domingo, octubre 13

Enigmas de la reina eterna:Isabel cumple 70años en el trono británico y estalla la sucesión

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En medio de fuertes peleas en la familia real, la soberana mantiene su halo de misterio. Y su prestigio personal intacto. El nuevo modelo que encaran sus nietos y su increíble fortuna.

María Laura Avignolo

04/02/2022 6:00

Actualizado al 04/02/2022 13:59

La reina Isabel va a celebrar los 70 años en el trono este año, en medio de una nueva crisis, una de las peores, en la Casa de Windsor. Más allá de sus sombreros y sus tapados hipercoloridos para “ser vista” por sus súbditos, su vida se mantiene en el secreto, como sus archivos personales y su diario íntimo, que jamás se revelará.

Es ese misterio lo que le ha permitido sobrevivir las peores tempestades personales y políticas, con su prestigio personal intacto.

Cuando la mundanidad, los errores, los odios, y la contemporaneidad envuelven a sus descendientes en escándalos, luchas de sobrevivencia y batallas por la sucesión, el victorianismo y el sentido del deber de la jefa de Estado británica sigue haciendo soñar a la mayoría de sus súbditos con que “todo tiempo pasado fue mejor”, entre el realismo y la fantasía.

La reina Isabel y el príncipe Felipe, en el Palacio de Buckingham en 1952 / REUTERS

La reina Isabel y el príncipe Felipe, en el Palacio de Buckingham en 1952 / REUTERS

¿Isabel II será la última reina de Gran Bretaña y de los 16 Estados del Commonwealth, su ex imperio, donde aun se mantiene como jefa de Estado?

No es una provocación. Así será. Isabel II llegó a reina como consecuencia de la abdicación del rey Edward VIII por amor a una divorciada norteamericana en 1936, que marcó un antes y un después en la Casa de Windsor. Su padre, duque de York, debió asumir el trono cuando sufría de tartamudez. Un sufrimiento familiar. Video. La reina Isabel cumple 70 años en el trono

Va a servir hasta su muerte porque ella considera sus funciones como una vocación religiosa y fue coronada en un servicio religioso, a diferencia de sus pares.

La abdicación está fuera de sus planes: morirá en el trono.

La sucederá su hijo Carlos, en una corta transición, para que a las reformas y la modernidad las encarnen William y Catherine, los hijos de la nueva Gran Bretaña, herederos de la princesa Diana, de la meritocracia, que la reina y Carlos ignoran.

Durante un discurso en la Cámara de los Lores, el 4 de junio de 2014. Foto: AFP

Durante un discurso en la Cámara de los Lores, el 4 de junio de 2014. Foto: AFP

Isabel II será la última reina. Su estilo, su simbolismo, la forma que ella concibió para ejercer la función, sin influir en su política, va a desaparecer cuando descanse, junto al príncipe Felipe, en la cripta de la capilla de St George de Windsor.

No habrá otra igual y sus sucesores son todos varones: su hijo, el príncipe Carlos, su nieto, el príncipe William y su bisnieto, el pequeño George. Después de la reina Victoria, será la última soberana.

La reina Isabel toma la mano de su hijo Charles, de entonces 20 años, al ser investido como príncipe de Gales, el 11 de julio de 1969. Foto: AFP

La reina Isabel toma la mano de su hijo Charles, de entonces 20 años, al ser investido como príncipe de Gales, el 11 de julio de 1969. Foto: AFP

De la Segunda Guerra al siglo XXI

Isabel II representa la Historia del siglo XX y buena parte del siglo XXI. Nació en 1926, en plena huelga general británica. Vivió la Segunda Guerra Mundial y colaboró como mecánica.

