Ojo: el dólar turista puede guiarte a la trampa de la “doble comisión”

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Este doble costo añade incertidumbre al consumo, ya que por lo general se desconoce cuáles son los valores que manejan las entidades con las que trabajan los comercios en los que uno compra de vacaciones

Con el impuesto al “dólar turista”, volvieron los dólares múltiples. Y algo peor: aún si el dólar oficial se queda quieto, el dólar turista puede terminar costando más que los $82 que se obtienen de agregarle 30% a la cotización oficial de $63 cuando se trata de viajes a países limítrofes o Europa.

Este sobreprecio es el resultado de una “doble comisión” o dos conversiones cambiarias: una vez por el cambio que aplica el banco del lugar de destino de las vacaciones, y otra por la comisión de las entidades locales.

En el caso de un consumo en Uruguay, por ejemplo, primero se hace un tipo de cambio por la conversión de pesos uruguayos a dólares y más tarde, en la Argentina, por pasar esos dólares a pesos al tipo de cambio de momento del cierre del resumen, que varía según el banco de cada cliente.

La recomendación de los especialistas suele ser cambiar en Argentina y viajar con el dinero en efectivo en la moneda del lugar de destino, aunque pueda no ser lo más práctico, y tiene sus límites.

Para quien tiene dólares ahorrados o puede dolarizarse, por ejemplo vía la Bolsa (dólar MEP), en forma legal y sin cupos para la compra, siempre es interesante la posibilidad de avisar con antelación al banco y cancelar la porción de consumos en moneda extranjera directamente en dólares. Así se evita la conversión local de dólares a pesos y, además, no se paga el recargo del 30%.

Y para quienes no están tan seguros de este nuevo dólar planchado, también está el recurso de pagar con débito y asegurarse el tipo de cambio del día en que se hace el consumo.