La tendencia negativa comenzó a registrarse en julio; en la primera semana de septiembre comerciantes dan cuenta de un enfriamiento en las ventas.

Con la inflación como uno de los principales problemas en la agenda económica (se espera que en agosto el número se mantenga alto), el Gobierno suma una preocupación: la caída del consumo.

Luego de un primer semestre satisfactorio, el retroceso en esta variable comenzó a gestarse en esta segunda mitad de año luego de que las ventas minoristas volvieron a mostrar un retroceso del 3,5% en julio y 2,1 %en el mes de agosto según el relevamiento que realiza la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came).

Cuando se espera que la inflación agosto ceda respecto al mes anterior, en el consumo la tendencia no se revierte y en la primer semana de septiembre desde distintos comercios -grandes cadenas y autoservicios- dan cuenta de un enfriamiento en las ventas. Analistas coinciden en que este escenario no hace más que reflejar la pérdida de poder adquisitivo por culpa de la aceleración inflacionaria.

Dicho escenario solo podría revertirse con una desaceleración de la inflación que recomponga los ingresos ya que los salarios vienen corriendo muy por detrás de los aumentos de precios. La paritaria en promedio es del 60% frente a una inflación que se estima en 90 % anual.

En la comparación interanual, los sectores más afectados por la caída del consumo fueron el sector textil (-15,9 %), calzado y marroquinería (-5,1 %) y el rubro bazar, decoración, textiles para el hogar y muebles (-2,2%). Temas relacionados:Economía