Fue coronada cuando su imperio se desintegraba y había que reinventarlo. Así nació el Commonwealth y un estilo que solo le pertenece a ella: “su uniforme” de guantes blancos, zapatos negros ablandados por su modista Mrs Kelly, tapado y sombreros reciclados una y otra vez por la sombrera, los «garden partys» en el palacio de Buckingham, el “small talk“ de 40 segundos, y su absoluta inaccesibilidad natural.

Es una de las pocas personalidades de la historia que ha atravesado la tragedia de la guerra y la posguerra, el racionamiento, las rupturas de su familia, el proceso de “desgermanizar” su nombre por Windsor para no recordar sus ancestros alemanes.

1952
1953
1960
1972
1977
1979
1981
1982
1984

Siete décadas
La llegada al trono

6 de Febrero de 1952

Isabel II asume el trono tras la muerte de su padre Jorge VI. Isabel se había casado en 1947 con el príncipe Felipe, de la familia real griega, descendiente de Carlomagno y de las familias rusas y alemanas, sobrino de Lord Mountbatten. En 1948 nació el príncipe Carlos, su primer hijo y próximo heredero al trono. Y en 1950, la princesa Ana. 1953

2 de Junio de 1953

Coronación

Isabel recibe la Corona Real. Por primera vez la ceremonia es retransmitida por televisión. La acompaña su esposo, el duque de Edimburgo. 1960

19 de Febrero de 1960

Nace su tercer hijo, el príncipe Andrés

En abril de ese año visita el reino el presidente francés general Charles de Gaulle. 1972

Mayo de 1972

Visita simbólica

Muere en París, en el exilio, el duque de Windsor, ex rey, que había abdicado en Gran Bretaña. Su abdicación marcó para siempre la historia de la casa de Windsor. Por única vez, durante un viaje oficial a Paris, la reina lo visita antes de morir. 1977

6 de Febrero de 1977

Jubileo de Plata

Con desfiles y ceremonias en todo el reino, ese año se celebraron los 25 años de la coronación de la reina Isabel. 1979

4 de Mayo de 1979

Tensiones políticas

Margaret Thatcher se convierte en primera ministra británica. El vínculo con la reina es muy difícil. 1981

29 de Julio de 1981

El casamiento de Carlos y Lady Di

Se casa el heredero al trono con Diana Spencer, en una imponente ceremonia en la catedral de St Paul, en Londres. 1982

21 de Junio de 1982

Nace el príncipe William, próximo heredero al trono

Poco antes estalla la guerra de las Malvinas, donde el príncipe Andrés participa como piloto de helicópteros en el portaaviones Hermes. 1984

15 de Septiembre de 1984

Nace el príncipe Harry

Nace el segundo hijo del príncipe Carlos y Diana. La pareja ya está en profunda crisis. 1991

16 de Mayo de 1991

Histórico discurso en Washington

La reina Isabel se convierte en la primera jefa de Estado británica en dirigirse en un discurso al Congreso de Estados Unidos. 1992

24 de Noviembre de 1992

Año Inolvidable y espantoso para la soberana

En sus propias palabras: “Annus Horribilis” , como lo describe en su discurso de Navidad. Separaciones, escándalos, catástrofes en serie entre sus hijos en la Familia Real. El 20 de noviembre la reina Isabel ve cómo se incendia su propia casa: el palacio de Windsor. En diciembre, el primer ministro John Major anuncia la separación “amigable” del príncipe Carlos y la princesa Diana. 1994

Junio de 1994

Infidelidad

En una entrevista histórica televisada, el príncipe Carlos reconoce haber engañado a Diana después del fracaso de su matrimonio. En una biografía autorizada, el príncipe el admite su vinculo con Camilla Parker Bowles, su amante de toda la vida. 1995

20 de Noviembre de 1995

Crisis matrimonial

El turno de Diana. La princesa de Gales da una entrevista televisiva donde lanza la histórica frase: ”Éramos tres en ese matrimonio”. 1996

