EVANGELIO DEL DÍA🌾
Martes 15 de Octubre de 2024
Lucas 11, 37-41
Cuando terminó de hablar, un fariseo lo invitó a cenar a su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer.
Pero el Señor le dijo: «¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia. ¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro? Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro.»
MEDITACION DEL EVANGELIO🌾
Lc 11, 37-41:
💫Purificar
1) Invitó a cenar:
La cena es motivo de encuentro y relax. En la vida también vale relajarse un poco y no estar todo el tiempo a mil. Pero también vale rescatar que es importante la prudencia, porque siempre hay alguien que te mira y trata de distorsionar lo que dices o haces. No a todo lo que te inviten implica que aceptes. Pero cuando aceptes algo, fíjate bien cuáles son las consecuencias o condiciones. Una de las frases de mi vida es “prefiero ser pobre pero libre, a rico esclavizado”, porque hay personas que son capaces de pagarte la vida, pero con condiciones que pueden terminar asfixiándote o exigiéndote que seas de sus vidas. Por eso fíjate bien lo que aceptas y el precio de lo que implica.
2) Se extrañó:
Algo que nos pasa siempre es que la gente opine de nosotros y esté atenta a detalles. A mí me pasa, que hasta miran si estoy peinado o no. Pero la clave es cuánto te puede afectar lo que hablen de ti y cuánto puedes vos hacer en tu vida para que no hablen de ti. La vida misma es un desafío y los desafíos implican decisiones y las decisiones implican asumir y renunciar. Por tanto, siempre habrá alguien que nos cuestionará, alguien que no nos querrá y alguien que sentirá que complicarnos la existencia es bueno y hasta necesario. Esos siempre estarán pero sos vos quien debe saber que tu vida no se reduce a ellos.
3) Den:
Algo que voy comprendiendo es que la vida se hace hermosa cuando das, sin esperar recibir primero para luego dar. Recuerdo aquella anécdota del padre Damián: un capitán del barco se bajó por las islas de centro América, muy cerca de Haití. Y se sorprendió al ver en ese lugar riego por goteo, casas bien trabajadas y hasta antenas de comunicación. Miró todo lo que había en ese lugar con gran sorpresa. Preguntó a la gente de allí “como hicieron todo eso” y ellos respondieron “es por el Padre Damián” y dijo “quiero conocerlo”. Lo llevaron al centro de atención medicinal, un hospital increíble, y le dijeron aquí está la gran obra del Padre Damián”, pero el capitán dijo “quiero verlo”. Entonces lo llevaron al centro de radio y comunicación de la Isla, esto es también Padre Damián” pero el capital dijo “quiero ir a donde vive”. Lo llevaron a la capilla que había construído, se maravilló de la obra, y dijo “pero quiero hablar con él”. Entonces le dijeron “ah es que el padre Damián ya murió hace muchos años”. Lo mejor que podés hacer para ser eterno, es hacer obras de bien sin esperar nada a cambio, porque dando se es más feliz que acumulando. Como en la historia del padre Damián, tu vida está en las grandes obras que hacés por los demás. Algo bueno está por venir.
AMAR CON OBRAS
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