Orden de captura contra exobispo Gustavo Zanchetta, «hijo espiritual» del Papa Francisco

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La salida de Zanchetta de Argentina fue autorizada por el juez de Garantías de Segunda Nominación, Claudio Alejandro Parisi, que lo habilitó para volver a Ciudad del Vaticano, donde fijó residencia por invitación del Papa Francisco. «Hubo una acusación y yo inmediatamente lo hice venir a él acá con la persona que lo acusaba y explicarla», explicó el pontífice en mayo de este año. 

La fiscal Filtrín Cuezzo pidió juicio contra el religioso en julio. En el pedido incluyó los elementos probatorios recolectados durante la investigación y los resultados de las pericias psiquiátricas y psicológicas realizadas por profesionales del Centro de Investigaciones Fiscales (CIF).

Nombrado por Jorge Bergoglio obispo de Orán en 2013, Zanchetta (actualmente de 55 años) se alejó de su diócesis en 2016 por presuntos problemas de salud, y en 2017 el Papa lo nombró «asesor» de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), un cargo hasta entonces inexistente que administra más de cinco mil propiedades del Vaticano en el mundo.

A fines del año siguiente, la prensa reveló que el prelado era acusado por seminaristas de violencia sexual y otros diez abusos de poder, así como mala gestión financiera. Tres de sus vicarios generales y dos monseñores hicieron una denuncia interna formal ante la nunciatura, insistiendo en «actitudes extrañas» de Zanchetta con los seminaristas como «vigilarlos de noche paseando por sus habitaciones a altas horas con una linterna, o pedir que le hagan masajes, o meterse en sus habitaciones y sentarse en sus camas, o incitarlos a tomar bebidas alcohólicas, o ciertas preferencias por algunos más agraciados».

«Medidas» para proteger a los seminaristas

gustavo zanchetta roma

En enero de 2019 el vocero del Vaticano, Alessandro Gisotti, dijo que las acusaciones contra Zanchetta llegaron al Vaticano meses después de su nombramiento en la APSA, y que había en su contra acusaciones de «autoritarismo«, mientras su renuncia en Orán se debía a su «dificultad» para manejar la relación con el clero diocesano. Para entonces, ya había sido abierta la investigación a la que refirió Francisco en una entrevista con el canal mexicano Televisa.

El Vaticano había negado esa versión. Tras las denuncias, Francisco decidió que Zanchetta se abstuviera de ejercer como sacerdote, aunque esto no le impidió unirse al retiro espiritual con Francisco  y otros cardenales celebrado en en Ariccia (Italia) a mediados de marzo de este año. Recientemente además el ex vicario general de la diócesis de Orán, Juan José Manzano, contó que la Santa Sede conocía la conducta inapropiada de Zanchetta desde 2015.

«Unos documentos muestran que el rector del seminario de Orán estaba tan preocupado por el comportamiento de Zanchetta que le dijo al embajador del Vaticano en una denuncia formal que se necesitaban ‘medidas urgentes’ para proteger a sus estudiantes del primer curso, ya que las clases introductorias se llevaban a cabo en la residencia de Zanchetta», dice un informe de la agencia Associated Press.

El ex obispo de Orán, Gustavo Oscar Zanchetta.

“La decisión del papa de permitir que Zanchetta renunciara discretamente, y posteriormente ascenderlo a la posición número 2 en una de las oficinas más delicadas del Vaticano, ha generado nuevas interrogantes sobre si Francisco se hizo de la vista gorda ante las denuncias de comportamiento inapropiado de sus aliados o rechazó las acusaciones en su contra como ataques ideológicos”, dijo el informe de AP.

El sacerdote Juan José Manzano, exvicario general, dijo que Bergoglio había sido confesor de Zanchetta y lo trataba como su «hijo espiritual». «Todo esto podría explicar por qué Francisco lo asignó a Orán a pesar de las acusaciones sobre supuestos abusos de poder cuando Zanchetta estuvo al frente de asuntos económicos en la diócesis de Quilmes», dijo en una entrevista.

La fiscal Filtrín Cuezzo investigó el hecho denunciado el 6 de febrero pasado por un joven, que dio cuenta de «episodios de contenido sexual sufridos en su perjuicio, por parte de quien ejercía las funciones de obispo de la Diócesis de Orán», a partir de 2017, en el edificio del seminario Juan XXIII, y un domicilio particular. Sumó, además, la denuncia de un segundo seminarista, que el 13 de febrero dijo haber sufrido episodios de significación sexual y conductas inapropiadas, en esa misma sede, en 2016.

D.S.