1996

El divorcio de
Carlos y Diana

La reina exige a Diana su divorcio, luego de que Carlos reconociera que engañó a su esposa. Diana acepta el pedido de la reina y el acuerdo de divorcio se firma en agosto de ese año. Lady Di pierde el status de Su Alteza Real. 1997

31 de Agosto de 1997

La muerte
de Lady Di

Muere Diana junto a Dody al Fayed, su novio de verano, en un accidente en el puente del Alma en Paris, tras unas vacaciones en St Tropez y el Meditérraneo. La casa de Windsor está en crisis, con alejamiento de sus súbditos. El reino llora a Diana, “la princesa de la gente”. 2002

9 de Febrero de 2002

Adiós a la Reina Madre

Muere la princesa Margarita, hermana de la soberana. El 30 de marzo muere la Reina Madre, a los 101 años. 2005

19 de Abril de 2005

Carlos y Camilla

El príncipe Carlos se casa con Camilla Parker Bowles en la alcaldía de Windsor. Asisten los hijos del príncipe Carlos. 2006

21 de Abril de 2006

Fiesta en Windsor

La reina celebra sus 80 años, con una multitud frente al Castillo de Windsor. 2007

20 de Noviembre de 2007

Bodas de diamante

Conmemoran el 60° aniversario del casamiento de la reina con el príncipe Felipe, en una ceremonia en la Abadía de Westiminster. 2011

29 de Abril de 2011

El casamiento de William y Kate

El príncipe William, hijo del príncipe Carlos, se casa con Kate Middleton. Su estilo se perfila como la monarquía del futuro. 2018

9 de Mayo de 2018

Otro casamiento y crisis en puerta

Se casa el príncipe Harry, hijo menor de Carlos y Diana, con la norteamericana Meghan Markle, en la capilla de Windsor. Son la pareja más popular de la Corte de St James. 2021

2021

La pelea con Harry y Meghan

Harry y Meghan, duques de Sussex, abandonan su rol en la Familia Real y se mudan a Canadá y luego a California. En una entrevista televisiva denuncian “racismo” entre la familia real. Tienen dos hijos: Archie y Lilibeth, que jamás regresaron a Gran Bretaña. 2021

9 de Abril de 2021

Adiós al príncipe Felipe

Muere el príncipe Felipe, esposo de la reina, en plena pandemia. La soberana lo despidió respetando las medidas sanitarias por el Covid, sola, aislada, en la capilla de St George. El príncipe Harry regresó para el funeral pero no logró reconciliarse con la familia. 2022

Enero de 2022

El escándalo del príncipe Andrés

El príncipe Andrés, que había sido expulsado de la Familia Real por su cercanía al pedófilo estadounidense Jeffrey Epstein y su cómplice Ghislaine Maxwell, se quedó sin títulos de nobleza. Una supuesta víctima de Epstein, Victoria Giuffre, lo acusó en un proceso civil, en un tribunal de Nueva York, de haber abusado de ella sexualmente tres veces cuando ella era menor de edad. Es el último gran escándalo de la familia real británica.

Más Winston Churchill, su maestro; la ferocidad thatcherista, que tanto le incomodaba, y el Blairismo, que la irritaba por igual. Y el Covid, la pandemia del siglo XX, cuando perdió a su marido, el casi centenario duque de Edimburgo.

El secreto de su perennidad se apoya en lo que a nadie inquieta en estos tiempos. Un protocolo rígido, inútil, antiguo, militarizado, nostálgico, difícil para los no iniciados, que incluye no poder dirigirle la palabra si ella no habla primero, llamarla Su Majestad y después Madam, jamás tocarla ni sugerir que coma delante de sus súbditos.

Tradiciones victorianas

Al respetar estas tradiciones victorianas, ella mantiene la distancia necesaria entre la monarquía y los otros. El no acceso es el secreto de su permanencia. Sus hijos deben escribir una carta pidiendo una audiencia para verla.

