Muchos dirigentes de la coalición opositora advierten que el llamado al diálogo es una estrategia del kirchnerismo para calentar la interna entre el ala dura y los moderados.

Tras el fracaso de la misa por Cristina Kirchner del último sábado, La Cámpora sigue buscando tender un puente de diálogo con la oposición. Y si bien las conversaciones entre ambos espacios continúan, algunos referentes de Juntos por el Cambio creen que se trata de una estrategia del kirchnerismo para generar más división en lainterna entre duros y moderados.

Según pudo saber TN, el oficialismo descartan por estas horas que se haga una nueva misa, como había trascendido el fin de semana. La idea, ahora, es lograr “una especie de foto” que reúna tanto a figuras del Gobierno como a opositores.

“Tratemos de tener una respuesta madura ante las circunstancias. La dirigencia debe tener presente que se traspasó un límite porque regresó el crimen político a la Argentina. Se quieren invertir las cosas y aquel sector que recibió el ataque pareciera que no puede expresarse. Hay que bajar la tensión y tratar que nadie vea segundas intenciones”, señaló Andrés “Cuervo” Larroque en declaraciones formuladas a la radio FM Urbana Play.

El secretario general de La Cámpora y funcionario bonaerense es uno de los dirigentes que más promovió en los últimos días el puente entre los dos sectores más poderosos de la política nacional. “Era una buena oportunidad pero no creo que sea la única”, había dicho el lunes, consultado sobre la fallida convocatoria a la misa de Luján.

En un acto en homenaje a Antonio Cafiero, exgobernador bonaerense y presidente del Partido Justicialista, el presidente Alberto Fernández hizo un llamado al diálogo. “Estar unidos hace todo más fácil”, dijo el mandatario. En el acto no estuvo La Cámpora.

Antes de la misa del sábado, La Cámpora lanzó nuevas líneas de comunicación con la oposición, pero ninguna tuvo éxito. Hubo contactos con la Coalición Cívica, el radicalismo y el PRO. Finalmente los obispos quedaron envueltos en lo que la oposición calificó como una misa “K” que fue encabezada por el arzobispo de Mercedes Lujan, Monseñor Jorge Eduardo Scheinig.

Más allá de las charlas, varios referentes de Juntos por el Cambio están convencidos de que el llamado al diálogo es una trampa del kirchnerismo para que los opositores más duros -en particular, los “duros” del PRO cercanos a Mauricio Macri y Patricia Bullrich- critiquen a los “moderados” que acepten la convocatoria K.

Consultado al respecto, el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, cuestionó la misa para repudiar el intento de asesinato que sufrió la Vicepresidenta, al afirmar que el lugar “fue usado como una unidad básica, lo que demuestra que el Frente de Todos actúa como una facción”.

El también titular de la Unión Cívica Radical expresó que la oposición ya condenó el atentado contra CFK y dijo que el diálogo entre el Gobierno y la oposición debe ser convocado “en un marco de respeto y nivel institucional, y no a nivel de un partido político”.