martes, abril 23

Mercado laboral | Cuánto ganan los programadores y por qué es la carrera del futuro

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 La rápida inserción laboral y los salarios abultados constituyen dos factores por los que los jóvenes apuestan a la programación como el trabajo del futuro. 
  • La propagación de la pandemia de coronavirus alrededor del mundo dejó al descubierto la dependencia tecnológica que registran varios trabajos y profesiones, y frente a ello, el futuro laboral que marca hoy en día una verdadera apuesta. En ese sentido, la programación se ha convertido en un área de formación sumamente requerida por los jóvenes, que se ven atraídos por los altos salarios y al rápida inserción en el mercado laboral.

    Durante la pandemia, se lanzaron varios cursos organizados por instituciones, empresas y hasta el Gobierno, entre los cuales se encontraron “Concordia Programa”, organizado por la Municipalidad de Concordia, la empresa de software de gestión Finnegans y la Cámara de la Industria Argentina del Software (Cessi); la nueva propuesta de la academia Henry, que forma programadores; y la iniciativa “Argentina Programa”, desarrollada por el Ministerio de Desarrollo Productivo para que jóvenes de 18 años en adelante incorporen los fundamentos básicos para aprender a programar.

    “Claramente con el inicio de la pandemia aumentó notablemente el interés de las personas de todo el país por capacitarse y desarrollar sus habilidades digitales. Es por ello que disponibilizamos nuestros cursos a distancia en todo el territorio e incluso los expandimos por países de Latinoamérica como México, Chile, Uruguay, Perú y Colombia, entre otros”, explicó Eduardo Bruchou, country manager de Digital House Argentina.

    El interés por aprender distintas disciplinas digitales se debe a varios factores, entre ellos, que los cursos a distancia son para muchas personas más cómodos porque evitan tener que trasladarse. En segundo lugar, con el confinamiento muchos contaron con más horas libres que decidieron invertir en capacitación”, explica Bruchou.

    “En tercer lugar, es cierto que estamos viviendo un cambio laboral radical en todo el mundo incluyendo a nuestro país, por lo que las organizaciones demandan perfiles con estas habilidades. Esto es una real oportunidad de desarrollo profesional para todas las personas, ya sea que hayan egresado del secundario recientemente, estén cursando una carrera universitaria o busquen darle un giro de 180 grados a su presencia profesional eligiendo una nueva veta laboral”, agregó.

    Un perfil que se ajusta a este último grupo es el de Agustín Minetto, un ingeniero químico de 41 años durante 14 años, trabajó en la parte de refinación y la pandemia lo encontró en medio de entrevistas laborales por la crisis que atravesaba su sector. Ante la propuesta de Henry y l necesidad de encontrar un empleo, se anotó para la modalidad full-time de 4 meses. Hoy trabaja para Osmind, una empresa estadounidense que hace un software para clínicas de salud mental y cobra como junior el mismo dinero en pesos que obtenía siendo senior en su puesto anterior en una importante petrolera.

     

     

    Uno de los referentes en el ámbito es Mateo Salvatto, fundador de Asteroid y Háblalo App. El joven programador planteó que “hay una necesidad de fomento de la economía del conocimiento”. Y evaluó: “Para el sector público es un activo estratégico y hay que invertir en eso. Lo principal es la educación: la formación de los más chiquitos y el reskilling. El problema más grande es no ver ese activo que supone una movilidad social ascendente, inserción en el mundo y exportaciones. Crecen todos los sectores con la economía del conocimiento: el agro, el sector automotriz, la industria pesada, etcétera”.

    Por su parte, Luis Galeazzi, director ejecutivo de la entidad conformada por empresas prestadoras de servicios basados en el conocimiento, Argencon, puntualizó que desde el Estado podrían hacerse dos cosas: invertir más en capacitación en el idioma inglés y articular un programa de becas para tapar los agujeros de las carreras. “Hay que progresar en habilidades sofisticadas. Usar las becas de la forma más extensiva e inteligente”, apuntó.

    Desde la Cessi, advierten que la demanda de recursos desde el exterior impacta, sobre todo, en la punta de la pirámide, en los perfiles de mayor seniority. Es decir, que actualmente en el país se estarían cubriendo los puestos de la base de la pirámide (juniors), pero las empresas tienen una gran dificultad para ocupar aquellos que necesitan de recursos más preparados.

    “El tema del empleo fue siempre un problema porque faltaban entre 5000 y 10.000 personas para los puestos. Es muy común que venga una empresa y te robe un recurso. Incluso entre las compañías de la cámara nos recriminamos si la competencia se lleva a alguien. Hay un tema de cantidad. Si la Argentina no genera más talento, no tiene sentido que vengan más empresas porque disputás recursos”, expresó Sergio Candelo, presidente de la Cessi.

    “Como falta talento, hay inversión en trainee juniors. Vos los capacitás y otra empresa se los lleva. También hubo grandes compañías como Facebook y Amazon que vinieron al país a entrevistar gente para llevarse a España. La gente que se llevaron era poca, pero si venía Amazon a Bahía Blanca sí iba a haber impacto”, ejemplificó.

    El directivo advierte que el cepo de 2019 fue un factor que complicó el panorama. Una persona que a una empresa le cuesta $140.000, tiene un sueldo bruto de $100.000 y cobra $83.000, puede ganar US$2000-US$3000 (entre $302.000 y $453.000 tomando la cotización del dólar blue) si trabaja para afuera en un modelo de cobro por PayPal, bitcoins o depósitos en el exterior.

    “El desafío como país es tomar a esas millones de personas que no tienen un buen trabajo, tienen un empleo informal o profesiones que no tienen una buena remuneración e introducirlos en el sector. Sería la materia prima para hacer un país de otro nivel. Es empleo formal bien remunerado. El salario bruto promedio del sector es un 40% más alto que el promedio del sector privado y el sueldo con el que empezás a trabajar supera la canasta básica familiar”, aseveró.

    Otro de los problemas que se vivió históricamente fue la falta de mujeres en el sector o las pocas en relación con la cantidad de hombres. El paso de los años y la misma pandemia han logrado impactar positivamente en esta brecha: la organización Chicas en Tecnología informó que en sus programas e iniciativas participaron 1000 jóvenes más que en 2019. Pudieron llegar a nuevas ciudades y países con propuestas gratuitas de tecnología con impacto social. Desde 2015, más de 8000 chicas participaron de los programas e iniciativas de la organización.

    De acuerdo con los relevamientos de la Cessi, en 2018, las mujeres representaban un 26% de la fuerza laboral total, mientras que, en 2020, ese número llegó al 30%. La meta es trepar al 40% en 2024.

     

    Con información de La Nación