Su falta de afecto con ellos es parte del mito y, probablemente, la razón de la disfuncionalidad emocional de sus descendientes y sus parejas. 

Jamás dio una entrevista periodística.

La reina Isabel en una imagen de junio de 1953. Foto: AP

La reina Isabel en una imagen de junio de 1953. Foto: AP


Escándalos y crisis familiares

Las sucesivas crisis familiares la han forzado a cambios. Los divorcios escandalosos de sus hijos, los dramas de la princesa Diana, su oscura muerte en un accidente en París. El crecimiento de sus nietos. La partida al exilio del príncipe Harry y las acusaciones de racismo de su esposa Meghan, la primera duquesa mestiza de la corona. El exilio interior de Andrés, su hijo favorito, por supuestos abusos sexuales a una menor.

Pero los cambios son más semánticos que reales.

Isabel está apoyada en una idea de monarquía anglicana, imperial y blanca. Solo 50 de sus 600 empleados en el palacio de Buckingham tienen origen en minorías étnicas, generalmente asiáticas.

Privilegios, castillos, acentos aristocráticos, buenas maneras. Estas son las características de la Casa de Windsor actual. El futuro no será igual.

Isabel II, con el príncipe Felipe y sus hijos, en septiembre de 1960. Foto: AP

Isabel II, con el príncipe Felipe y sus hijos, en septiembre de 1960. Foto: AP

Un reino en transformación

El reino ha cambiado. Aunque la reina no dé jamás su visión sobre cuestiones políticas, la evolución de la sociedad, de la familia o la política extranjera, su mundo ya no es el mismo.

Son sus nietos y sobrinos los que hoy encarnan el nuevo Reino Unido.

Por primera vez hay una separación entre la monarquía y la aristocracia, como lo demuestran los matrimonios de sus nietos. Es una monarquía más pequeño burguesa, que incorpora a quien había ignorado hasta ahora: la clase media meritocrática. Hasta entonces el vínculo era entre la realeza y los más pobres, sus sirvientes.

Kate, el nuevo modelo

William y Kate saluda desde el balcón del Palacio de Buckingham, tras su casamiento, el 29 de abril de 2011. Foto: AFP

William y Kate saluda desde el balcón del Palacio de Buckingham, tras su casamiento, el 29 de abril de 2011. Foto: AFP

Kate Middleton es el nuevo modelo de reina: moderna, discreta, sonriente, natural, graduada universitaria, deportista, componedora entre la furia de dos hermanos que han roto su vínculo.

Austera, para no mostrar en un país agobiado por la pandemia y el Brexit que gasta miles de dólares en su nuevo guardarropas, lo recicla.

Mezcla Alexander McQueen y Zara con la misma gracia y distintos presupuestos. Al igual que la distancia y la cercanía. Esa actitud entusiasma a la reina y cela a Camilla Parker Bowles, la esposa de Carlos.

La reina Isabel sigue haciendo soñar a los británicos, aun en medio de una crisis de costo de vida, que obliga a elegir entre pagar la cuenta de gas o la comida. El Brexit y sus consecuencias hacen la vida difícil a los británicos, junto al Covid.

Con Camilla Parker Bowles y Kate, durante un evento en Cornwall, Inglaterra, en junio de 2021. Foto: AP

Con Camilla Parker Bowles y Kate, durante un evento en Cornwall, Inglaterra, en junio de 2021. Foto: AP

La reina espera que el fin de la pandemia le deje disfrutar de su Jubileo. Poder reunir a una familia real destruida por los escándalos y reconciliada en el balcón del palacio de Buckingham, verdadero vínculo de comunicación entre ella y sus súbditos.

Espera un discurso en el trono en la Cámara de los Lores, que el gobierno le escribe. 

Una vez más llegando en una carroza dorada, arrastrada por esos magníficos caballos pura sangre, avanzando sobre el boulevard The Mall, que ve desde su escritorio palaciego, hasta el Parlamento y saludando a sus súbditos automáticamente.

