No es broma: descubren una avispa capaz de derribar aviones

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Se trata de la avispa Ojo de Cerradura; un estudio realizado en Australia durante más de tres años demostró que este tipo de insecto bloqueó hasta en 93 ocasiones unas sondas que terminan generando problemas en los controles de velocidad de los aviones; en 1996 hubo un accidente fatal causado por una avispa Un estudio realizado por un equipo dirigido por el biólogo Alan House en el aeropuerto de Brisbane, en Australia, ha determinado que existe un tipo de avispa capaz de generar problemas en los aviones e incluso provocar que tengan accidentes.

El estudio fue publicado por la revista científica PLOS One y recuerda que en noviembre de 2013, un Airbus A330-200 tuvo que retrasar su vuelo debido a que los indicadores de velocidad eran inconsistentes. Cuando finalmente despegó, dos horas después, el piloto tuvo que dar media vuelta y aterrizar por el mismo fallo.

“Los tubos o sondas de Pitot, son los instrumentos que les dicen a los pilotos cómo de rápido van mientras se encuentran en el aire, por lo que son fundamentales para que el vuelo sea seguro. En la inspección, se encontraron los restos de lo que parecía una avispa en uno de los tubos de Pitot”, asegura House, autor principal del estudio y experto de Eco Logical Australia.

A pesar de que resulta inverosímil el hecho de que un insecto tan pequeño pueda ser la causa de un accidente aéreo, no es la primera vez que se dan problemas de este tipo en un avión debido a una avispa. En febrero de 1996, un Boeing 757 colisionó poco tiempo después de haber despegado de República Dominicana. El accidente provocó la muerte de las 189 personas que viajaban en él.

El accidente se produjo porque los pilotos habían calculado mal la velocidad del avión, ya que los indicadores de velocidad mostrados por el tubo Pilot eran anómalos. Este fallo técnico se achacó a una avispa, aunque no se pudo recuperar la sonda para verificarlo.

La investigación señala que es la avispa ojo de cerradura, cuyo nombre científico es Pachodynerus nasidens, la que construye sus nidos en dichas sondas, algo muy común en esta especie, originaria de América del Sur, América Central y del Caribe, ya que fabrican sus nidos en los agujeros que encuentran.

Las avispas de ojo de cerradura viven en hábitats tropicales y subtropicales, tienen un tamaño de entre 10 y 12 milímetros de largo, y actualmente se han extendido, “presumiblemente a través del transporte marítimo y/o aéreo, al sur de los Estados Unidos y por todo el Pacífico hasta el este de Australia”, según explica House.

Entre noviembre de 2013 y abril de 2019 se han registrado 26 incidentes relacionados con avispas, algunos de ellos obligaron incluso a activar los “procedimientos de emergencia”. La nueva amenaza que supone la actividad de estos insectos es aún un reto para los trabajadores del aeropuerto.

Para llevar a acabo el estudio, el equipo instaló en localizaciones estratégicas del aeropuerto varias réplicas de sondas Pilot impresas en 3D. Durante los 39 meses que duró la investigación, las avispas bloquearon las sondas hasta en 93 ocasiones. En este tiempo, los expertos pudieron determinar también en qué condiciones construyen sus nidos las avispas.

“Descubrimos que solo la avispa ojo de cerradura usaba estas sondas para crear sus nidos, y usaron todas nuestras réplicas excepto la que tenía la apertura más pequeña, de 3 mm. La anidación tuvo lugar en casi todos los meses del año y la mayor parte tuvo lugar en una parte del aeropuerto” en la que había mucha hierba, explicó House.

A pesar de que en todas las estaciones se produjo la anidación, las avispas fabricaron más nidos en los meses más calurosos, en verano, cuando las temperaturas estaban entre los 24 y los 31 grados.

En cuanto a cómo solucionar este problema, el experto señala como recurso tapar la apertura de las sondas cuando los aviones no estén volando. Aunque también cree que tomar medidas para disminuir la población de estos insectos podrían “reducir el riesgo”.

En su opinión, la mejor solución sería que “todas las aerolíneas adopten una política para cubrir las sondas Pitot” y controlar su presencia para que no se propaguen a otros lugares. Acabar con este tipo de avispa en Australia no se contempla como alternativa.