sábado, julio 27

Los alimentos que más atragantamientos provocan en niños y cómo evitarlo

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De qué manera debemos ofrecérselos para no correr riesgos

Las características físicas de ciertos alimentos los hacen más susceptibles a quedarse atascados y producir un taponamiento de las vías respiratorias. A continuación, una lista con los más riesgosos para los niños y cómo ofrecerlos de forma adecuada para evitar accidentes.

Pochoclos

Deben retrasarse al menos hasta los cuatro o cinco años. Un grano de maíz podría pasar a las vías respiratorias y provocar la muerte instantánea por asfixia o bien alojarse en alguna zona de pulmón y provocar una infección por cuerpo extraño.

Frutos secos enteros

Almendras, nueces, maní, maíz, avellanas, pistachos, así como semillas como las pipas son alimentos duros y pequeños con gran peligrosidad. Se recomienda no ofrecer frutos secos enteros, no molidos, antes de los 5-6 años por el riesgo de asfixia.

Sin embargo, los beneficios nutricionales son muy adecuados para los niños, por lo que antes de esa edad, se pueden ofrecer molidos a partir de los seis meses.

Jamón

Así como otros embutidos, son alimentos que no se desmenuzan fácilmente en la boca y al tener los niños pocos dientes y una deglución aun inmadura, son más susceptibles de provocar atragantamientos.

Para que eso no suceda, hay que ofrecerlo desmenuzado o cortado en trozos pequeños que los niños puedan comer fácilmente con las manos.

Caramelos y dulces duros

Al ser redondos y duros podrían ser tragados sin deshacerse. Podrían ser inhalados al reír o respirar profundo, y pasar a las vías respiratorias obstruyéndolas.

Por tanto es preferible evitarlos en general y en caso de ofrecerlos puntualmente, esperar hasta que sean capaces de masticarlos bien.

Gomitas y malvaviscos

Son blandas, pero no se deshacen en la boca y vuelven fácilmente a su forma original. Precisamente por ser blandos  dan una falsa sensación de seguridad, pero si no se mastican bien pueden pasar a la laringe sin deshacerse y poner en riesgo su vida.

No aportan ningún valor nutricional, por lo que es preferible evitarlas y en caso de darlas puntualmente, a partir de los cuatro o cinco años.

Chicles

Los niños no deberían comer chicles hasta que no sean capaces de masticarlos y luego escupirlos. Sin embargo, no son convenientes para los más pequeños porque provocan caries y también por el riesgo de atragantamiento. Podría ser aspirado sin querer al reírse o al respirar profundo y quedar atascado en las vías respiratorias.

Uvas

Las uvas enteras son redondas y tienen un tamaño perfecto para obstruir por completo la laringe de un niño. Además tienen piel, lo que hace que se puedan deslizar por la boca sin ser masticada y pasar a la laringe directamente taponando las vías respiratorias.

La forma correcta de ofrecérselas a los niños es sin piel, sin pepitas y cortadas a lo largo en dos o tres trozos. Nunca enteras.

Cerezas

Por su forma redonda, por tener una piel resbaladiza y porque contiene hueso, podría provocar asfixia si se aloja en la laringe sin ser debidamente masticada. Para evitarlo, cortala por la mitad o en trozos más pequeños y retirá el hueso antes de ofrecérsela.

Aceitunas

Tienen forma cilíndrica y pueden obstruir las vías respiratorias si se comen enteras. Además, tienen hueso, por lo que siempre hay que ofrecerlas deshuesadas y cortadas en trozos.

Salchichas

Son cilíndricas, del tamaño de las vías respiratorias y compresibles, lo que permite que se atasquen firmemente en la hipofaringe y ocluyan completamente las vías respiratorias.

Para evitarlo, ofrecérselas en un tamaño que reduzca el riesgo de asfixiarse. Esto es cortarlas a lo largo, en lugar de hacerlo en rodajas a lo ancho (como solemos hacer) y después cortar esas dos tiras para que nos queden los pedazos de salchicha como media rodaja. Incluso si son pequeños podemos cortarlas aún más pequeñas.

Zanahoria cruda en trozos

Las verduras duras, como las zanahorias crudas, son susceptibles de provocar atragantamiento en niños pequeños si se comen enteras.

La recomendación es ofrecerla rallada si se va a dar cruda o cocerla para ablandarla y darla cortada en trozos a lo largo, no en rodajas.

Manzana cruda en trozos

Al ser duras y no deshacerse en la boca podría provocar atragantamiento se si ofrece cruda y en trozos. Para que no implique riesgos, dársela rallada o hecha compota y cortada en trozos.

Pan

Alimentos de textura pastosa, como un trozo de pan al mezclarse con la saliva, también son peligrosos. Al ofrecérselo es importante que lo hagamos en trozos pequeños, nunca trozos grandes que puedan llegar a tragarse sin masticar, y siempre acompañado de líquidos como agua o leche.

Galletas

Algunas de consistencia dura pueden resultar peligrosas. Especialmente las de estilo rústico que absorben mucha saliva y no se deshacen en la boca fácilmente.

Es preferible evitarlas en niños pequeños, o bien ofrecerlas ablandadas (mojadas en leche, por ejemplo) o darlas en trozos muy pequeños.

Pescado

Es un alimento muy sano que debería incluirse de forma habitual en la dieta de los más pequeños desde que se introduce la alimentación complementaria. Sin embargo, las espinas de algunos son causa frecuente de atragantamiento.

Es preferible ofrecer los que se deshagan fácilmente en la boca, cortados en trozos pequeños y asegurarse de haberles quitado muy bien las espinas.

Carne

Un trozo muy grande o duro puede atascarse en la garganta mientras come. Para evitarlo, ofrecer carne blanda, retirar la parte de la corteza si está muy dura, y darla cortada en tiras o trozos pequeños. De esta forma, incluso los bebés pueden comerla con las manos con total seguridad.

Y por último, para evitar atragantamientos también es muy importante vigilar que los niños coman tranquilos y sin prisas, que no estén saltando o corriendo mientras comen, y tener nociones de primeros auxilios para saber cómo reaccionar. Todos los padres, así como los profesionales que trabajen con niños deberían conocer cómo practicar la maniobra de Heimlich si se produce.

Fuente: Bebés y más