A sus ojos esa es la representatividad de una monarquía constitucional: la suya. Con la corona en la cabeza o en un almohadón de terciopelo, un manto de armiño y sus manos enguantadas, la imagen no es solo para las cámaras de televisión, sino la representación del lazo histórico entre la Cámara de los Comunes, la de los Lores y la monarquía.

El discurso de la soberana en la Cámara de los Lores, en mayo de 2021. Foto: AP

El discurso de la soberana en la Cámara de los Lores, en mayo de 2021. Foto: AP

La pelea con Harry y Meghan

Nada volverá a ser igual después de este Jubileo de sus 70 años en el trono. El príncipe Carlos es el reformador brutal: quiere una monarquía mínima, con Camilla como reina y Wiliam y Kate a su lado.

El vínculo con Harry y Meghan, duques de Sussex, se rompió. Harry acusó su padre de haberlo abandonado cuando se fueron a Canadá y tener que vivir de la herencia de su madre.

El heredero William, que nunca mantuvo una buena relación con su papá, se ha aliado a Carlos para enterrar cualquier ambición de regreso de su hermano y su cuñada. El inminente libro de memorias de Harry revelará las verdaderas razones de esa pelea, que se remonta a la aceleración con que él quería casarse con Meghan y William buscaba impedirlo.

Con Meghan y Harry, en junio de 2018, durante una exhibición de aviones de la Fuerza Aérea Real, en Londres. Foto: AP

Con Meghan y Harry, en junio de 2018, durante una exhibición de aviones de la Fuerza Aérea Real, en Londres. Foto: AP

Pero será Meghan quien no perdonará a ninguno de los dos. Embarazada de su primer hijo, Archie, aislada en Windsor, sin amigos ni llamados de teléfono de ningún miembro de la familia real, escuchó a su marido contarle que a su padre le preocupaba “el color de piel” de su futuro hijo y que no recibiría ni título ni seguridad. Tuvo pensamientos suicidas, confesó luego.

Meghan, graduada universitaria, cuatro idiomas, actriz millonaria, especialista en comunicación, convenció a Harry de que el único camino era irse. Pero la joven mestiza norteamericana no conocía la brutalidad del sistema de la corte.

Quedó claro en una reunión en el palacio de Sandringham, cuando ella se había ido a Canadá, en la que estuvo Harry con Carlos, William, los cortesanos y, por último, la reina. Fue brutal. Primero la monarquía y la defensa de la razón de Estado, después los sentimientos.

Meghan muestra a su madre, a la reina Isabel y al príncipe Felipe, su primer hijo con el príncipe Harry, en mayo de 2019, en el Castillo de Windsor. Foto: AP

Meghan muestra a su madre, a la reina Isabel y al príncipe Felipe, su primer hijo con el príncipe Harry, en mayo de 2019, en el Castillo de Windsor. Foto: AP

Si ellos pensaban vivir en Estados Unidos, trabajar y hacer dinero, no podían ser Royal “Part- time”. Deberían renunciar a todo. Y así fue. En 24 horas, Harry se quedó sin nada.

Los duques de Sussex vivieron en Canadá, en una casa prestada, mientras absorbían el shock y buscaban reiniciar su vida. Cuando llegó la pandemia, les prestaron una casa, con custodia, en California. Hasta que compraron su mansión en Montecito de 11 millones de dólares y comenzaron a firmar contratos con Neflix y bancos, hasta hacer sus primeros 100 millones de dólares. La independencia económica ya estaba conquistada.

¿Racismo?

Una entrevista con la famosa norteamericana Oprah Winfrey iba a consumar la ruptura definitiva con el resto de la familia. Distribuida por CBS, hizo temblar la vieja casa de Windsor. Meghan, esta actriz mestiza, popular como Harry entre los súbditos, les hizo saber que era una institución absolutamente “racista”.

