mucha de la producción del mundo estaba en China. Ahora China tiene varios problemas: el problema de una población envejecida, el de un crecimiento del consumo interno muy rápido y, además, un problema político. Por eso está claro que tenemos que reemplazar toda la producción que estaba en China o en Asia con otra alternativa. Esta es una oportunidad para América Latina y especialmente para Argentina que tiene una tradición de producción y de trabajo de calidad. Por eso hay que subrayar que la educación técnica no es de segundo nivel. Tenemos que crear en las familias la idea de que la educación técnica es una oportunidad clave, no una alternativa secundaria.

-Si uno piensa en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, el MIT, que siempre figura entre las cinco mejores universidades del mundo, se trata de una institución centrada en lo tecnológico: hay un prestigio intelectual asociado con lo tecnológico. Eso no se ha replicado en otros países, como por ejemplo en la Argentina o en Italia, según lo que usted describe, donde la educación técnica no cuenta con tanto respeto intelectual o social. ¿A qué se debe esa percepción y cómo ve esa realidad?

-Tiene que ver con un concepto de instrucción que separa excesivamente campos del conocimiento: por un lado, la cultura totalmente humanística que permite elaborar conceptos y, por otra parte, una cultura técnica que se concibe como la simple aplicación de conceptos. Es una visión de la instrucción que se tenía en el pasado, y que persiste todavía en muchas partes del mundo. La nueva escuela técnica tiene que tener a su espalda una fuerte capacidad de conceptualización. No estamos hablando de la estructura de educación técnica que había en el pasado. La estructura de la nueva educación técnica permite a las personas desarrollar la capacidad de elaborar sus propios conceptos, hacer proyecciones y el manejo de instrumentos para tener los datos que se transformen en conceptos. Antes la instrucción era muy fordista, muy segmentada: de un lado, la gente que tenía conceptos pero sin la capacidad de hacer. Y del otro lado, la gente que conoce y maneja instrumentos para hacer pero que no tiene los conceptos para transformar la realidad. En educación, el cambio ahora es permitirle a la gente dos cosas: crecer haciendo conceptualizaciones, y la matemática es eso: la matemática no es contabilidad. Saber matemática es tener la capacidad de elaborar modelos en su propia mente. Y la segunda, desarrollar la capacidad de conocer el mundo y de transformarlo. En Europa, en Italia, los técnicos no conocían la historia. Es una tontería porque si tenés que cambiar el mundo, tenés que conocer el mundo. En septiembre, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, la propuesta fue transformar la educación para transformar el mundo.

“No estamos hablando de la estructura de educación técnica que había en el pasado. La estructura de la nueva educación técnica permite a las personas desarrollar la capacidad de elaborar sus propios conceptos, hacer proyecciones y el manejo de instrumentos para tener los datos que se transformen en conceptos. Antes la instrucción era muy fordista, muy segmentada: de un lado, la gente que tenía conceptos pero sin la capacidad de hacer”

Del obrero al intelectual de los datos

-En todas estas ideas que usted está desarrollando, hay un cambio de conceptualización de la figura del obrero. ¿Estamos pasando de asociar al obrero con una fábrica en una línea de montaje y una escuela técnica que enseña cada uno de esos oficios a un obrero que es un programador y un intelectual de los datos?

-Sí, totalmente. En el pasado, con el fordismo, había una línea de montaje y la educación técnica permitía a cada obrero hacer su trabajo específico. ¿Qué pasó al final del siglo pasado? Las maquinarias empezaron a hacer el trabajo de todos esas especializaciones. Ahora tenemos trabajos muy pobres que no necesitan maquinarias o trabajadores de un nivel muy alto que gobiernan los sistemas productivos basados en las máquinas. Es decir, falta el sector social que está en el medio de esos dos extremos, que es importante porque da estabilidad a la sociedad, al proceso electivo y al sistema social. El error fue creer que la máquina puede sustituirlo. Este nivel medio alto permite transformar el ciclo productivo. Es la conexión entre la economía y la sociedad.

Atento a los cambios económicos

▪ Formación. Politólogo por la Universidad de Bologna; se especializó en economía y política industrial en la London School of Economics.

▪ Vida académica. Fue rector en la Universidad de Ferrara; titular de la cátedra Unesco de Educación, crecimiento y equidad. Escribió 4.0. La nueva revolución industrial.

▪ Función pública. Fue ministro de Educación de Italia durante el gobierno de Mario Draghi.

Nota extraída de La Nación por Luciana Vázquez