jueves, abril 25

“Las reservas líquidas del Banco Central son negativas en US$500 millones”

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Un especialista en materia económica explicó la situación actual por la que atraviesa el país en relación a la brecha cambiaria, la escasez de reservas y la posibilidad de que todo concluya en una hiperinflación.

El contexto de crisis actual, sumado al crecimiento de la brecha cambiaria, avecinan un futuro negro no muy lejano para la Argentina. El concepto de devaluación comienza a resonar nuevamente entre los economistas, que no ven con buenos ojos el panorama económico del país y confirman, a partir de pruebas certeras, lo que muchos sospechan.

Las reservas líquidas del Banco Central son negativas en US$500 millones“. Éste es el cálculo al que arribaron Ricardo Arriazu y varias consultoras privadas. “Se dice que el tipo de cambio es el de arriba [el paralelo], no es cierto, ese es el de pánico“, dijo el economista, ayer, en un seminario organizado por la Universidad del CEMA.

“Para evitar un estallido social, se necesita conseguir recursos y cambiar el discurso para dar confianza. Pero, como generar confianza lleva tiempo, se necesitan recursos”, explicó.

 

El economista Ricardo Arriazu cree que el principal problema del Gobierno en materia económica es la falta de confianza.

 

En ese sentido, Arriazu explicó que las alternativas que tiene el Gobierno implican pedir dinero fresco al FMI o utilizar el swap con China. La segunda opción, de alguna forma, ya se está usando desde que el Banco Central permitió que se compren yuan renminbi para operaciones de comercio exterior. “La Argentina importa de China US$700 millones por mes. Si se paga solo con yuanes, es como recibir US$700 millones por mes”, explicó.

En el mismo seminario, el economista se animó a hablar de una posible hiperinflación: “En marzo dije que si no se escapa el tipo de cambio oficial, no había hiperinflación, ya que solo el 11% de los precios están explicados por el paralelo, el resto está fijado por el oficial. Para eso, hay que tener reservas; el tipo de cambio se escapa cuando no hay reservas. Hoy nos estamos quedando sin reservas, estamos jugando con cancha barrosa, está muy complicado”.

Para Arriazu, “aumentar el gasto público [para traccionar la economía] no garantiza que crezca, ya que se aumenta el déficit, esto genera desconfianza y hay salida de capitales. Se termina generando una caída de la actividad. El crecimiento tiene que venir por el aumento de la confianza y del gasto privado. Hay que dar señales de que no los quieren estafar, hacer cosas para que la gente les crea”, recomendó.

La inflación es un problema monetario en el largo plazo, según el economista. “El aumento general de precios se da cuando hay un desequilibrio en la unidad de cuenta. Pero en el corto plazo es más complicado bajar la inflación, porque la verdadera unidad de cuenta en la Argentina es el dólar: cuando se mueve, se mueven todos los precios y automáticamente se entra en una espiralización. Una devaluación bien hecha se traslada en un 90% a precios en el transcurso de 12 meses; una mal hecha, el 112%“, explicó.

Para encontrar una solución al respecto, Arriazu recomendó atacar los tres problemas al mismo tiempo: lograr equilibrio fiscal, dejar de emitir y desindexar la economía. “Se intentó dos veces, con el Plan Austral y la Convertibilidad. En el primero, al poco tiempo se subieron los salarios, y en el segundo, se aumentó el déficit. El problema no se resuelve con fijar la tasa de interés o limitar la cantidad de dinero; tampoco con fijar el tipo de cambio y seguir emitiendo”, comentó entre varios tópicos abordados en el seminario.