La reina Isabel emitió un comunicado pidiendo que estas cuestiones se resuelvan “en familia” pero que la “recolección de los hechos” que la duquesa contó probablemente difieran. Una frase célebre.

Harry vino al funeral de su abuelo Felipe en Windsor y encontró la recepción de un freezer. Nadie sabe si vio o no a su abuela.

Ahora se sabe por qué no regresa. Inició una acción judicial contra el gobierno de Su Majestad porque no aceptan que él pague a la policía británica su propia custodia para poder regresar a Gran Bretaña y que sus hijos conozcan a su bisabuela, la reina, con seguridad.

La ya famosa entrevista de Harry Meghan con la conductora Oprah Winfrey, en marzo de 2021. Foto: AFP

La ya famosa entrevista de Harry Meghan con la conductora Oprah Winfrey, en marzo de 2021. Foto: AFP

Andrés, el hijo favorito y el escándalo

Era el último acto que faltaba para una familia en estado de colapso, luego de que le quitaran el título de duque de York al príncipe Andrés, el hijo favorito de la reina, por el supuesto abuso sexual a Virginia Giuffre, cuando tenía 17 años, a instancias del pedófilo Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell, condenada al menos a 60 años de prisión y supuestamente en relación sentimental con el príncipe.

La brutal decisión estuvo en manos de los príncipes Carlos y William, que quieren que sea Andrés, con sus propios fondos, quien pague el juicio civil en Nueva York o un eventual acuerdo extrajudicial como “ciudadano privado” y no como miembro de la familia real. La reina lo aprobó “por defensa de la monarquía”.

Esta violenta crisis familiar recuerda a otras dos que son los traumas de la casa de Windsor, y hasta hoy obsesionan a los tabloides británicos.

El príncipe Andrés en el balcón del Palacio de Buckingham con la reina y otros membros de la familia real, en junio de 2019. Foto: EFE

El príncipe Andrés en el balcón del Palacio de Buckingham con la reina y otros membros de la familia real, en junio de 2019. Foto: EFE

Las denuncias de Diana, la ruptura con su marido, la alusión a su amante y hoy futura reina, Camilla Parker Bowles, la mostraron deprimida.

Con su muerte trágica en el puente del Alma en París en 1997, la princesa reconquistó el corazón de los británicos.

“Yo tengo miedo de que la historia se repita”, dijo el príncipe Harry, en su entrevista con Oprah Winfrey. Él tenía 13 años cuando su madre murió. Por eso paga de su bolsillo la seguridad de su familia. Hubo 9 intentos de intrusión a su casa en California.

El otro trauma se remontó a 1936, a la abdicación después del fugaz reinado de Edward VIII, que prefirió casarse con Wallys Simpson, norteamericana y divorciada, a seguir en el trono. Jamás lo perdonaron porque sintieron que había traicionado su causa.

Camilla Parker Bowles y Diana Spencer, en una carrera de caballos en octubre de 1980. Foto: AP

Camilla Parker Bowles y Diana Spencer, en una carrera de caballos en octubre de 1980. Foto: AP

Traiciones, amantes y enemistades

La casa de los Windsor y sus intrigas poco tienen que envidiar a las de los Borgia. Odios, enemistades, amantes, traiciones, infidelidades, bajo el halo de la corona imperial.

Cuando la reina Isabel asumió el trono, el propio Winston Churchill dijo: ”Es una niña”.

La pequeña princesa aprendió rápido el arte de la monarquía: eliminar, congelar, ignorar a sus adversarios. Solo su madre y el príncipe Felipe se salvaron de su único interés a la hora de tomar una decisión: la razón de Estado.

Culto, inteligente, autoritario, políglota, con un manejo impecable del griego, alemán, francés e inglés, Felipe, el pobre oficial de la Marina llegó a un matrimonio por amor que, pronto, quiso encerrarlo en las garras del “deber ser”.

