En medio de un en un contexto internacional cambiante, se estima que el precio internacional promedio del carbonato de litio podría llegar a u$s20.800 por tonelada, con un fuerte incremento de la producción nacional.
La producción total de litio en Argentina aumentó 56,7% en julio pasado, frente a igual mes del año pasado, y acumula un alza de 62,3% en lo que va del año.
Si bien la suba es menor a la de junio último, cuando había alcanzado al 128,2%, el dato sigue siendo alentador para las empresa del sector, que siguen con preocupación el desplome del precio internacional, con perspectivas moderadas para los próximos años.
Según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) a través del Índice de Producción Industrial Minero (IPIM), en julio se produjeron 4.991,1 toneladas de “carbonato de litio”, que registró una suba de 47,4% respecto al mismo mes de 2023.
Esa producción corresponde a solo tres proyectos en actividad actualmente: Olaroz y Fénix, de Arcadium Lithium, y Caucharí-Olaroz, de Minera EXAR. Centenario Ratones, de Eramine Sudamérica, todavía está en períodos de pruebas y está por iniciar la producción antes de fin de año.
La baja en la producción del litio está relacionada con un fuerte descenso en el valor del mineral. Actualmente, una tonelada de carbonato de litio equivalente (LCE) se cotiza a u$s10.483, menos de un tercio de lo que valía hace un año y muy lejos del pico de u$s80.909 registrado en noviembre de 2022.
La caída en los precios se debe principalmente a un exceso de oferta y a la moderación en las ventas de vehículos eléctricos a nivel mundial, cuya producción depende en gran medida del litio para las baterías. La principal contracción en el precio internacional se debe principalmente a la eliminación de los subsidios del gobierno chino para la compra de autos eléctricos en ese país.
Ante este escenario adverso para la industria del litio, las mineras empezaron a implementar estrategias de «reducción de costos» para asegurar la viabilidad de sus proyectos. Sin embargo, un reciente informe del economista Maximiliano Ramírez sobre este sector, brinda mejoras en las proyecciones a futuro.
¿A cuánto subirá el precio del litio en los próximos años?
El mercado del litio es relativamente pequeño en comparación al de otros metales, por lo que éste se negocia directamente entre productores con clientes en contratos de mediano y largo plazo, remarcó Ramírez.
Las bolsas de metales comenzaron a incorporarlo, a fin de brindar mayor transparencia al mercado. A su vez, existen diversos productos, calidades y especificaciones lo cual hace complejo la estandarización de su precio, generando niveles de opacidad en el mercado. Por lo tanto, los precios que publican consultoras son referenciales y tienen como fuente las cifras de comercio internacional de los exportadores e importadores.
A partir de 2006, los precios del carbonato de litio aumentaron significativamente, traccionados por la demanda para baterías que no llegaba a ser satisfecha por el ritmo de expansión de la oferta. Casi una década después, pasaron de un precio promedio en 2015 de u$s6.500 por tonelada a u$s14.200 en 2018.
La evolución del precio promedio del carbonato de litio en el período 2006 – 2027 registra un comportamiento alcista con subas discretas por eventos puntuales. SIACAM y Bloomberg
«El significativo avance registrado desde el 2016 a la fecha en su precio ha sido impulsado principalmente por la expectativa de un creciente consumo para la fabricación de baterías de vehículos eléctricos. Si bien existen otras fuentes de demanda con positivas perspectivas, como los sistemas de almacenamiento de energía y las baterías para artículos electrónicos como celulares y notebooks, ésta es menor que la esperada para el sector automotriz», detalló el análisis del especialista.
Recién en 2019, la situación de mercado se revierte: sube la oferta para un determinado nivel de demanda y caen los precios. La estrechez de la oferta por COVID en 2021 impulsa una nueva recuperación, que lleva los precios a niveles extraordinariamente altos en 2022 (promedio de u$s69.500 por tonelada), iniciando un período de gran volatilidad.
Pero por la expansión de la oferta en un contexto de suba de demanda menor a lo esperado incrementa los stocks, lo que produjo la actual baja significativa de los precios. Para 2024 se estima un promedio final de u$s16.500 por tonelada, aunque en el mercado spot hoy cotiza a unos u$s10.000. Es que muchos de los contratos de provisión se cerraron años anteriores -hasta 3 años antes- a precios promedio, que hoy permiten a esta industria sostener actividades. Por un lado, fueron acuerdos comerciales menores al boom de la tonelada a u$s80.000, pero hoy son mayores al registro del mercado, por lo que llevan cierto alivio a las empresas productoras argentinas.
