martes, abril 23

Pfizer: la región compra millones de vacunas y la Argentina genera un gran misterio

0
356
Seis países sudamericanos cerraron contratos. La administración de Alberto Fernandez pasó de un sitio inicial de privilegio a no lograr el acuerdo

Alrededor de la pandemia en la Argentina, el mayor misterio es por qué no se puede avanzar en un acuerdo para comprarle vacunas contra el coronavirus a Pfizer.

​“Pfizer es nuestra única salvación”, le comentó al diario Clarín un protagonista de la política farmacéutica nacional.

Lo decía por la escasez de dosis que sufre el país, a pesar de los compromisos asumidos por el Instituto Gamaleya, Sinopharm y AstraZeneca.

Fuera de todo exitismo, es probable que la vacuna de Pfizer no garantice el paraíso, pero su carencia es una oportunidad perdida.

La historia se remonta al 10 de agosto de 2020, cuando 6.000 voluntarios argentinos comenzaron a participar del ensayo de fase 3 en el Hospital Militar Central, trabajo que condujo el infectólogo Fernando Polack.

Fue la prueba más grande de Pfizer en el mundo, que le permitió acelerar su investigación y ganarle a Moderna la carrera por la vacuna contra el Covid.

La mesa estaba servida para que el gobierno argentino se sentara a conversar con el laboratorio estadounidense en busca de un entendimiento. Pero no sucedió.

Gines González García sólo dijo públicamente, cuando era ministro, que el contrato que pretendía Pfizer era abusivo. No dio detalles, por la exigencia de confidencialidad que enmarcó la negociación.

Argentina sancionó en octubre una ley por la que aceptó hacerse responsable material ante eventuales consecuencias no deseadas de la vacuna, salvo que Pfizer incurriera en negligencia. Esta excepción provocó una objeción del laboratorio.

Fuentes cercanas al Gobierno reiteraronlo que ya es vox populi: que Pfizer habría pedido que de ser necesaria una indemnización por efectos adversos graves el país respondiera con activos soberanos.