Caminar detrás de su mujer, confrontar al triunvirato femenino de su suegra, su mujer y Margaret, su cuñada, y olvidarse de sus amigos de la Royal Navy, donde tenía su verdadera vida.

El legado del príncipe Felipe

Multicultural, mundano, real, auténtico, desentonaba en el mundo provinciano e imperial del establishment británico. Los cortesanos lo alejaron de la toma de decisiones. Felipe quedó a cargo de la familia, de la educación de sus hijos.

La reina y el príncipe Felipe saludan tras su casamiento, el 20 de noviembre de 1947, en el balcón del Palacio de Buckingham. Foto: AP

La reina y el príncipe Felipe saludan tras su casamiento, el 20 de noviembre de 1947, en el balcón del Palacio de Buckingham. Foto: AP

Quiso que fueran educados en un colegio y no en las limitadas paredes del palacio. Eligió Gordonstoun, un pensionado escocés espartano, donde él había estado.

Felipe y la reina tuvieron un matrimonio de amor, pero eran diametralmente diferentes. A ella le gustaba el orden y el deber. A él, la aventura y los viajes. Reaccionario para algunos, racista para otros, el humor del príncipe era rápido, ácido, machista y franco. Pero la reina jamás elevó la menor crítica.

Felipe quiso ser un modernizador de esa maquinaria paquidérmica del palacio, pero ni la reina, ni la reina madre ni los cortesanos lo dejaron. Harto, se divertía afuera. Los diarios extranjeros hablaban de sus romances con actrices, bailarinas, con la bellísima argentina Malenita Blaquier durante el golpe contra Arturo Frondizi, que él pasó en la estancia La Concepción. La reina oficialmente los ignoraba.

El funeral del príncipe Felipe, en la capilla de St. George en el Castillo de Windor, el 17 de abril de 2021. Foto: AFP

El funeral del príncipe Felipe, en la capilla de St. George en el Castillo de Windor, el 17 de abril de 2021. Foto: AFP

Felipe, duque de Edimburgo, murió el año pasado. Vivió retirado en un lodge de Sandringham sus últimos años, leyendo y paseando en sus carruajes de caballos. La reina lo encontraba, tras tomarse un tren hasta su propio palacio en Norfolk. La pandemia los unió hasta su muerte en Windsor. Dejó como herencia su ducado a su hijo Edward pero el príncipe Carlos se niega a entregárselo.

En privado, el príncipe Felipe era quien podía decirle a la soberana lo que realmente pensaba. La llamaba “Cabbige” (repollo). 

Su fortuna personal es un verdadero misterio, pero se basa en tierras, inmuebles, mobiliario de época, porcelana, haras, caballos pura sangre, la colección de Miguel Angel, Caravaggio y Leonardo más importante, que ella nunca visita.

A los 95 años, la reina esperará su final en el trono. El príncipe Carlos será el “intervencionista”, el que reducirá la monarquía, cuando su figura no produce simpatía en los súbditos.

Con la corona, la princesa Elizabeth (ahora la Reina británica Elizabeth II) en el centro del frente saludando. Foto AP

Con la corona, la princesa Elizabeth (ahora la Reina británica Elizabeth II) en el centro del frente saludando. Foto AP

Se acerca un serio debate en Gran Bretaña sobre la Constitución no escrita y la batalla de los republicanos por elegir su propio jefe de Estado. Si bien la mayoría de los británicos apoya a la reina, no es la misma simpatía por su hijo Carlos mientras el sentimiento republicano crece entre los jóvenes.

“A rey muerto, rey puesto” en Gran Bretaña. La tradición seguirá, hasta que los súbditos decidan otro modelo, en un reino hoy amenazado por la división y la implosión de sus cuatro naciones, pos Brexit. La crisis de identidad es tan seria en el reino como la de la familia real.

París, corresponsal

Nota extraída de Clarín