viernes, marzo 29

“No será fácil bajar la inflación a un dígito antes de los próximos cinco años”

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Así lo afirmó Eduardo Fracchia en el último Informe Económico Mensual del IAE Business School, la escuela de negocios de la Universidad Austral

“La orientación de la economía nacional no cambiará de modo sustantivo en 2021 si sigue la pandemia, y puede caer incluso 4 % en ese escenario adverso. Estamos ante una economía que pretende crecer en base al consumo en un rebote cíclico, aunque sería conveniente que lo haga más por el empuje de la inversión y de las exportaciones”, advierte Eduardo Fracchia, en el último Informe Económico Mensual del IAE Business School, la escuela de negocios de la Universidad Austral.

Fracchia sostiene que “la orientación de la economía nacional no cambiará de modo sustantivo en 2021 si sigue la pandemia y puede caer incluso 4% en ese escenario adverso”, pero “con pandemia más acotada y flexibilización de actividades de bienes y servicios el crecimiento esperado (rebote) es de 6%”.

Eduardo Fracchia

Para Fracchia, el enfoque de la política económica seguirá un sendero antirecesión. “Sería deseable que a mediano plazo se recuperen los superávits gemelos perdidos, tanto el fiscal como el de cuenta corriente. Estamos ante una economía que pretende crecer en base al consumo en un rebote cíclico, aunque sería conveniente que lo haga más por el empuje de la inversión y de las exportaciones. No se percibe salir rápido de la recesión en el horizonte de mediano plazo. No se esperan grandes ajustes del tipo Rodrigazo de 1975. Una gran amenaza para el próximo año está en el control de la inflación que hoy cierra en casi 37% anual. A este ritmo de los precios no será fácil bajar la inflación a un dígito antes de los próximos cinco años“.

El ancla cambiaria

Respecto al dólar, Fracchia sostiene que “El propósito de la administración debería ser mantener un tipo real de cambio más alto”.

También respecto al dólar, Federico De Cristo, profesor de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral, sostiene que “todo parece indicar que un salto cambiario sería necesario, ya que descomprimiría la brecha cambiaria, aumentaría el superávit externo y permitiría recomponer reservas, y a esta altura parece difícil evitar el aumento de precios que en algunos productos se hace mirando el dólar paralelo”. Sin embargo para De Cristo, “el gobierno sigue aferrado al tipo de cambio, la única ancla que hoy tiene a disposición, ya que el ancla monetaria y fiscal no está disponible. Devaluar sin reservas es peligroso, y sobre todo en un contexto de alta emisión monetaria y elevado déficit fiscal. Una de las tres variables debe oficiar de ancla”, explica.

Un contexto global “amigable” para Argentina

Respecto al contexto global, Fracchia sostiene que “El contexto internacional es positivo con Biden a cargo, dada las oscilaciones favorables observadas en las bolsas y en el mercado de bonos”. “Nuestro país debe aprovechar esta ventana de oportunidad que se ha abierto con el nuevo gobierno americano para sacar partido de una globalización que está hoy condicionada”, agrega Fracchia.

Juan José Llach coincide en que “con la probable aparición de las vacunas y la firmeza de los granos, aunque también con el clima seco por la Niña, el mundo se está poniendo algo menos hostil para la Argentina. Esto puede ayudar al país en la inminente e imprescindible negociación con el FMI” .

Respecto al panorama global, Llach inicia su Editorial destacando que “en los mercados financieros globales predomina un clima optimista. Por ahora, los anuncios de vacunas anti-COVID-19 pesan más que los duros rebrotes de la pandemia en Europa y Norteamérica. Las commodities también se muestran firmes, pero, en el caso de los granos, por el afianzamiento de un ´efecto Niña´ en ambos hemisferios, que augurarían buenos precios, pero malos rindes, aquí y allá“.

Llach entiende que esto significa que el mundo “se está poniendo algo menos hostil para la Argentina” y puede ayudar al país en la inminente e imprescindible negociación con el FMI. Pero destaca que “más aún ayudaría que el gobierno anunciara, y llevara a la negociación con el FMI, un plan de desarrollo de ´productividad inclusiva´, que sorprendería a propios y extraños“. Llach afirma que “la Argentina necesita, y puede, aunar el aumento de la productividad al de la inclusión, a partir de un crecimiento significativo de la inversión en capital físico y humano, que cree empleos formales como herramienta fundamental para abatir la pobreza”.

La incógnita del impacto de la elección de Biden en Argentina

Por su parte, Eduardo Fracchia comentó sobre las posibles repercusiones de la elección en Estados Unidos sobre nuestro país: “Biden desde el Senado ha influido en decisiones de Argentina vinculadas a negociación de deuda, dinámica de empresas y otros asuntos institucionales. Nos conoce bastante y sabe más de la región que Trump”, pero aclaró que “es prematuro conjeturar el impacto, podemos saber más hacia mediados del año que viene”.

“El actual gobierno peronista es más afín por su ideología a los demócratas como en su momento el peronismo de los 90 liderado por un Menem conservador se acercó a Bush. Es central y es una nueva ventana de oportunidad que nuestro país apueste fuerte por Estados Unidos que dominará la economía mundial hasta entrados los años 30 de este siglo. Históricamente desde 1900 nuestra relación fue tensa con Estados Unidos por no ser complementarios en el comercio exterior. Es una oportunidad más para revertir ese proceso siendo el capital americano el más significativo que recibe nuestro país desde la primera guerra mundial cuando desplazó al británico”, asegura Fracchia.

Fracchia insiste en que nuestro país debe aprovechar esta ventana de oportunidad que se ha abierto con el nuevo gobierno americano: “El ciclo internacional en algún momento va volver a jugar en contra de la región y de Argentina, ahora es favorable por la liquidez existente y por los precios de materias primas”.