Y si bien hacia adelante todavía existe cierta incertidumbre sobre el comportamiento de los precios en un contexto internacional cambiante, las últimas estimaciones del mercado indican que entre el período 2025-2027 rondarían los u$s20.800 por tonelada, lo que los ubica un 53% por encima del promedio 2005-2023.
Prevén una fuerte suba de la producción de litio en Argentina
El Gobierno nacional estima que la concreción de los primeros proyectos del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) inyectará u$s47.100 millones en la economía del país, de acuerdo a lo especificado en el Informe de Gestión brindado al Congreso por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
El documento precisó cuáles son las iniciativas de inversión que se activaron a partir de la puesta en marcha del RIGI, en distintos puntos del país y en diversos sectores, como litio, cobre, siderurgia, oro y gas natural licuado.
En lo que respecta al litio, mineras extranjeras tienen la intención de invertir en la provincia de Salta. Se trata de la surcoreana Posco, que avanzará en la segunda y tercera fase de su proyecto de litio de u$s2.000 millones en el Salar del Hombre Muerto. La empresa busca construir una planta para ampliar sus instalaciones en su desarrollo Sal de Oro, su inversión más importante fuera de Corea del Sur de los últimos 60 años.
Eramine Sudamérica -conformada por la francesa Eramet (50,1%) y la china Tsingshan (49,9%)- inauguró la primera mina de litio en Salta y la cuarta del país en el salar Centenario-Ratones, que empezará a producir en noviembre y demandó u$s870 millones. En carpeta tiene una segunda instalación con un desembolso de u$s800 millones.
El gigante chino Ganfeng -el mayor proveedor mundial para la producción de baterías de litio- evalúa una inversión de u$s1000 millones. Tiene el proyecto Mariana en el Salar Llullaillaco y construye un parque solar con el que prevé el autoabastecimiento energético. En marzo, compró el 15% del proyecto Pastos Grandes, que empezará su construcción en 2025 y es propiedad de Lithium Argentina, filial de la canadiense Lithium Americas. Son socias en otros proyectos como Caucharí-Olaroz, la mina más grande de litio del país, ubicada en Jujuy. Participan junto con Jujuy Energía y Minería Sociedad del Estado (Jemse).
También figura para aprovechar el RIGI Rio Tinto, que opera en Salar de Rincón y prevé una segunda planta por u$s300 millones.
En tanto, directivos de la empresa Plasa, que posee un proyecto en el Salar de Diablillos, se reunirán en la segunda quincena de septiembre con el ministerio de Producción y Desarrollo Sustentable de Salta de Martín de los Ríos para informarle detalles de su expansión, mientras la china Hanak, está reorganizando sus inversiones para avanzar RIGI mediante.
Según Maximiliano Ramírez, una de las claves de la industrialización del litio reside en que conocimiento, tecnología y producción están estrechamente ligados, como en muchos otros procesos. «Por lo cual, no dejará de ser vital para los países que poseen el recurso trazar algún tipo de estrategia, ya sea individual o conjunta, en el proceso de la transición tecnológica y energética que ya está comenzando», enfatizó.
En este sentido, el economista destacó la posiblidad de contar en el país con una empresa productora del principal insumo del litio, como es carbonato de sodio natural (la conocida «soda ash»), lo que es vital para pensar el desarrollo futuro del valor agregado tanto en la producción de la industria química en general como la de la electromovilidad en particular.
«Argentina ha tenido históricamente una presencia significativa en la producción de carbonato de sodio artificial desde el 2005 cuando comenzó a producir Álcalis de la Patagonia (Alpat). La relevancia de Argentina en la cadena global de valor del carbonato de sodio radica en su capacidad para abastecer a la industria local de vidrio y otros sectores que requieren este insumo químico», destacó el experto.
En el primer semestre del 2024 la producción de litio casi duplica el valor de 2023, pero para el próximo quinquenio la producción nacional podría alcanzar las 202.000 toneladas de LCE, un 373% más que las 44.000 toneladas del año pasado. Para fines de 2024 se espera una producción total de carbonato de litio por arriba de las 80.000 toneladas.
Evolución de la producción de litio en Argentina (en miles de toneladas LCE).
En este contexto, de concretarse los proyectos de litio al 2027, sólo en Argentina se consumirían 1.000.000 toneladas al año de «soda ash» entre industria del litio y otros sectores como farmacéuticas, alimentación y el vidrio. Y si este número se extrapola a América del sur (sumando a Brasil, Chile y Perú) la necesidad se multiplicaría por tres hasta rondar las 3 millones de toneladas de «soda ash», teniendo en cuenta que el polo industrial brasileño demanda 1,5 millón anuales.