viernes, abril 19

Las dos Argentinas: el país está carísimo para la clase media, pero regalado para turistas con dólares

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Para lo que el argentino es caro en término de sus ingresos, para los extranjeros puede ser hasta 4 o 5 veces más barato en dólares que en sus países

En los últimos 13 años hemos pasado por períodos de crecimiento de la inflación en forma constante y devaluación de nuestra moneda. No quedan hoy herramientas para contener la crisis económica más que recurrir a parches que no permitirán cerrar agujeros. Se intentan evitar abordar las causas de la crisis económica de nuestro país para contener las consecuencias. Aún una amplia mayoría de la población sostiene que la economía se puede arreglar sola sin hacer aún más sacrificios en el medio

El Banco Central (BCRA) en «post de cuidar los dólares» se encuentra «encepando la economía» cada vez más rápido (por lo cual acceder al dólar oficial es casi imposible), los importadores deberán ir al paralelo al momento de reponer el stock actual.

Veamos un ejemplo: el precio de una consola de videojuegos que hoy se consigue a $209.999 y con la imposibilidad de conseguir dólares para importar este bien, su valor escalara al dólar al que pueda acceder rápidamente, llegando así a un valor de $283.498. Lo mismo ocurriría con demás bienes como una remera o zapatos que al tener que importarse los precios cada vez más se inflarían llegando a valores como $9.706 y 59.398 pesos.

A pesar de que este recorrido alcista es generado por la interrelación entre la inflación y la devaluación del peso para lo que el argentino es caro en término de sus ingresos en pesos para los extranjeros de los países limítrofes Argentina puede ser hasta 4 o 5 veces más barato en dólares que la compra de esos mismos productos en sus respectivos territorios.

A continuación, veremos que si compramos elementos de la canasta básica como arroz, hay una diferencia en dólares de 1.891% cuando comparamos los precios en Uruguay.

Y si comparamos el precio de la azúcar en Paraguay hay una brecha de 180 por ciento.

Si cotejamos los precios de una gaseosa cola de 1,5 litros con Chile, notaremos que también hay una diferencia de precio de 220 por ciento.

Con Brasil, en tanto, tenemos una diferencia de precios en azúcar de 1 kg de 212 por ciento.

Con Bolivia, la diferencia de precios en arroz es del 236 por ciento. 

La diferencia de precios en dólares que hay con nuestros países vecinos genera que el cruce de la frontera hacia nuestro país sea una práctica cada vez más habitual y recurrente debido que en medio de la inflación no vemos lo barato que estamos en relación a otros países.

Cómo el dólar se convierte en la contracara más visible de pérdida del valor del peso aunque la inflación vaya camino al 140% el gobierno intenta contenerlo de varias formas:

1- Interviene el dólar oficial con mini devaluaciones diarias que están por debajo de la inflación (Abril Inflación 8,4 y la devaluación tipo de cambio oficial 6,5%. Mayo Inflación proyectada 8,7 % y devaluación 7,5 por coento)

2- Interviene en la brecha cambiaria en el mercado de dólares a los efectos de sostener los dólares financieros

3- Se toman créditos en dólares de todos los organismos multilaterales de crédito posible: Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, Confederación Andina de Fomento.

4- Se extiende el Swap con China al tiempo que se intenta adelantar desembolsos con el FMI. Se piensa en lo que implica una corrida por el daño en las elecciones que pueda ocasionar y no en la economía de los Argentinos.

En los últimos 3 años observarán en el gráfico que la inflación estuvo por encima de la devaluación del tipo de cambio intentando el gobierno sostener un dólar que hoy implica una brecha del 98% entre el oficial y el paralelo y el costo mayor que pagamos los argentinos que es que no tenemos dólares dentro del sistema por qué nadie quiere liquidar o ingresar sus dólares a un precio bajo para luego operar en el mercado a precios de la economía doméstica que miran el paralelo.

Es importante recordar que durante estos últimos 13 años la tendencia de la serie es evitar el sinceramiento fiscal y a toda costa continuar con un esquema cambiario en donde con una actual brecha de un 98% los hacedores de política quieren llegar a finalizar el gobierno con cierta «pax artificial» (si el mercado ajustara correctamente el tipo de cambio oficial desde el inicio de este último gobierno hoy debería estar en $383) y para que esto ocurra se hace clave obtener dólares para abastecer a todo el mercado cambiario y que la devaluación que está en la puerta de la esquina se demore en llegar.

Hoy las reservas del BCRA son negativas por que a los los u$s33.000 millones hay que descontarle aquello que no tiene liquidez inmediata como el oro y los derechos especiales de giro. Estamos ante la brecha entre el tipo de cambio oficial y paralelo más grande de los últimos tiempos. Las brechas cambiarias fueron superadas por el mismo gobierno. En octubre 2020 era de 105%, diciembre 2021 era de 121%, Julio 2022 151%. Para ver una brecha tan grande en nuestra historia tenemos que remontarnos a 1976 cuando llegó a ser del 263 por ciento. 

Las reservas internacionales luego de alcanzar un pico en diciembre de 2018 en u$s65.806 millones no pararon de descender hasta los valores actuales que son muy similares a las reservas con las cuales se despidió el segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en u$s31.443 en 2014 y en u$s25.563 millones en 2015. Incluso por debajo de los valores actuales pero aún quedan 6 meses por delante para esta gestión.

Entonces teniendo en cuenta que voluntariamente el gobierno no tiene en sus planes (al menos hasta el momento) devaluar la moneda y solo llegar al final de su mandato sin demasiados saltos nominales y bruscos del tipo de cambio, a la economía solo le queda ir ajustando sus parámetros al ritmo inflacionario.

A pesar que Argentina es mucho más barata que nuestros países vecinos esto solo esconde el proceso inflacionario con un tipo de cambio anclado artificialmente. Hay inflación reprimida que se está escondiendo detrás de los pasivos remunerados del Banco Central, retraso del tipo de cambio oficial y otros precios relativos de nuestra economía.

En el algún momento lo reprimido saldrá a la luz y el costo lo pagaremos todos los argentinos. La gran pregunta será quien será el culpable: ¿el represor o el que tuvo que asumir los costos de la represión?

En esta sencilla pregunta se juega el futuro devenir económico de nuestro país. Si la respuesta es la segunda opción aún no estaremos maduros para salir de esta situación de inflación, pobreza e indigencia crónica. Si la respuesta es la primera opción hay luz después del túnel que no garantizan pero si al menos adelanta un cambio desde la mirada social y cultural muy importante del real problema económico de nuestro país.