LOS CINCO MINUTOS DEL ESPÍRITU SANTO
*10 de Septiembre*
Cuando
alguien se detiene a pensar en su infelicidad, en sus fracasos, en las
cosas que soñó y no logró, en sus insatisfacciones. ¿Para qué gastar el
tiempo y las energías en esos pensamientos?Hay que
invocar al Espíritu Santo para poder adorar al Padre Dios. Lo
importante es que existe él y es infinitamente feliz. Él es pura
felicidad, sin límites ni confines. Existe la felicidad perfecta, que es
él. Yo puedo recibir gotitas de esa felicidad, y estoy llamado a una
felicidad inmensa. Pero lo más importante es que él es feliz, inmensa y
maravillosamente feliz, que en él hay un gozo ilimitado.Sólo
una persona sanada y liberada por el Espíritu Santo es capaz de
disfrutar con la felicidad de otro, sin estar pensando en lo que no
tiene. Por eso, sólo el Espíritu Santo puede enseñarnos a adorar. La
adoración es extasiarme en la belleza y en la felicidad de Dios, de tal
manera que pueda desprenderme de mi propio yo por un instante. Sólo
cuenta él, sólo Dios. Pidamos al Espíritu Santo que nos enseñe el arte
de la adoración.