El debate, obligatorio a partir de la sanción de la ley 27.337 de 2016, fue moderado por los periodistas María Laura Santillán, Rodolfo Barili, Gisela Vallone y Guillermo Andino.
Los 6 candidatos debatieron juntos por primera vez, de cara a los comicios nacionales del próximo 27 de octubre. Se trata de la primera instancia del debate, ya que habrá otra la próxima semana, y eventualmente una tercera, prevista para el domingo 17 de noviembre, en ese mismo lugar, en caso de que haya una segunda vuelta de las elecciones.
En la presentación de cada candidato uno de los más contundentes cruces fue entre Mauricio Macri y Alberto Fernández que comenzó preguntándose en qué país vive el presidente y lo acusó de mentiroso por su presentación en el debate de hace cuatro años atrás frente a Scioli.
Macri aseguró que «el kirchnerismo no ha cambiado» y que con Fernández volvió el «dedo acusador», pero el candidato del Frente de Todos no se quedó atrás y le cuestionó la cantidad de pobres que aumentó en los últimos cuatro años y aseguró: «Si hay dos cosas que el gobierno de Macri desatendió son la salud y la educación; él piensa que hay gente que tiene la ‘desgracia’ de caer en la educación pública».
Macri, quien busca la reelección, y Fernández mostraron más solidez que
el resto en la pulseada y aprovecharon especialmente su experiencia
mediática, al punto de utilizar sin excederse el tiempo preestablecido
para el debate por la Cámara Nacional Electoral.
En cambio, alguno de los otros candidatos, como el ex funcionario
macrista Juan José Gómez Centurión, se pasó de los segundos dispuestos y
debió ser advertido por los moderadores que actuaron en los diversos
tramos, entre ellos periodistas, locutores y conductores televisivos.
Este primer debate se realizó en la Universidad del Litoral, en Santa
Fe, y el siguiente se hará en la Facultad de Derecho de la Universidad
de Buenos Aires, el próximo domingo. Los ejes de hoy fueron Relaciones
Internacionales; Economía y Finanzas; Derechos Humanos, Diversidad y
Género, y Educación y Salud, mientras que los próximos serán Seguridad;
Empleo, Producción e Infraestructura; Federalismo, Calidad Institucional
y Rol del Estado, y Desarrollo Social, Ambiente y Vivienda.
En el Paraninfo de la universidad estuvieron presentes asesores y
allegados a cada candidato, cuyos nombres debieron ser estrictamente
proporcionados días atrás.
El debate tuvo una intervención inicial, a modo de presentación, de cada
candidato, donde Macri destacó, como lo viene haciendo en la campaña,
que si es reelegido se abordarán con más profundidad las soluciones para
los actuales problemas económicos y sociales.
Por su parte, Fernández acusó a Macri de «mentir» incluso desde el
debate de 2015, cuando polemizò con el entonces candidato peronista
Daniel Scioli.
En otros tramos de su exposición, Macri dijo sobre su contrincante del
FdT que «volvió el dedito acusador, el atril y la canchereada», y tuvo
uno de sus momentos más ácidos para con la oposición peronista cuando,
refiriéndose al candidato a gobernador Axel Kicillof, dijo que el ex
ministro de Economía iba a establecer una «narco-capacitación en todas
las escuelas» de la provincia de Buenos Aires.
El presidente defendió su gestión en todas las áreas y volvió a reflotar
los problemas que le dejó la gestiòn de Cristina Fernández de Kirchner,
hoy candidata a vicepresidenta. Por ejemplo, sostuvo que «dos de cada
tres pesos que tomamos de deuda fue para pagar deuda del gobierno
anterior». Añadió que el peso restante fue «para pagar el déficit
fiscal».
Por su parte, Fernández le pidió a Macri que «deje de mentir» y se
calificó como un «no dogmàtico» que impulsará medidas «ortodoxas y
heterodoxas» si llega al poder. También se pronunció a favor de la
legalización del aborto, reivindicó el Mercosur, la soberanía argentina
sobre las Islas Malvinas y la educación y la salud públicas y destacó
sus propuestas de pacto social y contra el hambre.
El ex jefe de Gabinete dijo además que en las relaciones internacionales
no alcanza solo con la «foto» con los líderes, y en ese sentido
reprochó que a pesar de esa reanudación de vínculos «no llegaron las
inversiones».
Roberto Lavagna, el candidato de Consenso Federal, que sacó la tercera
cantidad de votos en las PASO del 11 de agosto, destacó que «un derecho
humano violado es el tema del hambre».
El postulante hizo hincapié en su punto fuerte, la economía, y resaltó
la «caída del Producto Bruto» en la gestiòn de Macri, lo que se tradujo,
sostuvo, en «mayor pobreza» y que se podría crecer 4% anual «en forma
sostenida».
Nicolás Del Caño, del Frente de Izquierda y los Trabajadores-Unidad,
quien insistió con su discurso radicalizado, su repudio al FMI y la
influencia en las políticas de los países y sorprendió cuando utilizó un
tramo de su espacio para pedir un «minuto de silencio» por las víctimas
de las revueltas en Ecuador.
José Luis Espert, del Frente Despertar, atacó el gasto público, volvió a
reivindicar sus políticas liberales, habló del «curro» de los derechos
humanos y también llamó la atención cuando dijo que, de llegar a la
Presidencia, impulsará que se le quite a los sindicatos el manejo de las
obras sociales.
En tanto, el ex jefe de la Aduana del macrismo y militar retirado Juan
José Gómez Centurión (Frente Nos), veterano de Malvinas, reiteró su
postura en contra del aborto -en favor de «las dos vidas»- como eje
central de su exposición. También destacó la educación y la salud
públicas, con advertencias sobre la enseñanza de la educación sexual, y
dijo que propondrá subsidios para victimas de la guerrilla de los 70.