La Vicepresidenta tiene la centralidad y en el gabinete surgen dudas respecto a cómo evitar que la agenda judicial ralentice aún más la toma de decisiones.

Desde hace varias jornadas que la esquina de Juncal y Uruguay en el barrio porteño de Recoleta acapara la atención de la política y los medios de comunicación. Es que desde esas intersecciones en las que se ubica el departamento de Cristina Kirchner parece marcarse el pulso político de un Gobierno que por estos días está inmerso en dudas respecto a cómo evitar que la agenda judicial de la Vice no frene una gestión que de por sí tiene un ritmo cansino.

Las incógnitas en el Gobierno no tienen que ver con brindar o no apoyo a Cristina Kirchner en su disputa con la Justicia. Funcionarios y dirigentes del oficialismo se encolumnaron detrás de su causa, pero por lo bajo hay interrogantes respecto al día a día de la gestión.

Semanas atrás la centralidad pasaba por el ministro de Economía, Sergio Massa y, en menor medida, el presidente Alberto Fernández. En el Gobierno repetían que era momento de dejar atrás la interna y concentrarse en la gestión, pero esa cuestión cambió: ahora el pulso del Gobierno lo digita Cristina Kirchner y hay dudas sobre quién conducirá el día a día de la administración pública.

Cristina Kirchner marca el pulso de la política y la gestión quedó eclipsada

En el seno del Gobierno hay quienes dicen que la falta de resultados ya es imposible de ocultar. A modo de ejemplo, este lunes la agenda del Presidente solo contemplaba un puñado de actividades. Además, en el parte de la Casa Rosada solo se informó la actividad de otros cinco ministros. Solo cinco.

Según la cartera que se consulte, las justificaciones son diferentes. En los ministerios que dependen del financiamiento del Tesoro para llevar adelante obras hablan de problemas con la redeterminación de precios por la inflación y, en aquellos en los que su capital más fuerte son los programas e iniciativas de Gobierno, explican que no hay una conducción clara. Algunos apuntan al jefe de Gabinete Juan Manzur y dicen que está pensando más en su posible candidatura en 2023 que en gestionar el gabinete. Como sea, el Gobierno está “parado”.

¿Alberto Fernández va a quedar a cargo de la gestión? Hay quienes en el interior del Frente de Todos pedían que el Presidente se tome unos días de descanso tras sus declaraciones sobre el fiscal Diego Luciani y Alberto Nisman. Mientras tanto, otros se preguntan cuánto tiempo más Sergio Massa sostendrá su apoyo hacia una cuestión como la pelea judicial de Cristina Kirchner que es, en definitiva, una problemática personal y no de Gobierno.

Massa ya no tiene la centralidad de Gobierno y le preocupa que Cristina Kirchner solo se concentre en la Justicia

Aquí surge otra pregunta. ¿Massa está contento con haber perdido la centralidad? En su entorno dicen que no es lo que más incomoda al ministro de Economía, sino que su mayor preocupación pasa por estos días por el temor de que Cristina Kirchner solo se concentre en su agenda judicial. Es que el titular de la Cartera de Hacienda está atado a discutir las decisiones económicas con la Vice, cuya agenda no pasa por estos días por la inflación, la macroeconomía o el dólar.

A modo de ejemplo, cerca del tigrense aseguran que por estos días buscan ofrecerle al campo un dólar más atractivo para que liquide la cosecha y que durante el fin de semana no se pudo avanzar en la cuestión debido al enfrentamiento que se desarrolló entre la militancia K y la Policía de la Ciudad. En el campo dicen que la negociación está trabada y que la relación “está rota”.

Incluso existe cierto malestar en el entorno del tigrense con la Vice por haber impuesto su agenda a tan solo días del viaje de Massa a los Estados Unidos. Allí el ministro de Economía piensa mostrarse como un líder político y una alternativa de cara a 2023. Pero estos planes podrían verse alterados en estas últimas horas con el pedido de diversos sectores del oficialismo y la idea que circula respecto a una posible candidatura de Cristina Kirchner en caso de ser condenada.